Enero, en especial la primera semana de año, suele ser época en que me gusta ir al teatro. Quizás el frío, la lluvia, incluso la cada vez menos frecuente nieve, que hace o cae en la calle me lleva a buscar refugio en la calidez de las plateas de los teatros junto a unos cientos más de seres que padecen dolencia semejante.
El caso es que tras haberme fallado -¡la primera vez que me ocurre tal cosa!- la reserva confirmada y debidamente pagada que tenía para ver "La fiesta del chivo" con Juan Echanove en el papel protagonista, veía que mi costumbre iba a quedar sin realizarse esta vez. Fue por eso que al reembolsarme el coste de las entradas para ver la adaptación de la novela de Vargas Llosa debido a no quedó muy claro por qué ese día la Compañía había decidido dejar al público con un palmo de narices, decidí buscar, rápido, un sustituto y sin mucho pensarlo puse mis ojos en la CNTC (Compañía Nacional de Teatro Clásico). Pensé que los Clásicos no suelen fallar aunque tampoco -pensé también, erróneamente esta vez- suelen sorprender.
Durante este mes de enero y hasta el 9 de febrero próximo el teatro de la madrileña Calle del Príncipe tiene en cartelera "Reinar después de morir" de Luis Vélez de Guevara, uno de esos autores que pasan inadvertidos en los currículos escolares ensombrecido por las tremendas figuras de sus contemporáneos Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Molina que son quienes se llevan el gato al agua. Bueno, a ver qué tal Vélez de Guevara como dramaturgo, me dije, pues del escritor (1579-1644), sevillano por nacimiento y madrileño por sus triunfos literarios, yo conocía su novela "El diablo cojuelo", pero absolutamente nada de su producción teatral. Era, pues, buena ocasión para cubrir esta laguna.
"Reinar después de morir" es un drama histórico cuya realidad se tiñe de la poesía que envuelve a las leyendas. La realidad que se presenta son los amoríos habidos entre el heredero de la Corona de Portugal, el futuro rey Pedro I, e Inés de Castro, dama española que llegó a Portugal como dama de compañía de la que fuera esposa del heredero Pedro. De inmediato surgió el amor entre estos dos jóvenes, un amor secreto hasta la muerte por parto de la esposa de Pedro. En los años en que fueron amantes secretos la pareja ya había tenido varios hijos, y viudo don Pedro decidieron casarse a espaldas del rey portugués don Alonso quien tenía previsto unir a su hijo con la heredera del reino de Navarra, Dª Blanca.
Los intereses nacionales se impondrán sobre los deseos personales de los jóvenes que se amaban profundamente. La historia nos dice que el rey de Portugal y sus caballeros querían evitar a toda costa la unión documental entre Pedro e Inés para así evitar que Portugal y Castilla en un futuro volviesen a unirse. El más beligerante al respecto fue Alvar Gonzálvez que sería junto a otros quien mataría a la española. Cuando más tarde muera don Alonso y Pedro sea coronado rey de Portugal, éste acudirá a Alcobaça donde fue enterrada Inés dos años atrás y exhumándola la entronizará como legítima reina de Portugal.
Lara Grube en una escena de la obra (Foto de Sergio Parra) |
Naturalmente la historia real pasada por el tamiz del tiempo se ha enriquecido poéticamente y ha quedado en el imaginario del pueblo portugués como una apasionada y romántica historia de amor. En la representación la poeticidad está presente en todo: en el decorado, una especie de pista de skate enlucida con el típico azulejo portugués azul tan reconocible y característico. Subiendo y bajando, deslizándose por este decorado, los personajes cuentan, viven y relatan su acontecer. Cual si de un holograma se tratase la entrada en escena del elenco simula la salida de los personajes del fondo ignoto y desvanecido de la historia (¡bellísimo ese momento!). Esta belleza poética se ve incrementada con las muy hermosas canciones puestas en boca de Violante, dama de compañía de Inés de Castro, quien en portugués canta romances que versan sobre este asunto. Hay uno en especial que al escucharlo trajo a mi memoria el conocidísimo entre nosotros "¿Dónde vas Alfonso doce, / dónde vas, triste de ti. / Voy en busca de Mercedes / que ayer tarde no la vi / (…)", seguramente tomado del fondo folklórico poético peninsular en el que bebe también éste mucho más antiguo que cuenta la desazón del amante (Pedro de Portugal) ante la pérdida de la amada (Inés).
Junto a lo anterior contribuye al tono poético que envuelve toda la representación el ritmo de la acción. Un ritmo pausado, demorado, que no tiene prisa porque las leyendas persisten siempre y no corren riesgo de perderse; un ritmo presente en la manera de moverse los actores por la escena, en la más que correcta dicción del verso, en la naturalidad con que se desarrollan incluso los momentos de máxima desrealización... También la música, el vestuario de época (muy simbólico y hermoso, en especial el vestido blanco que luce Dª Inés frente al oscuro de Dª Blanca) y la adecuada iluminación se aúnan para lograr esa altura poética que tiene todo en esta puesta en escena.
Lógicamente la obra se encuadra dentro del tipo de teatro establecido por Lope de Vega en su "Arte Nuevo de hacer comedias" y en ella encontramos todos los requisitos que el Fénix marcaba para las mismas: caballero y dama, poderoso que contraviene los deseos de los anteriores, figura del donaire o gracioso (aquí presente en Brito, el criado de don Pedro), la acción paralela levemente insinuada en los acercamientos algo torpes y obscenos como corresponden a la esfera de los sirvientes que cumplen Brito y Violante... Al ser drama trágico el final no es de alegría pero sí de triunfo de la justicia y de la bondad sobre las fuerzas del mal. Al ser un triunfo post mortem queda exento de las ataduras del tiempo y pasa a la esfera de la leyenda donde pervive, aunque de los sucesos reales acaecidos en 1355 nos separen cerca de 700 años.
