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21 may 2019

"Cárdeno adorno", por Katharina Winkler

Es tu destino, tienes que vivir así, aunque él sea un perro.
Tenemos que vivir así, tenemos que sufrir así, no hay remedio.
¡Piensa en los niños!.

Por las noches, el viento silba la canción de las mujeres cárdenas en la esquina de la casa.
Suya es la cama donde duermes, suyo el caserío, suya el agua, suyo el pan que os alimenta a ti y a tu familia
” (pág. 147)

maltrato de género, mujeres maltratadas, violación, mutilación genital
Golpes, golpes, golpes... muchísimos golpes... y un sometimiento que casi casi, diría yo, roza el masoquismo. Este es un relato de violencia doméstica escrito por una  joven austriaca, Katharina Winkler (Viena, 1979), que conoció la historia de Filiz, la mujer protagonista de su novela, a través de su padre, médico rural en Austria, quien la había atendido en varias ocasiones en su consulta. Fue la madre de Katharina la que logró que Filiz se abriese a ella y le descubriese los muchos moratones que lucía su cuerpo oculto bajo el austero nicab que siempre portaba. Fue también ella, la madre de la escritora, la que logró que Filiz se desasiese de los conceptos de honor, sumisión al varón y respeto incondicional a sus mayores, y se aviniese a pedir ayuda a los servicios sociales austriacos. Es así como llegó esta historia a oídos de Katharina Winkler, a través de las palabras de sus padres y del contacto directo con la protagonista diez años más tarde de los sucesos que se cuentan en la obra.

El asunto
Estamos en la Turquía interior asiática. Hay en algún momento alusiones al PKK, el Partido de liberación del Kurdistán, en contra del que parece combate la población del país. Yunus, el joven marido de la protagonista, lo hace durante el cumplimiento del Servicio Militar obligatorio que lo mantiene alejado de casa  dieciocho meses; también lo hace la madre de Filiz, la protagonista. La mera  alusión al PKK traslada la sensación al lector de que, quizás, los kurdos sean más liberales que los integristas turcos que los combaten.

Filiz es el personaje protagonista femenino; Filiz y sus tres hijos: Halil, Selin y Seda. Afortunadamente para ella sólo ha tenido tres hijos. Filiz le pidió a Yunus, su marido, al saberse encinta por tercera vez que le permitiese abortar, pero éste prefirió comprarle una lavadora antes que acceder al deseo de su mujer 
"Yunus pone dinero sobre la mesa. Monedas, billetes.
Nunca he visto tanto dinero.
¿Qué quieres que haga con el dinero?, pregunta. ¿Hacerte abortar o comprarte una nevera?
Hacerme abortar, digo, ¡te lo ruego!

La nevera nueva reluce blanca y zumba, una lucecilla azul parpadea hasta por la noche.
" (pág. 160)
Luego nació Seda y Filiz la adora. Yunus es un auténtico animal: se emborracha, desaparece de casa sin saber su mujer e hijos, a quienes deja encerrados, a dónde va, tiene queridas fuera de casa, da unas zurras terribles a Filiz por cualquier cosa y la viola sistemáticamente. Yunus considera que ella es una puta, una cerda, una provocadora que quiere llevarse a la cama a cualquier hombre. Más que un ser humano, Yunus es un enfermo mental, un paranoico, un sicópata... La sociedad en la que habita alimenta estas neurosis obsesivas y supremacistas suyas. La madre de Yunus es una carcelera para Filiz y sus hijos:  roba el afecto de sus niños, la castiga, la hace trabajar lo indecible, la insulta... Para Filiz que escapó con sólo 13 años de la casa de sus padres por amor a Yunus y que desde ese día el también animal de su padre la tachó de la lista de sus once hijos, su suegra es una araña que está ahí siempre dispuesta a enredarla y a aniquilarla.

