«Nuestro sueldo es el mismo si lo haces bien o si lo haces mal. No hay extras más allá de tareas tan anodinas como la de corregir pruebas de selectividad, por ejemplo. Eso sí que se paga bien, pero cualquier otra iniciativa que repercuta en una mejora de la calidad de la enseñanza, como montar un grupo de teatro o una revista escolar, es algo que depende únicamente de las ganas que tú quieras ponerle. Ni medios, ni horas extra, ni compensaciones en tu horario de trabajo. Nada.»
Llego hasta esta novela siguiendo el habitual mecanismo que nos mueve a los lectores: un libro lleva a otro libro y éste a su vez remite a aquel otro que... Cerrado ya mi 'momento Rusia' derivado del terrible conflicto bélico que sucede ahorita mismo a orillas del mar Negro, parece que acabo de ingresar ("acabo" no es la palabra correcta. Mejor sería decir "llevo una temporada") en el 'momento Adolescentes'. Y es que adolescente era el protagonista de "Paraíso" de Abdulrazak Gurnah, y adolescente también era Charles Decker, el secuestrador y asesino de "Rabia" de Stephen King. Fue precisamente un comentario que mi muy buena amiga Rosa Berros me dejó en la reseña que hice a esta novela, condenada por el propio King hace treinta años a no volver a ser reimpresa, que decidí leer "La edad de la ira" de Nando López. Rosa me recomendaba hacerlo. Lo primero que hice fue volver a pasar por la entrada que en su blog Cuéntame una historia ella la dedicó. Y con ese conocimiento más el acicate que supuso el hecho de que Juan Soto Ivars en ese programa de Cuarto Milenio, del que hablé en la reseña de Rabia, cuestionase la influencia de este título en el parricidio de Elche ocurrido el pasado mes de febrero, me puse a leer la novela que, por si os animáis, os diré que se lee en un pis pas.
La novela fue publicada por la editorial Espasa en 2011. La firmaba Fernando J. López. Digo que la firmaba porque Nando López es el nombre que figura en la nueva edición, que este mismo año 2022 ha vuelto a lanzar Espasa Calpe a rebufo del éxito que la serie televisiva que adapta la novela ha tenido. Innumerables entrevistas se han hecho al escritor a raíz de la muy buena recepción popular de esta adaptación. En una de ellas -creo que la que le hizo el diario El País- se queja de que se le siga llamando Fernando J. López; también protesta por que se le considere aún por algunos como autor de novelas juveniles dando por sentado, de manera totalmente equivocada, que las mismas pertenecen a una categoría literaria menor o poco seria.
En su primera edición, La edad de la ira quedó finalista del Premio Nadal del año 2010, siendo muy elogiada por críticos tan prestigiosos como el periodista y académico de la española Luis María Ansón. Se alzó con el Premio en esa ocasión la periodista Clara Sánchez con la novela titulada "Lo que esconde tu nombre", obra que no he leído.
Sinopsis de la novela (proporcionada por la propia editorial)
La edad de la ira arranca cuando Marcos, un adolescente de 16 años y que acaba de comenzar primero de bachillerato, asesina a su padre viudo con una máquina de escribir, hiere gravemente a uno de sus tres hermanos con unas tijeras y causa lesiones leves a otro. La brutalidad y la falta de motivos aparentes ante este crimen empuja a Santiago, un escritor treintañero, que cursó bachillerato en el mismo instituto que Marcos, a llevar a cabo una investigación sobre las causas del crimen.
En La edad de la ira, su autor, Nando López, profesor de Lengua y Literatura de Secundaria y Bachillerato ahora en excedencia, autor teatral, novelista y conferenciante, se sumerge en la vida diaria de un ficticio IES, el Rubén Darío, el Darío para sus profesores y alumnos, donde Santi, antiguo alumno y periodista en ejercicio indaga sobre los motivos que pueden haber llevado a Marcos -si es que ha sido él el autor- a cometer tamaña salvajada: matar al padre y dejar malherido a uno de sus hermanos. ¿Por qué -se pregunta el periodista treintañero metido a investigador- un chico afable y tranquilo puede haber hecho aquello de lo que se le acusa? Esta curiosidad lleva a Santi a pedir a Sonia, jefa de estudios del Darío, permiso para hablar con cuatro o cinco profesores (luego serán algunos más) que conociesen bien a Marcos y a otros cuatro o cinco chicos, compañeros de éste. Quizás así, piensa, logrará entender lo que sucedió.
