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11 mar 2025

Colson Whitehead. "El ritmo de Harlem"

El ritmo de Harlem por Colson Whitehead

«Harlem. Error, una vez más: una jaula para impedir que la turba de locos que consideraban aquellas calles su casa pudieran escapar al mundo de más allá. A saber qué caos no sembrarían, qué perdición, si los soltaban entre la población decente. Mejor tenerlos a todos aquí encerrados, en esta isla comprada a los indios por veintisiete pavos, según cuentan por ahí.»

Novela que denuncia la discriminación de la población de color en USA
Tras haber leído hace ya casi cinco años dos duras novelas de Colson Whitehead ('El ferrocarril subterráneo' y 'Los chicos de la Níckel') que tocaban el tema de la persecución a los negros americanos durante la época en que la esclavitud y segregación racial estaban más que vivas en el Sur de los EEUU, el autor aborda ahora una temática histórica y terrible con la que inicia una saga novelística protagonizada por Ray Carney, un americano de color, pequeño empresario de una tienda de muebles en el Harlem. Carney está casado con Elizabeth con quien tiene dos hijos, May y John. Sus suegros lo desprecian porque lo consideran un mindundi; él se esfuerza por estar a la altura, pero recibe desprecios y abusos no sólo por parte de los elementos corruptos de la sociedad neoyorquina de su barrio harlemitano (especialmente policías y mafiosos negros que lo utilizan de perista para sus robos pequeños y no tan pequeños). Ray Carney tiene una doble cara, practica lo que él denomina «dorvey», añagaza que crea ante su mujer Elizabeth y que consiste en dividir el sueño en dos etapas, una primera desde que anochece hasta la medianoche y otra posterior tras un periodo de vigilia. Este periodo es lo que denomina "dorvey" (término contracto proveniente del francés 'dormir' y 'veiller', en español sería algo así como 'duermevela').

Ray Carney se mueve entre dos fuegos siempre: los mafiosos malotes y los delincuentes menores como su primo Freddie y el compañero de éste Pepper; entre la legalidad de su tienda y la ilegalidad de su tráfico de piezas robadas; entre los pagos a los policías corruptos como el inspector Munson y los mismos pagos realizados a Miami Joe y otros jefes mafiosos; entre los engaños y chivatazos a unos y otros, y de los otros a los unos. Carney es experto en sobrevivir y moverse entre dos aguas.

Una novela que contiene mucho humor sarcástico, mucha crítica social, mucha denuncia de los abusos policiales sobre la población negra. Precisamente la muerte de un chico de color por un policía es el fondo social de la novela, un abuso que se repite con una constante que es de preocupar y que viene a demostrar que el choque entre negros y blancos estaba muy vivo en gran parte de la población estadounidense de ayer (la novela transcurre durante la década de los 60 del siglo pasado), pero también  en la de hoy como lo demuestran revueltas sociales sucedidas en ese país de manera periódica.

Me gusta la literatura que despliega Colson Whitehead en sus libros. Me agrada sobremanera el culturalismo que muestra el autor en El ritmo de Harlem. Especialmente destaca la música (el blues y el bebop, sobre todo) que nombres como los de Charles Mingus, Ornette Coleman o Lena Horne, y títulos emblemáticos de temas clásicos de estos ritmos tan caros a los afroamericanos como "Ebony", "Lonely woman" o temas de godspell como "My Heart is a Pasture" entonados en iglesias episcopalianas que tanto abundan en Harlem y que tan frecuentadas son por los habitantes del barrio. En una magnífica pirueta musical Colson Whitehead titula la novela, al menos en la edición americana, como "Harlem Shuffle", tema del año 1963 del dúo Bob & Earl que los Rolling Stone recogieron e interpretaron con enorme el año 1986. El novelista confiesa en entrevista publicada por el diario The Objective al poco de publicarse en España la novela en 2023 que tomó el título de esa canción para su novela porque representa muy bien la dualidad del personaje y en general de toda la sociedad tanto la delincuencial como la aparentemente honesta. 
«La letra es muy ligera. Como una canción de baile: te mueves a la izquierda, te mueves a la derecha. Es el ritmo de Harlem. Pero, parte de la melodía es un poco siniestra. Se oyen muchos cuernos, que dan ese toque maligno a la canción. Creo que eso está en mi libro. Hay mucho humor, pero también mucha gente que es asesinada todo el tiempo. Así que esa canción capta las dos caras de la historia»


