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28 ago 2019

A pares I: Chester Himes: "Algodón en Harlem" y Anne Holt: "La diosa ciega"

Es el verano época propicia para lecturas más livianas, más breves y más seguidas, de manera que éstas, una vez realizadas, se me suelen ir amontonando sin haber hecho reseña alguna de las mismas. Es cierto que no todo lo que leo lo reseño, pero entre las muchas hechas durante estos meses de calor me gustaría dar noticia, siquiera breve, de algunas de ellas. Lo haré por parejas pues mi idea es sólo dejar constancia de sus títulos, de sus autores, y de algún pequeño detalle significativo más. Inicio pues con esta entrada esta serie de reseñas que denomino “A PARES”.


"Algodón en Harlem" de  Chester Himes

Novela negra norteamericana, discriminación racial,

La pareja de detectives policiales de color Grave Digger (Sepulturero) Jones y Coffin (Ataúd o Ataúdes) Ed Johnson indagan en esta ocasión unos asesinatos que en el curso de la investigación llevarán asociados la extraña pérdida, búsqueda y comercialización de una bala de algodón en el Nueva York de los años 40 (la verdad es que no se precisa la década en que transcurre la historia) aproximadamente. El reverendo O'Malley que preside una de las múltiples iglesias baptistas que adornan el Harlem neoyorquino está comercializando bajo el eslogan de "Regreso a África" unos viajes para la gente de color en busca de sus raíces. Cada viajero ha de pagar la abultada cifra de 1000 dólares en cuya cantidad se incluye el pasaje en un moderno trasatlántico hasta un país africano en el que se les darían unas hectáreas de tierra, unos cuantos aperos de labranza y animales de carga para poder establecerse allí y labrarse el futuro que les hurtaron los blancos cuando sus antepasados fueron esclavizados  y enviados a Norteamérica. La inocencia de la gente hace que en las arcas de la supuesta benéfica organización de O'Malley se hayan acumulado 87000$. Pero todo es un auténtico fraude que provocará el robo de esta cantidad y una serie de muertes.

Los detectives Coffin Ed y Grave Digger, burdos, toscos, pero muy efectivos, investigarán la misteriosa desaparición del dinero y los asesinatos anejos a la misma. Chester Himes presenta aquí una novela negra en los términos ya habituales en su novelística:
  • Estilo 'hard boiled':
"—Lo que más necesitan los barrios bajos norteamericanos es aseos —contestó Coffin Ed.
"Husmeando los olores a comida, cópulas, menstruación, excrementos, orines de gato, masturbación y la vaharada de vino rancio y tabaco negro, Grave Digger replicó:
"—Eso no valdría para gran cosa.
", pág. 72)
  • Erotismo en línea con el estilo antes señalado, un estilo que hoy no pasaría el filtro de lo políticamente correcto. El autor que tuvo que salir de su país definitivamente en 1956 harto del racismo que allí imperaba, hoy sería objeto de persecución por parte de movimientos intrasigentes y revisionistas que gozan, inexplicablemente en mi opinión, de buena salud. Afortunadamente en 1967, fecha de publicación de la novela, la sociedad tenía asuntos de mayor enjundia entre manos y la corrección política no formaba parte de ellos:
"Iris arrojó a un lado la revista y se incorporó. Llevaba un vestido de seda estampada y la falda se le subió, mostrando unos suaves muslos color amarillo crema por encima de las medias de nylon.
[…]
De la mujer emanaba un mareante olor a sexo húmedo, a sudor y a perfume.
—¡Maldita puta! —graznó el policía." (págs. 99 y 104)
  • La música de jazz que suele sonar en los clubs que frecuenta la población negra:
"Sonaba una pieza de Ray Charles
De pronto los dos se pusieron a escuchar atentamente la pieza que estaba sonando.
—Pres —reconoció Grave Digger, utilizando una mano como pantalla de la oreja—. Y Sweets.
—Y también Roy Elridge —añadió Coffin Ed." (pág. 148) 
"El piano sonaba frenéticamente, el saxofón gemía con ritmo afrodisíaco, el contrabajo latía de forma sugestiva, la trompeta sonaba imperiosa y la guitarra suplicaba" (pág. 218)
  • La gran ciudad:
"La ciudad vivía, respiraba y dormía como de costumbre. Había gente que mentía, robaba, estafaba y asesinaba; gente que rezaba, cantaba, reía, amaba y era amada; y gente que moría y hacía. El pulso de la ciudad seguía igual. Nueva York. La Gran Urbe." (pág. 141)
  • Los coches:
"El «Chevrolet» —el «Cadillac» del pobre— era exactamente igual a los otros cientos de coches de la misma marca que hay en Harlem" (pág. 129)
  • La reivindicación social de su pertenencia a una clase desfavorecida y perseguida por tenérsela siempre bajo sospecha. En otras reseñas sobre otras novelas de este inmenso escritor aludo a lo poco que ha cambiado el panorama en USA respecto a esta discriminación [leer reseñas aquí y aquí]:
"Por los altavoces sonaba la tonante voz de un orador:
—Hombre blanco: nos has hecho trabajar de balde durante cuatrocientos años. Ya es hora de que pagues..." (pág. 169)
Las anteriores características unidas a un sentido del humor muy Chester Himes hacen que la novela se lea con muchísimo gusto. No en balde el escritor fallecido en Moraira (Alicante, España) en 1984 y enterrado en el cementerio municipal de Benissa forma junto a Raymond Chandler y Dashiel Hammett el tridente de la novela negra clásica norteamericana.