Dos tipologías de personajes, pues, son las que toca el autor. Por un lado están los docentes, un mundo variopinto, con individuos de todas las especies: los comprometidos, los pasotas, los que tienen una enorme vocación, los sin vocación alguna...
«Si no se implican, no les va nada mal. Faltan unos cuantos días por temas más o menos justificados: consultas médicas, obligaciones familiares, no sé, lo que se les ocurre, y si se tercia, se piden una baja de un par de meses para que apechugue con todo un interino. El curso pasado, uno de biología la obtuvo porque decía que le dolía mucho el hombro izquierdo. Ya ves, tres meses en su casa por el dolor de hombro..., como si para dar una clase no se pudiera emplear también la voz.[...] Saben mucho de sus materias y hasta puede que sean una eminencia en lo suyo, pero a la mayoría esto de la enseñanza no les gusta lo más mínimo. Odian la ESO y a los de la ESO. No todos son así, claro..., pero los alumnos torpes les molestan. Los vagos, les indignan. Y los indisciplinados, les superan. No sé, tú pregúntales a ellos, a ver qué te cuentan.» [palabras puestas en boca del conserje del Darío]
Por el otro lado están los alumnos, los adolescentes, individuos en plena ebullición madurativa de su personalidad, buscando y rebuscando su identidad, sin entenderse a sí mismos, con dudas de todo, rebeldes, creativos, amables, con brotes de violencia que ni ellos mismos sospechaban pudieran albergar... Son seres en quienes los sentimientos amorosos comienzan a brotar: Sandra se siente atraída por Marcos, Raúl desea a Sandra, Marcos mira con ojos tiernos a Raul, los tres forman un buen grupo de amigos que gustan de ir a la filmoteca o ver películas clásicas en casa de unos u otros. En realidad están aún en la edad de la no certeza, pueden ser objeto de manipulación por parte de cualquiera que desee aprovecharse de su ingenuidad, de su inocencia. Al tiempo, en el ambiente adolescente flota siempre una especie de tensión que puede explotar en cualquier momento. Santi habla sobre Marcos con seis chicos entre los que además de los ya citados Raúl y Sandra están Ahmed, Adrián y su chica Meri. Estos dos últimos son algo impresentables y critican e insultan a cualquiera que esté a su alrededor. Así, pues, el autor muestra en esta media docena de alumnos tres tipos de chicos: el inmigrante que soporta insultos del machista, xenófobo y homófobo Adrián («Y tú, ¿por qué no te vas a tu puto país? Joder con el moro...»); la sumisa Meri, solidaria con su chico; el amable Ahmed; Raúl y Sandra siempre tan amorosos entre ellos... Y, naturalmente, al fondo del relato, hablando todos de él aunque él directamente no participe, Marcos.
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Con las confesiones de los profesores, el autor cubre el abanico tipológico de los mismos: Álvaro es un profesor de literatura innovador, enrollado, homosexual y progresista; Íñigo, profesor de sociales, es un entregado trabajador que a cambio de nada se encarga de hacer la revista escolar; Gema, profesora de informática, confiesa su disgusto con la enseñanza, pero es una tía noble y profesional; Sonia, la jefa de estudios, es una trabajadora nata, que ama la educación y se entrega a ella con denuedo; Gerardo, el director, es un tipo estirado, tradicional, que no quiere complicaciones y al que los problemas de los alumnos le importan un pimiento; Dani, camarero homosexual del Darío, será testigo de cosas que le sucedieron a Marcos fuera del IES; Mayte, la orientadora, no puede con la enorme carga de trabajo que los recortes sufridos por la educación pública han echado sobre sus hombros; Álex, el profesor de inglés, es un simpático amigo de Álvaro con quien coincide en todo; y así.
Quedan fuera de esta serie de confesiones escritas por alumnos y profesores dos personajes fundamentales en el relato: el propio Marcos, detenido desde el principio de la novela, de quien sólo nos llegan dos trabajos escolares en los que se percibe su incomodidad con el mundo en que vive y su determinación de dejar de simular; el otro es Eduardo, antiguo profesor del Rubén Darío, depredador sexual que acosaba a las alumnas a través de internet, las manipulaba y exigía acciones impresentables.