Como en las otras dos novelas que he leído de  Colson Whitehead el asunto central es la insoportable discriminación racial que los de su raza sufren en los Estados Unidos, bien sea históricamente (El ferrocarril subterráneo) como ya en épocas más próximas a la nuestra como sucede en Los chicos de la Nickel y también en El ritmo de Harlem. La gran diferencia estriba en que en esta última el humor ocupa lugar preferente. No sólo es una novela de gánsteres y policías (novela de atracos la definen algunos), que lo es, también es una denuncia de lo difícil que la población de color lo tiene en ese barrio neoyorquino para mantenerse impoluto sin incurrir en delitos más o menos graves.  El personaje de Ray Carney es perfecto para mostrar esa dificultad, ese querer estar en el lado de los buenos pero llevándose más o menos bien con los malos. La mayoría de los personajes (La novedad es que el novelista echa mano del humor para mostrar esta dualidad. Es un humor sobre todo de dos tipos:

Blanco
«Se sentó en el sofá. A juzgar por su expresión, le sorprendía lo cómodo que era el Argent. Carney tuvo que aguantarse las ganas de cantarle las alabanzas de la espuma Airform»  (cuando el Carney comerciante debe morderse la lengua para no contar, cuando no es el momento, las excelencias de ese sofá que ansía vender) 
«Munson le reconoció a Carney que Cheap Brucie tenía a un contacto en la comisaría que velaba por él, y que Munson odiaba a ese tipo porque una vez le abrió la nevera y le birló el almuerzo» (la bobería que muestran incluso los delincuentes sanguinarios)
Lingüístico 
«Quiero que telefonees a Pepper a Donegal’s, es donde pide que le dejen los mensajes. Que le llames y le digas que tienes información sobre mí, que venga cagando leches, ipso flauto» (la incultura del gánster que habla se evidencia con este latinismo mal expresado)
«Yo estudié en la… —UCLA —añadió Carney. —Exacto. ¡La Universidad del Chaflán de Lenox Avenue! —Un viejo chiste privado.» (el acrónimo famoso vulgarizado para mofarse de esa cultura elevada). 
Es un humor que incluso sirve de aderezo a la fuerte denuncia que el autor hace de la fortísima discriminación racial que existe en su país contra la que él lucha con las armas que mejor maneja: su escritura. El humor sarcástico es evidente en comentarios como el siguiente: 
«Meter en la cárcel a un poli blanco por matar a un chico negro? —dijo—. Ahora dime que el Ratoncito Pérez existe.»


Final

(Tomado de The Objective de 08/03/2023. Colson Whitehead,
imagen de archivo, 2022. | Marilla Sicilia / Europa Press)
 
Diré para cerrar esta breve reseña que El ritmo de Harlem es -así lo declara el mismísimo Colson Whitehead- la primera entrega de una trilogía. En la ya citada entrevista del The Objective afirma que él sólo pensaba haber escrito un atraco en un momento dado, pero que según iba escribiendo se vio en la necesidad de contar tres historias situadas respectivamente en el año 1959, 1961 y 1964; estas tres historias son los tres capítulos que tiene la novela. Y del mismo modo, si esta primera entrega de la saga Ray Carney sucede en los años 60, pensó, según escribía, que el personaje daba para otras dos novelas que se situarán en los años 70 y los años 80 del siglo pasado.
«Poco a poco, iba viendo que se estaba convirtiendo en una saga. Decidí que iban a ser dos libros. Y si haces dos, también puedes hacer tres. Sólo es una regla de tres. El lector va a seguir a Ray y a la ciudad en los años 60, 70 y 80. Cada década –cada libro– es un momento muy diferente en su vida. Tiene 30 años en el primer libro y tendrá 50 en el tercero. La ciudad de Nueva York entra en un desastre financiero a mediados de los 70 y sale de él en los 80. En cierto modo, el destino de Ray está escrito en la ciudad»