Kurdistán, Integrismo musulmán en Turquía, Turcos en Alemania y Austria
La novela, como se ve, es brutal porque muestra una situación que lo es. Presenta de manera algo plana la relación de pareja, hombre - mujer, en Turquía. Los personajes no me parece que estén muy bien diseñados, simplemente vemos que los hombres pegan y desprecian a las mujeres, mientras que éstas han de mostrarse sumisas y aceptar las palizas sólo porque vienen de ellos, los sostenedores de la familia, los dueños de todo.
"Yunus es fuerte. Quiere, para desayunar, pan de pita fresco, que le cuezo antes de salir el sol, leche recién ordeñada y yogur casero;  quiere, durante la mañana y varias veces, cigarrillos con fuego y cenicero; al mediodía, pilav con yogur y turçu; por la tarde, un sofá ancho para dormir, luego café, una camisa recién lavada y planchada; al anochecer, sarma y pimiento relleno, pastel fresco con leche, pies lavados y axilas lavadas, mi pelo recién cepillado; y por la noche, cópula por delante y por detrás, quiere que mi dolor sea mudo y mi gemido placentero" (pág. 79)
Es evidente que en la novela hay ciertos maniqueísmos sistemáticos. El primero es el de las dos culturas en contacto: Cristianos occidentales, los buenos, vs Musulmanes orientales, los malos; por extensión el del país acogedor frente al expedidor: Austria, buena, vs Turquía, mala; y finalmente, y por elevación, el propio de género: Hombres malos vs mujeres buenas. Estas dualidades tan absolutas me parecen ciertamente simplistas, y más cuando como en el relato que acabo de leer se muestran así sin más, sin explicaciones añadidas. 

El estilo
Pero la novela, pese a lo dura que es, da gusto leerla. Lo mejor del relato es el lenguaje empleado. Un lenguaje que roza la poeticidad en muchos momentos. Hay secuencias, algunas brevísimas, que son auténticos poemas. La elisión, las metáforas, la elusión, la síntesis, el ritmo poético conseguido mediante repeticiones sintácticas que actúan a modo de golpes acompasados creando una musicalidad buscada deliberadamente... Todo ello redunda en beneficio del relato. También me ha gustado mucho esa manera de mostrar las tinieblas en que la mente de Filiz penetra durante alguna de las numerosas palizas que recibe. Estos momentos oníricos de confusión realidad-irrealidad son, literariamente hablando, bellísimos:
"Golpes lloviendo del techo.
Golpes cayendo de las paredes.
Golpes saliendo de los resquicios del suelo.
Golpe. A golpe. Golpe. A golpe.

Me matas a golpes, pero no me llegas.

El verde de tus ojos nunca vino del río.
"
(pág. 251)
Katharina Winkler, literatura austriaca
➤ Las palabras salvan a Filiz: “Son asperas y pegajosas, pero las recojo y guardo bajo la blusa. Allí crecen y se ablandan y se calientan.” (pág 126)
➤ Hay a veces sonsonete de letanía, como cuando, estando jugando, su hija Selin se parte la cadera y Filiz no sabe cómo hacer para curarla y evitar en ella el castigo que su marido le infringirá: 'Yunus me matará’ /.../ 'Yunus me matará’ 
➤ Muy poético y lleno de plasticidad es expresar los sentimientos (el miedo, el amor…) como si fueran seres humanos: "el miedo, sabedor de mi huida antes que yo”; También las cosas y las acciones son humanizados (animismo): “la fiesta no se interesa por mí”.
➤ En muchas ocasiones el párrafo se desarrolla en auténticos versículos que lo dotan, con las palabras contenidas en ellos y los procedimientos poéticos utilizados, de auténtica belleza. Pero esto no quita para que el mensaje siga siendo durísimo. Así, en un solo versículo, en la página 142, Yunus, el antagonista de esta historia, queda resumido todo él en una terrible y única línea:
"Yunus come, duerme, me penetra y se va"

Toda la novela está narrada en primera persona y puesta generalmente en boca de Filiz. Tan sólo en alguna ocasión la pertenencia de esta persona gramatical abandona a Filiz. Tal ocurre cuando el tío de Yunus acude a casa del padre de Filiz para pedir su conformidad con el matrimonio entre los dos jóvenes
"No puedo creer que la blancura o el frío tengan final, que padre viva en alguna parte o madre esté junto al fogón o Selin se cepille el pelo o Sayit ría.
Espero todo el día y toda la noche.