Como se ve toda la fauna educativa pulula por esta novela de Nando López. Al haber sido yo como el novelista, hasta hace no mucho, profesor de Lengua y Literatura en un IES, entiendo y comparto muchas de las afirmaciones que el autor disemina en su narración. No todas, por supuesto. Creo que a veces incurre en topicazos pedagógicos, quizás por el afán perseguido de atraer al lector adolescente, principal destinatario de su relato:
- «Me ventilo rápido temas como el de los autores medievales, ¿tú crees que a un quinceañero le interesa lo más mínimo Gonzalo de Berceo? Por favor, si eso me aburre hasta a mí..., y a cambio les pido que me escriban sobre ellos, sus vidas, su mundo» [le dice Álvaro al investigador]
- «Me suena que el autor es Cernuda, pero no estoy seguro. Hasta esta semana no sabía que hubiera poemas como esos, la verdad. En los cursos anteriores, aparte de eso del rollo de los pastores de Garcilaso y del tío aquel pegado a una nariz gigantesca, no hemos comentado más que chorradas» [dice Raul en un momento de su confesión]
Sin embargo, y sorprendentemente, parece que a estos chicos les encantan los relatos de Raymond Carver, las novelas de Kafka, la poesía de Cavafis, de Cernuda... Evidentemente esto es el objeto de deseo de cualquier profesor de Literatura, pero es "tan corto el amor y es tan largo el olvido" que decía Neruda. Quiero decir que me parece que el escritor se pone algo estupendo y que ha perdido un tanto el contacto con la realidad cuando dice cosas como las señaladas. Pero es sólo una sensación mía, nada más.
También creo que cae en el tópico en algunas afirmaciones que hace sobre política educativa a nivel nacional (lo política y manidamente correcto, ya se sabe). Del mismo modo el maltrato de palabra por parte de algunos profesores hacia los alumnos que se señala en la novela es algo que me parece totalmente irreal no sólo hoy sino también hace once años cuando salió la primera edición de la novela:
- «—Esos —responde Raúl con tono despectivo— con leernos el libro de texto y repetirnos todos los días lo idiotas y lo incultos que somos ya tienen suficiente.» [opina Raul sobre el profesorado]
- «su forma de referirse a los autores homosexuales —"se refiere a Lorca llamándolo la Federica", afirmaban los chicos— e hispanoamericanos —"nos dice que vamos a estudiar textos de los panchitos"»—. [dice Sonia a propósito del expediente abierto a un profesor]
Y poco más me cabría decir de esta novela que se lee con una facilidad pasmosa y que sobre todo parece un ajuste de cuentas del autor con la enseñanza y con la sociedad en la que él creció. Hay una clara identificación de Nando López con el personaje de Marcos y con el del profesor Álvaro. Con el primero en tanto en cuanto materializa en él sus angustias adolescentes sobre su identidad sexual; y con el segundo en tanto en cuanto muestra a su través la búsqueda de la felicidad, tan difícil de encontrar, que exige muchas veces el ejercicio de prueba y error hasta localizarla. Si creemos al autor, que últimamente ha dado a los medios un sinfín de entrevistas debido al éxito de la serie televisiva realizada sobre esta novela estrenada el pasado mes de febrero, su momento feliz más alto fue cuando conoció a Juan, su pareja desde hace 19 años.
Además de novelista, Nando López es persona muy activa dentro del colectivo COGAM, de cuya mano participa, al cabo del año, en alguna de las conferencias impartidas por voluntarios del colectivo en institutos y colegios, a fin de dar visibilidad social a los problemas de bullying, homofobia, depresión y fracaso escolar que algunos jóvenes sienten en los centros escolares.