13 comentarios:

  1. Una de las mejores formas de conocer un lugar concreto es novelar una historia con tintes de realidad. Y es que como dices los episidios de abuso policial se vienen repitiendo periódicamente contra la población negra ya sea en Harlem, en otros barrios o en otras ciudades estadounidenses. Buena idea la de plantear una trilogía en décadas correlativas por lo que además del disfrute de la narrativa, recordaremos o aprenderemos como se las gastaban y seguirán gastando en las zonas retratadas.
    Un abrazo, Juan Carlos.

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    1. Así es, Miguel. Parece mentira, pero en USA el tema de la discriminación racial es asunto que no ceja . También en la novela se cita algo el tema de los hispanos, que es otro colectivo que sufre persecución por parte del pensamiento ultra de los blancos anglos americanos. Vamos, que en ese país buscan poco menos que la pureza racial, algo absurdo siendo una nación creada a base de migraciones de diversas etnias, naciones y religiones. Ahora con Trump en el timón no sé que va a pasar, en qué dirección va a conducir el barco; de mano ya está dando empellones a unos y a otros.
      Un fuerte abrazo, Miguel

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  2. Sólo he leído El ferrocarril subterráneo, que me gustó mucho. Los chicos de la Nikel no lo he leído, pero empecé a ver la película y la dejé a la mitad. Imagino que es cosa de la forma de narrar, no del escritor, sino del director. Lo malo es que ahora me da pereza meterme con la novela. Ahora bien, con ésta que reseñas hoy me has convencido totalmente. Imagino ese humor, creo que ya he leído novelas que lo muestran, ese personaje, esas peripecias... Ya la tenía apuntada, ahora, espero no tardar mucho en leerla.
    Un beso.

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    1. Creo que a ti, Rosa, que te gusta la novela norteamericana, El ritmo de Harlem te va a gustar. Y lo creo porque es muy, pero que muy, norteamericana, con el aliciente de que los personajes son de color, algo no muy frecuente. Bueno hay autores de color como Chester Himes o Toni Morrison cuyos protagonistas son de su mismo color, pero como digo lo anglo white es predominante en la literatura USA.
      Un beso

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  3. El tema de la discriminación racial en EEUU, por desgracia, es una constante. Estaba leyendo y podía situar mucha parte de la trama en la época actual aún. No avanzamos... Y ahora incluso creo que estamos dando muchos pasos hacia atrás. Qué pena... Bueno, sobre el libro, me lo llevo bien anotado, que me ha llamado mucho la atención. Y ese toque de humor es un plus. No he leído nada del autor aún.
    Besotes!!!

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    1. Así es, Margari. Los episodios que presenta Colson Whitehead son reales y aunque sucedidos en los 60, representan una constante en USA. Hace nada -casi todos los años sucede- hubo un caso de exceso de celo policial sobre unos jóvenes negros. Es inaceptable que tal cosa ocurra, pero... Por eso novelas como ésta son interesantes al mostrar el asunto desde la perspectiva de aquellos que lo sufren que, evidentemente, no siempre son unos angelitos. pero de ahí a cargárselos hay un abismo. eso es lo que viene a denunciar Colson Whitehead en esta novela que se lee con mucho agrado.
      Besos

