.header .widget { text-align:center;} .header img {margin:0 auto;}

26 jun 2018

"Caronte" de Juan Maíllo.

Conocí a Juan Maíllo a través de las colaboraciones que ambos hicimos mientras existió en la revista online mexicana "EmBLOGrium". Juan Maíllo se ocupaba en la revista que comandaba nuestro querido RBC de secciones literarias como "Clasiqueando" pero también de otras más livianas como los consejos de salud que daba mes a mes en la columna del mismo nombre. Siempre me atrajo de él su manera de escribir y el gran sentido del humor que destilaban sus artículos. Quería leer algo suyo de más enjundia y por fin ese momento llegó.

El autor
Novelas que hablan de Mitología
(foto tomada del "Diario de Huelva")
Juan Maíllo es un lucentino cordobés nacido en 1966. Actualmente es profesor de inglés en el instituto onubense "José Caballero". Su dedicación a la escritura viene de lejos como demuestran ya en 1996 los artículos que publicó en Revista Angélica de Literatura. Desde ese momento y hasta hoy sus colaboraciones en revistas literarias (Salitre Revista cultural, EmBLOGrium, Ed. Universitarias Combonianas…) son frecuentes y regulares.

Ha publicado hasta la fecha varias novelas. La primera fue "Los asesinos" (2013); en 2014 apareció "La cara oculta de Hamlet" a la que siguió "Vaho" (febrero de 2016) y "La primera página" (diciembre de 2016). Si mi información no es errónea "Los asesinos", "Vaho" y "La primera página"  forman la denominada "Trilogía del Abandono". "Caronte" (octubre de 2017) es por ahora su última obra.

La novela
Como digo al inicio ninguna narración extensa había leído de Juan Maíllo antes de "Caronte". La novela, de unas 150 páginas, me ha sorprendido para bien desde la primera. Dispone Maíllo la historia en dos partes, de más longitud la primera (15 capítulos) que la segunda (sólo 8). En cada una de ellas me ha llamado poderosamente la atención el interés que el escritor ha puesto en la distinta tipografía (redondas y cursivas según que se esté hablando del mundo exterior o interior; incluso negritas como elemento de realce) y la disposición de los elementos en la página. Respecto a esto último es muy interesante el aire que respiran los textos en ellas, algunas de las cuales formadas por muy pocos párrafos para así marcar la importancia de lo manifestado en los mismos; en otras, cual si de un experimento poético de vanguardia se tratase la frase se dispone verticalmente rompiendo la horizontalidad habitual de la misma. Esta disposición se da fundamentalmente en momentos narrativos muy oníricos o cargados de ensoñación marcando la reiteración obsesiva que invade la mente de quien duerme o reposa cuando el mismo se encuentra preocupado.

Juan Maíllo, Escritores e Huelva
Los dos personajes de la historia, Alejandro y Máximo (Álex y Max en otros momentos), están viviendo una situación que tiene mucho de fuera de la realidad. El segundo, eminente profesor de filosofía de la Universidad de la localidad de Critias (guiño intelectual al lector dado que Critias fue un famoso sofista de la época de Platón), ha sido falsamente acusado de la muerte de su amante, una joven alumna de la que le separaban 30 años de edad y que como la Ofelia de Hamlet aparece muerta flotando en el río. Max es apartado de la docencia universitaria y en su pueblo, Salan, se refugia en una cueva-vivienda (el mito de la caverna de Platón me ha parecido verlo en esta cueva que habita el filósofo Máximo) donde vive miserablemente envuelto en la suciedad y en un completo abandono

Alejandro, alumno de Max durante la secundaría, es un enfermero que ha quedado en paro y que retorna a la casa del padre a la espera de ser llamado al trabajo si surge alguna sustitución. Alex decide visitar a su maestro que no quiere contacto alguno con el exterior; sin embargo la decisión del joven provocará en ambos una especie de catarsis que les hará reencontrarse consigo mismos. Alejandro intentará, como el barquero Caronte, que su maestro no quede en la orilla de las tinieblas, de la irrealidad... ¿Lo logrará? Esta incógnita habréis de despejarla leyendo.

En "Caronte" hay mucho onirismo. La novela está inmersa en el vaho de lo real-irreal. De este vaho de irrealidad forman parte las drogas, los sueños, las leyendas que rodean al pueblo de Salan que junto a otros dos, Carjuba e Isnasar forman el denominado por los habitantes 'triángulo de los suicidios'. Los suicidios persiguen como una maldición a todos los que trabajaron en el mercurio que desde tiempos antiguos se obtenía en la zona y que generó en las siguientes generaciones esa tendencia a la autodestrucción. El joven Alejandro sospecha que Max ha entrado en esa vorágine e incluso duda de si dada su situación laboral no le estará ocurriendo a él mismo lo propio.