"La diosa ciega" de  Anne Holt

literatura noruega, movela negra escandinava, novela negra noruega

Creo haberlo comentado ya en otras ocasiones. Me gusta leer durante mis viajes algo relacionado con el lugar o lugares que voy a visitar. Este verano he paseado con gusto infinito por los fiordos noruegos. Correspondía pues buscar alguna lectura surgida de ese país nórdico. Puesto a buscar me centré en la novela negra de la que los europeos más septentrionales son maestros indiscutibles. Quería, además, acercarme más a la realidad del país que iba a visitar: necesitaba autores noruegos, no me valían los suecos que son quienes llevan la delantera en ficción de suspense, thriller y detectivesco-policíaca. Busqué y pronto me fijé en una escritora, Anne Holt, que antes de dedicarse a la narrativa había sido durante unos meses Ministra de Justicia en su país. Si había sido Ministra de Justicia -pensé- debía de conocer a la perfección los entresijos de su administración y además sabría de asuntos que acontecen en localidades noruegas: en Oslo, en Bergen, en Stavanger…, ciudades por las que iba yo a deambular.

Anne Holt es escritora prolífica desde que en 1993 publicó "La diosa ciega", primera entrega de la serie protagonizada por la subinspectora Hanne Wilhelmsen. La serie consta hasta la fecha de 11 títulos, siendo el último del año 2015. A partir de 2001, paralelamente a las historias de la afamada policía, comienza a publicar otras protagonizadas por el inspector Yngvar Stubø y la criminalista Inger Johanne Vik. Por ahora esta segunda serie la forman cinco títulos, el último del año 2012. Pero Anne Holt no se conforma con los héroes de estas dos sagas, en 2010 inauguró una nueva serie escrita al alimón con su hermano Even Holt protagonizada por otra pareja de detectives, la doctora Sara Zuckerman y su padre Ola Farmen, que por ahora consta de sólo dos entregas.

En mi caso decidí comenzar por el principio y leer la primera novela que salió de su pluma. La he leído y me sirvió para lograr perfectamente mis objetivos: revelarme datos sobre la manera de vivir de los noruegos, entender algo de la organización de sus escasas ciudades y entretenerme con la historia que me propusiese. Éxito total.