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  4. Pues yo no sabría decirte, Juan Carlos. Es evidente que la temática sigue siendo de actualidad y que es un tema donde se puede escarbar profundamente. Sin embargo, al llegar al final de tu reseña he visto la palabra "trilogía" y ahí me he quedado plof. Se lo decía el otro día a Lorenzo Silva, que no soy muy fan de sagas, tri - o tetra-... De hecho, me da rabia tener sagas a medio leer. Es lo que me pasa con la serie de Vila y Chamorro de Silva. Tengo leídas algunas sueltas y siento que no es una lectura redonda por no haber leído las anteriores. En fin, que yo creo que esta la voy a dejar pasar. Besos

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    1. Buueeeno, Marisa, consiento que esta novela la dejes pasar. Es broma (ja, ja...). Te entiendo perfectamente. No obstante al tratarse de la primera entrega no pierdes nada con leerla: que te gusta, bien, pues a seguir con la siguiente entrega; que no, pues la dejas y santas pascuas.
      Yo tampoco me he leído todas las novelas de la serie Bevilacquia y Chamorro de Lorenzo Silva, no hay tiempo para tanto.
      Un beso grande, amiga

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  5. He leído dos novelas de Colson Whitehead, El ferrcarril subterráneo y Los chicos de la Nikel, y he llegado a la conclusión de que no es un autor para mí. El ferrocarril subterráneo me gustó al principio, pero lo que me pasó es que las siguientes partes me gustaron de manera desigual y como conjunto, aunque entendí lo que Whitehead quería decir con esta novela y me gustó esa idea, aún sigo sin tener claro si me ha convencido. Aun así me gustó leerla porque me animó a indagar sobre la verdadera historia del auténtico ferrocarril subterráneo. En cuanto a Los chicos de la Nikel, la empecé con ganas pero poco a poco dejó de agarrarme.
    No me apetece, pues, volver a repetir con el autor. Y eso que me tienta ese humor que señalas tiene esta novela que nos traes. Es curioso lo distintas son entre sí las obras de Whitehead, aunque con todas ellas ponga el foco en el racismo que han sufrido y siguen sufriendo los afroamericanos. El hecho de que esta novela vaya a formar parte de una trilogía, aunque pueda leerse y no continuar con las demás, tampoco me anima a leerla.
    Besos

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    1. Sí que son diferentes las novelas de este norteamericano. Siempre está atento a la cuestión racial, pero la toca desde distintas épocas y enfoques.
      Un beso, Lorena

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  6. ¡Hola Juan Carlos!
    conozco las dos novelas anteriores de este autor que comenta Lorena arriba, porque se mueven mucho en la biblioteca y los usuarios me han hablado mucho de ellas. Igual en algún momento me animo a leer alguna de ellas, o esta que hoy nos traes que pinta muy interesante tambien.
    El tema del racismo, del abuso policial sobre los negros por desgracia sigue ahí, y supongo que eso se recrudecerá en EEUU con ese nefasto y temible mandatario que subió al poder, supongo que con él, pues todo supondrá volver atrás en el tiempo, retroceder todo lo andado y es una pena.
    Es un tema que en la literatura y en las novelas me gusta y por lo que cuentas, sé que también podría gustarme por su forma de escribir, por su prosa
    En cualquier caso lo vaya o no a leer en un futuro, pues siempre es un placer leer tus minuciosas reseñas
    Besos

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    1. La xenofobia, el odio al diferente, al otro..., son temas importantes muy tratados por la literatura y por el cine; él mismo es guionista de cine y las dos novelas que citáis Lorena y tú tienen versión fílmica. Yo no las he visto y ni siquiera las he buscado, pero sé que existen. No sé si habrás visto alguna. te lo digo porque sé que también te gusta mucho el Cine.
      Muchos besos

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    2. ¡Hola de nuevo!
      sí, sí, acabo de ver, Los chicos de la Nickel es peli y está en Amazon Prime (tengo la plataforma) y El ferrocarril subterráneo también, es serie de 10 episodios. Así eu puede que vea ambas
      ¡Gracias por el aporte!!

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