A modo de cierre
En resumen, podría decirse que La edad de la ira es una historia de adolescentes en etapa de formación, desarrollo y descubrimiento, en todos los aspectos, de su identidad adulta. Se desarrolla en el contexto escolar de un IES. Se nota que el autor no es extraño al medio y que conoce el funcionamiento interno e íntimo de un Centro educativo. Está bien, aunque veo, quizás, demasiados elementos propios de la corrección política exigida actualmente. Por ahí me ha desilusionado un poco. A veces hace uso de tópicos sin cuestionárselos lo más mínimo: promiscuidad sexual en los gais, integrismo vs progresismo... No sé, creo que no se arriesga mucho el autor, simplemente se deja llevar por lo ya establecido y aceptado. Pero es una novela que se lee muy bien, con gusto, pese a esas pequeñas cosillas que chirrían un poquito.
He descubierto a un escritor que no conocía. Un autor no sólo de novelas sino también de obras teatrales, tanto originales como de versiones y/o adaptaciones dramáticas. Estaré atento a la cartelera teatral para ver alguna de las obras que Nando López ha escrito, versionado o adaptado al formato teatral en el que, leo, ha cosechado varios éxitos.
¡Hola Juan Carlos!
ResponderEliminarPues oye, ando un poco desconectada de novelas que se centran en adolescentes e institutos, pero creo que esta sí que podría conectar más conmigo.
Veo que se lee muy bien y, bueno, a pesar de que el autor caiga en ciertos tópicos y reflexiones con las que no has estado muy de acuerdo... veo que no ha sido una mala lectura en absoluto :)
¡besotes!
Por fin he dado con el motivo por el que tu comentario no aparecía en pantalla. No sé por qué el sistema lo había considerado spam. Pero ya lo solucioné.
EliminarSeguro que te gustará leerla, Irene, ¿Viste la serie?
Un beso
Estoy de acuerdo contigo. En mi reseña tuve que cortar muchas cosas porque casi hablaba más de lo que como profesora opinaba sobre lo que cuenta del IES que de la novela en sí. Creo que exagera en algunas cosas. Y, por supuesto, trata de meter todos los tópicos que sobre la educación circulan por ahí. Pero aparte de eso, creo que la novela está bien y, aunque algo exagerado, como digo, el ambiente de un Instituto, tampoco está muy lejos de la realidad. te recomendaría ver la serie porque es bastante distinta y complementa muy bien el libro. Creo que los autores supieron adaptar muy bien la historia y le dieron una visión, más de lo que sucede fuera del IES, más desde la visión de los chicos y muy interesante también.
ResponderEliminarUn beso y gracias por la mención y los enlaces.
A ver si la colocan en abierto o en alguna de las plataformas que manejo y la veré, aunque ya te digo que no sólo me pareció algo exagerado el ambiente descrito de un IES, también la presentación de la vida fuera del IES de los personajes gais (profes y alumnos) me pareció algo exagerada. Es cierto que es una ficción pero la verosimilitud es un valor exigido siempre a la misma. Pero sí, se lee bien y tiene ese aroma dirigido a la población juvenil adolescente que ha hecho triunfar a Nando López en el mundo literario. Ya te digo que quisiera ver algo de su teatro para hacerme una idea más exacta de su literatura.
EliminarUn beso, Rosa
Como profe y lectora, creo que esta novela la tengo que leer. Gracias. Besos.
ResponderEliminarA los profes la novela nos dice cosas que conocemos, pero conviene a veces verlas noveladas para tomar más conciencia de ellas.
EliminarUn beso, Lady
"Se pone estupendo". "Ajuste de cuentas"... Tu análisis me encanta, y creo que la novela no me llamaría tanto la atención precisamente por lo que comentas: la estructura narrativa no parece muy sólida, los clichés son malos consejeros a la hora de novelar... y, definitivamente, los ajustes de cuentas no le interesan a nadie, salvo que el autor los module de una forma literaria brillantísima. Gracias por tu disección de la obra. Me parece impecable.
ResponderEliminarAsí es como yo lo he visto. Oye, a lo mejor me equivoco y me paso de frenada, pero es como yo lo he sentido.
EliminarQuiero conocer la vertiente teatral de este escritor porque entre sus títulos y adaptaciones teatrales veo cosas en principio muy buenas.
Un abrazo
Por un lado me llama pero por otro, me imaginaba un poco que iba a haber en esta novela demasiados típicos tópicos y parece que es así. Lo que no sabía es que había sido publicada hace diez años. Y además finalista del premio Nadal. No le digo que no a esta novela, pero tampoco voy a salir corriendo a por ella.