Lo interesante de esta novela es lo bien que muestra los entresijos de la justicia criminal noruega pues aunque el relato lo escribió tres años antes de ocupar brevemente el puesto de Ministra de Justicia (de noviembre de 1996 a febrero de 1997) en esa época ella era asesora legal como abogada del cuerpo de Policía noruego. O sea que sus conocimientos de las profundidades de la justicia en su país las conoce -y las muestra en esta narración- a la perfección.

Tiene pues la novela mucho de base real como puede verse de lo dicho en el párrafo anterior. La figura de la protagonista, Hanne Wilhelmsen, bebe en la biografía de su creadora. Así vemos lo exigente que es consigo misma, las relaciones muy profesionales con sus compañeros y la muy sincera y estable que mantiene con su pareja, una médica, de la que porta "el anillo de su dedo anular, la única joya que llevaba y que le había regalado su pareja cuando se fueron a vivir juntas a los diecinueve años". Anne Holt en su vida real vive junto a su pareja Anne Christine Kjaer y su hija Iohanne.

La novela, además de la muy entretenida y muy bien llevada historia policíaca que plantea, esparce a lo largo de la narración referencias literarias, algunas poco conocidas como la que hace al escritor estadounidense Odell Gabriel Scott, si bien la mayoría son muy conocidas por los lectores como la que hace al "Ulises" de James Joyce ("Por séptima vez empezó a leer el libro que tenía en el regazo, el Ulises, de James Joyce") ya un tópico cuando se quiere señalar la dificultad de una obra y lo inalcanzable que es darle fin.

Abundan más las alusiones a la música, ámbito en el que la protagonista se mueve con soltura manifestando en más de una ocasión el aprecio que siente por la música rock que escucha preferiblemente durante sus desplazamientos en coche:
"Tina Turner berreaba un poco demasiado alto «We don’t need another hero» […] puso a Bruce Springsteen a todo trapo" (pág. 240 y 243)
Pero sin lugar a dudas lo que más me gustó de compaginar mi visita a los fiordos noruegos con la lectura de esta novela noruega fue comprobar por ambos lados ('in vivo' e 'in dicendi') que sí, que los noruegos son seres que gustan de vivir aislados en casas hechas al estilo tradicional (cabañas), que la abundancia de nieve les lleva a que esquiar sea más que un deporte una manera cómoda de desplazarse, y que las pocas horas de luz durante el largo invierno provoca en muchos de ellos problemas de depresión mental que camina al lado o muy cerca de su desmedida afición al consumo de alcohol. La violencia que muestra esta novela surge no pocas veces del alcoholismo en que viven inmersos muchos de los personajes.

Sin duda leeré alguna novela más de esta novelista, profunda conocedora del funcionamiento de la Justicia ('la diosa ciega') en su próspero país.

9 comentarios:

  1. he leído el primero de la serie de Chester Himes, que me gustó y ando pendiente de seguir, y los dos primeros de Anne Holt de la serie de Vik & Stubø. Estos no los recuerdo y me imagino que no me entusiasmaron porque no he repetido.
    Buena idea lo de sacar las reseñas de dos en dos porque se acumulan y no da una abasto. tengo ahora como tres escritas y sin publicar y dos para escribir.
    Un beso.

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    1. Chester Himes es impresionante. Además a pesar de tener ya unos añitos sus novelas son de una actualidad increíble. Con frecuencia (¡una lástima, la verdad!) la segregación racial asoma sus orejas en USA con disturbios en los que la brutalidad policial se ceba con la población negra. Precisamente este punto es uno de los que denuncia sistemáticamente Chester Himes en sus novelas.
      De la serie de Anne Holt "Vik & Stubo" nada puedo decirte pues no he leído ninguna narración. De la de Hanne Wilhelmsen lo que apunto en esta breve reseña: entretiene.
      Un beso