En mi opinión tiene muchísimo interés que la obra haya sido coproducida por la portuguesa Companhia Teatro de Almada y la española Compañía Nacional de Teatro Clásico. Desgraciadamente por estos pagos no es frecuente acometer empresas en plan de igualdad por parte de España y Portugal. Esta vez sí lo ha sido y ojalá que no estemos ante flor de un día sino que la cooperación cultural entre estos dos países cercanos geográfica e históricamente sea frecuente en el futuro.
Fijándome en el programa de mano y sin más documentación intuyo que el vestuario, la iluminación y el decorado pertenecen a realizadores portugueses mientras que la dirección total, la escénica en particular y el movimiento escénico a españoles. Se reproduce en este trabajo la unión ibérica que existía en 1635, año en que la obra se representó por primera vez.
Dibujo de José Manuel Castanheira
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Reparto:
- María José Alfonso: Nodriza
- Rita Barber: Violante
- David Boceta: Príncipe don Pedro
- Chema de Miguel: Rey don Alonso
- Julián Ortega: Brito
- Ricardo Reguera: Alvar Gonzálvez
- Carmen del Valle / Lara Grube: Dª Inés de Castro
- Manuela Velasco: Dª Blanca de Navarra
- Y los niños Ainara Mateos, Teresa Cordero, Hugo Soneira y Alicia Chojnowski
- Asesor de verso: Vicente Fuentes
- Vestuario: Ana Paula Rocha
- Iluminación: Guilherme Frazâo
- Escenografía: José Manuel Castanheira
- Versión: José Gabriel López Antuñano
- Diseño de la puesta en escena: Ignacio García
- Dirección: Pepa Pedroche
"La confrontación entre la libertad individual y la basura moral del poder corrompido, el tacticismo y el interés".
Ojalá llegue por aquí, porque me has dejado con unas ganas tremendas de verla.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola, Margari:
EliminarYo creo que, afortunadamente, últimamente las obras de teatro viajan más que nunca. Seguro que llegará hasta tu tierra.
Un beso
Interesante adaptación a lo que parece y más interesante esa colaboración entre España y Portugal que no suele ser frecuente como bien dices. Parece mentira que vivamos tan de espaldas un país a otro compartiendo península y aquí solos en este extremo de Europa.
ResponderEliminarPoco se conoce de Vélez de Guevara. Yo recuerdo haberlo estudiado, aunque no lo he leído. Tuvo la mala suerte de coincidir en el tiempo con genios absolutos que eclipsaron todo lo que les rodeó.
Por lo que veo, la escenografía es de los más original.
No hubiera estado mal ver a Echanove en "La fiesta del chivo" (esa sí la he leído), pero la alternativa parece que no te defraudó.
Un beso.
No, efectivamente, Rosa, la obra no defrauda. Me gustaría que la pudieras ver; estoy convencido de que disfrutarías como una enana.
EliminarBesos
A lo mejor me animo y me acerco a verla.
ResponderEliminarNo me paso por ese teatro de la calle del Príncipe desde hace un par de años. Los montajes tan modernistas para obras clásicas no me terminan de convencer, me siento incómoda durante toda la representación.
Sé que lo importante es la declamación de los actores y el texto, pero que en una comedia del siglo XVII los personajes vayan vestidos como si fueran del XIX... pues como que no.
Gracias por incitarme, con tu entrada, a volver al teatro.
Un besote.
Hola, Paloma:
EliminarSeguro que la puesta en escena te gusta. No es excesivamente moderna. Aquí el vestuario es muy de la época. Ya me dirás
Yo este próximo jueves voy a ir a ver a Carmen Machi, Nathalie Poza y otra actriz que dicen que es muy buena en una obra que se titula "Prostitutas". La están poniendo por las nubes todos los que han ido a verla. Se hace en El Español. A lo mejor este tipo de teatro más actual, con temas más de hoy te agrada más. Otra incitación más (ja, ja....)
Besos
Estás hablando con una enamorada del Teatro, para mí, un par de meses sin ir al teatro me crea ansiedad 😂 me subí a unas tablas con 15 años (fui una Constanza en Anillos para una dama nerviosa pero entregada) tras CV arios años en el escenario me sentí más atraída por escribir o adaptar obras (de la mano del maestro valenciano Llopis) y tras una época incierta, como público disfruto tanto como en su día sobre el escenario. Mi vida es puro teatro 😂🥰💙
ResponderEliminarTodo cuenta en una representación, la coherencia también, aunque en ocasiones los anacronismos no tienen porqué ser un problema, "Ronlalera" que es una 😂💋
Sé, Yolanda, de tu gran afición al teatro. Por cierto ¿has visto "Prostitutas"¿ Me la han recomendado muchísimo y el próximo jueves iré a verla. Ya contaré por aquí.
Eliminar"Ron la lá" es una compañía fantástica, le he visto dos o tres cosas y todas ellas me han encantado.
Besazos
Ni recuerdo la última vez que fui al teatro, con lo mucho que iba antes. Esta que nos traes puede ser na muy buena opción para retomarlo.
ResponderEliminarBesos.
Esta de Vélez de Guevara es muy recomendable. pero apunta también ésta: "Prostitutas" de Andrés Lima con Carmen Machi, Nathalie Poza y otra actriz cuyo nombre ahora no recuerdo. Ahora, elige (ja, ja...)
EliminarBesos