ResponderEliminarBesotes!!!
De todos es sabido que la corrección incurre en el tópico una vez que la misma se institucionaliza. Como para agradar hay que ser correcto en lo socialmente admitido, es evidente que las puertas del tópico se abren de par en par. Es lo que en parte -solo en parte- sucede en esta novela. Pero te diré, Margari, que es una novela que se lee bien y con agrado.
EliminarUn beso
Creo que la novela puede ser una buena oportunidad para conocer cómo algunos profesores ven su propio mundo y acercarse de manera sutil al pensamiento adolescente. Aunque realmente habría tres personalidades en la adolescencia: la del colegio, la de sus amigos y la desarrollada en el hogar familiar. Respecto a las series, que ya de por sí me interesan poco, pienso que algunas de adolescentes hacen bastante daño a la vista je, je.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Juan Carlos.
Como profesor que he sido te diré que la visión que da del colectivo docente es bastante atinada si bien, en mi opinión, peca de cierta inquina o animadversión hacia el mismo. Luego, en cuanto a los adolescentes la cuestión creo que está mejor ajustada a -como tú bien señalas- su entorno familiar, el colegial y el de las amistades. También aquí, creo que el autor acerca el ascua a su sardina y fija su atención en la problemática de un adolescente homosexual que quiere aceptarse y ser aceptado por sus entornos.
EliminarLo de las series y los adolescentes estoy contigo en que algunas -bastantes- hacen daño a la vista y caen en tópicos asentando los mismos más y más en la sociedad.
Un fuerte abrazo, Miguel
Una magnífica reseña, Juan Carlos. No he leído la novela ni he visto la serie. Pero me voy a decantar por ver la novela me han entrado unas enormes ganas después de leerte. La anoto y la sumo a mi pila.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Es imposible despejar la mesa de títulos en espera, ¿verdad? Un saludo, Rita
EliminarLeí la novela hace unos años. Me gustó sin más. Sigo a Nando López en redes sociales y su labor en pro de la tolerancia es sensacional. No he leído nada más. Probablemente lo haga, aunque el tema docente me satura (me dedico a esto).
ResponderEliminarHabiendo sido docente como tú entiendo perfectamente tu saturación del tema docente. ¿La novela? Bueno, bien, como tú dices, sin más.
EliminarUn abrazo
Cuanta violencia precede a tanta frustración. Me imagino a jóvenes sin incentivos ni ilusión para mejorar con el estudio y el aprendizaje. Se preguntan, para que sirve todo el esfuerzo si después los que viven bien son los caraduras, los vagos y los sinvergüenzas.
ResponderEliminarTambién me puedo imaginar la misma desazón en los maestros y profesores que no saben como motivar a eso adolescentes que afrontan un futuro invierto y muy parco en alternativas.
Perdón te pido como al resto de compañeros, por mis prolongadas ausencias. No me falta voluntad pero si tiempo, que ahora debo dedicar a asuntos más importantes. Antes la obligación que la devoción. Ya sabes.
Un abrazo, Juan Carlos.
Hola Javier:
EliminarSabes que siempre eres más que bien recibido por estos lares. Antes la obligación que la devoción, eso desde luego. Veo por tu comentario que estás algo enfadado con la sociedad que nos rodea. No me extraña, la verdad. Pero sea por lo que sea quiero darte ánimo y enviarte un muy fuerte abrazo, amigo Javier
¡Hola Juan Carlos!
ResponderEliminarYo tampoco conocía a Nando, ni la existencia del libro o la serie. También desconocía esa posición en la final del Nadal en el 2010. Los temas de este tipo, con adolescente de por medio y de fondo los disfruto mucho en las series de televisión, así que me quedo con eso, voy a mirar a ver si está en alguna de las plataformas que tengo
Besos enormes!!!
Hola, Marian:
EliminarCreo que la echan por Antena3 Premium. Yo no la tengo, ni por ahora pienso. Estoy con tres o cuatro y la verdad es que me sobran dos o tres si no las cuatro. A veces me pregunto para qué tanta cosa si luego en casi todas ponen lo mismo o muy parecido. En fin, qué le vamos a hacer.
Si te gustan estos temas esta novela y/o su serie te encantará
Un beso grandote