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  2. ¡Hola! Me pasa un poco como a ti y como me gusta llevar sincronizadas las reseñas con lo leído (yo sí suelo reseñar todo lo que leo y consigo terminar, lo que abandono, ni lo menciono en el blog), pues en alguna ocasión he hecho minireseñas de dos en dos.
    Los autores nórdicos en general son geniales, me gustan mucho (Mankell, Nesbo, Larsson...). A Anne Holt no he tenido el placer de leerla todavía, pero caerá en algún momento. Me parece muy interesante todo lo que nos has contado sobre la autora y el hecho de que sea conocedora desde dentro de los entresijos de la justicia noruega
    ¡Me ha encantado leerte!!
    Besos

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    1. Lo de hacer reseñas de más de un título permite aligerar la lista de lecturas hechas y no reseñadas, pero en mi opinión tiene varias cosas en contra: la primera que los buscadores pierden alguno de los títulos en ella contenidos al quedar estos dentro de otros; la segunda, que no permite explayarse debidamente. pero el tiempo es finito y hay que dar salida a tanto material, ¿no te parece?
      Agradezco tus amabilísimas palabras, Marian, sobre mi blog. Del tuyo yo puedo decir otro tanto. Durante los últimos días de agosto he leñido algunas de tus reseñas, en especial la del libro de Pauline Dellabroy-Allard. Quise dejarte mi opinión en un comentario pero blogger me gasta malas pasadas cuando me alejo de mi ordenador principal, único donde me permite comentar (así es este hombre llamado Blogger, Google o como quiera que sea). Ahora te digo algo aunque sea brevemente.
      Un beso

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    2. ¡Hola de nuevo! Veo que ya has solucionado los problemas para dejar comentarios, así es blogger, a veces nos juega malas pasadas (cuantas veces he tenido ganas de pasarme a wordpress, pero la pereza...)
      Es verdad los inconvenientes de hacer minireseñas, hay cosas que te gustaría expresar y que se te quedan en el tintero y en lo de los buscadores la verdad es que no había caído. Pero cuando se nos acumulan las lecturas, es la única salida, como tú dices
      Un beso

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  3. Aunque sean de dos en dos me han parecido muy completas ambas. Datos interesantes de los autores también.

    Pero aparte me sorprende que no reseñes todo lo que lees, porque de por sí actualizas bastante seguido y muy buenos libros. ¡Qué bueno que se resolvió el problemilla de blogger! LO digo porque apenas entré al blog, lo primero que me salió en la lista de lecturas fue: Juan Carlos Galan.

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    1. Me alegro, Fany, de que mi blog ya salga en la lista de lecturas de tu blog. pero te diré que aún no puedo dar por resuelto mi problema con Blogger. Resulta que, ¡sorprendentemente!, cuando abro el blog en el navegador Chrome es cuando no puedo hacer comentarios en otros blogs ni contestar los que hacen quienes leen el mío. Sin embargo cuando, como ahora, entro por Internet Explorer sí que la opción de comentarios en el mío y en los otros blogs está perfectamente habilitada. ¡¡Misterios de la blogoesfera!! En fin, seguiremos investigando.
      Besos

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  4. Hola, Juan Carlos.

    Sobre la época en la que transcurren las historias del Harlem Cycle, en teoría son entre mediados de los años 50 y mediados de los 60.

    Las novelas reflejan distintas caras del Movimiento por los Derechos Civiles, que comienza en 1954. También se comenta alguna vez que Ataud y Sepulturero sirvieron con honores en la Segunda Guerra Mundial, lo que les facilitó conseguir trabajo como policías, y ya son veteranos en el cuerpo en la primera novela.

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    1. Hola, Tomás:
      Perdona que no haya respondido antes a tu comentario, ya sabes que los libros, los comentarios y las reseñas se nos amontonan y a veces se nos pierden opiniones importantes como la tuya por el camino. Pero ya lo soluciono ahora mismito.
      Chester Himes es un autor impresionante y su saga con los detectives Ataúd y Sepulturero magnífica. Como digo en mi reseña seguiré leyendo otras novelas de esta serie.
      Un fuerte abrazo, Tomás

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