Una historia, como se ve, atractiva, que subyuga al lector y lo atrapa haciendo que no pueda abandonar la lectura de la novela hasta su conclusión. El estilo utilizado por Juan Maíllo tiene mucho que ver en esa captación de la que es objeto quien lee. Su manera de escribir es sobria, de frases breves y escuetas ("Frases breves. Periodísticas. Telegráficas", pág. 141). La elegancia presente en su escritura reposa en gran medida en la gran economía de medios utilizada.

Es Juan Maíllo, además de buen escritor, un gran lector. Y así se percibe, pienso yo, en el poso mitológico griego sobre el que asienta el relato. Pero también he querido ver a Shakespeare en esa alumna enamorada o a Henry James en esa casa-cueva que antes habitaron otros y cuya huella e influencia aún no se ha borrado. E indudablemente en un texto tan inmerso en el mundo de los sueños, Sigmund Freud y Carl Jung son referentes ineludibles.

En definitiva, una novela innovadora, profunda, muy bien escrita, que se lee muy bien, que no se agota en el mero acto de su lectura sino que da que pensar y que, sobre todo, revela que tras ella hay un gran escritor.


18 comentarios:

  1. ¡Hola! No lo conocía, pero me ha gustado como hablas del libro. No se, tus reseñas me encantan, son diferentes jajaja. Me lo llevo apuntado a ver que tal me parece. Gracias por la recomendación.

    Saludos ♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De nada. Bárbara, me encanta que te haya gustado mi reseña. A ver qué te parece esta novela de Juan Maíllo. Ya me contarás.
      Un beso

      Eliminar
  2. No conocía al autor. Si se pone a tiro lo leeré. El onirismo me gusta.

    Gracias. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Albada Dos:
      Desde luego expresar bien por escrito una atmósfera onírica no es fácil, se corre siempre el riesgo de caer en el ridículo y la falsedad; Juan Maíllo logra verdad creando estas ensoñaciones y ambientes oníricos. Lo comprobarás cuando leas la novela.
      Un beso

      Eliminar
  3. Tampoco conocía al autor. Viendo como lo has disfrutado, no me importaría leerlo si se pone en mi camino.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De vez en cuando hay que leer nuevos valores. Se lleva uno grandes alegrías en ocasiones.
      Besos

      Eliminar
  4. Me ha intrigado tanto la historia como la forma en la que has planteado la novela, creo que procuraré hacerme con ella, me gustan mucho esas atmósferas real/irreal, ese vaho, como dices. Gracias por presentarnos a Juan Maillo.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Sin duda alguna es interesante y no se puede negar que se sale de lo típico tópico del mercado literario habitual, vamos, eso que escriben solo unos cuantos y leen todos los demás. No se como lo haces, pero lo cuentas de tal manera que no se puede decir NO, jajaja.

    Besitos cielo.
    Buenísima reseña.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego esta novela sí que se sale un poco de lo trillado y visto habitualmente. Ya sólo por eso merece echarle un vistazo. Si la lees ya me dirás qué te parece.
      Un beso

      Eliminar
  6. Me atrae mucho la sinopsis, pero es parte de irrealidad y lo escrito en vertical y cambiando la tipología, me disuade un poco, y eso que no me importaría conocer al autor y el que sean 150 páginas lo hará llevadero. La apunto.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los cambios de tipografía sirven para mejor seguir en ocasiobes el hilo de los pensamientos y palabras de los participantes en el relato. La disposición en vertical aparece en una o dos ocasiones como recurso y en mi opinión actúa por la ruptura de la lógica horizontalidad de elemento señalador de un momento onírico.
      Hay que apoyar a los nuevos autores cuando no son nada malos y además pertenecen al gremio de la docencia, ¿no te parece?
      Un beso

      Eliminar
  7. Es un interesante descubrimiento. El que sea un argumento supuestamente factible y real, pero narrado como ensoñación creando paralelismos con el mundo filosófico de los clásicos, me desanima un poco. No estoy yo últimamente para muchos sofismas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los paralelismos y alusiones al mundo clásico no son nada complicadas y su sentido se captaca la primera. La mitología y filosofía griegas sirven para envolver el tránsito debida y vuelta de las dos orillas vitales: lo real y lo irreal. Verás cuando la leas que no plantea mayor problema.
      Un fuerte abrazo

      Eliminar
  8. Hola!
    Es interesante que tenga tanta referencia al mundo de la filosofía, pero personalmente no es el terreno que a mi me interese leer. Así que paso.
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ok, Luu, lo importante es leer, y hay libros de todos los temas y asuntos.
      Muchas gracias por tu comentario.
      Un abrazo

      Eliminar
  9. Tiene muy buena pinta. Me han dado ganas de comprar la novela después de leer tu reseña.
    Un saludo!
    Daniel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues, Daniel, esos impulsos no conviene reprimirlos. Te aseguro que te gustará la novela.
      Un saludo

      Eliminar

Muchas Gracias por dejar tu Comentario.