No hay nada que esperar de mí.
Ella ya no es mi hija.
Sin mi bendición." (pág. 65)
Todo al personaje le lleva a desear su salida de esta situación, a huir de la casa de Yunus y si esto no fuera posible a escapar de la vida. Una vida, la de Filiz, ciertamente terrible. Demasiado terrible. Y ¿por qué? ¿Por ser musulmana? ¿Por ser mujer? ¿Por ser turca? Nada se dice a ciencia cierta, pero la escritora con su silencio viene a alimentar creencias y sentimientos generalizadores muy asentados en occidente. No me parece justo del todo. 
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Nota: En el blog de la tertulia "más que palabras..." se puede leer lo que dio de sí a ese Grupo de lectura esta novela. Dejo aquí el enlace para quien quiera pasarse por allí.

16 comentarios:

  1. Los estereotipos impresionan fuertemente a las personas, es un veneno que se queda ahí y venden bastante. Hasta a mí me pasó con mi más reciente lectura porque me sorprendía a mí misma sorprendiéndome con que un padre musulmán puede ser cariñoso y tierno con su esposa e hija. En tales términos por supuesto, no suele ofender que la mujer se sujete al varón o sea sumisa. Pero si tomamos en cuenta que lo de ser sumisa no sólo se encuentra en el Corán sino también en las escrituras hebreas y griegas cristianas de la Biblia, no tiene caso parcializarse con una u otra cultura.

    Yo por mi parte no leería la novela porque me parece obscena, por las violaciones sí y por la forma tan gráfica de describir las palizas, pero además porque yo sé muy en el fondo que para deshacerme de esos estereotipos, debo leer cosas positivas sobre los nativos de Asia. Que son muchísimas de seguro y poco se escribe de ello.

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    1. La reflexión, Fany, que haces en el primer párrafo de tu comentario la suscribo completamente. Con lo que dices en el segundo no lo estoy del todo porque la historia que se relata en esta novela, te anticipo, tiene un final feliz que reconcilia al lector con estas culturas orientales. Acércate a la novela y compruébalo por ti misma.
      Saludos

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  2. Demasiado dura, por lo que cuentas. No sé si me animaría. Son lecturas que luego me dejan muy tocada.
    Besotes!!!

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    1. Hola, Margari:
      La historia es dura porque el maltrato, la violencia de género, la objetualización del cuerpo de la mujer, siempre lo son. Pero la literatura (las palabras) que envuelven la anécdota es tan hermosa, tan bellamente empleada, tan poética, que no se resiste uno a leer y leer. Atrévete a hacerlo ya verás como tengo razón. Además se sale reforzado y con más armas para no soportar ni una agresión más.
      Muchos besos

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  3. ¡Ufff! ¡Madre mía que libro tan duro!! Ya solo de leerte se me ha encogido el corazón. Me gusta el tono poético y lo bien que parece estar escrita, pero ese silencio de la escritora alimentando creencias arraigadas, vamos, que no se moja..., eso no me gusta. Aún así, está genial leer distintos puntos de vista, aunque no te gusten
    Besos

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    1. Hola, Marian:
      Este punto de si la autora se moja o no, fue asunto controvertido en la Tertulia que ayer mismo tuvimos sobre esta novela. Hay quienes dicen que sí, otros que no. Pero yo sigo en mis trece, la chicuela mantiene un silencio que en mi opinión es basatnte 'sonoro'. Pero esta es mi opinión, claro: Ya se sabe, para gustos los colores.
      Con todo, Marian, el libro merece muchísimo ser leído porque su lenguaje es bellísimo. Una pasada. Gran mérito, en mi opinión corre de cuenta de su traductor al castellano (Richard Gross) que ha logrado mantener el nivel de poeticidad del original.
      Un beso

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  4. La apunté cuando la pusiste en Tarro-Libros. Me atrae el tema y la editorial es garantía de calidad así es que la tengo para muy pronto. Te he leído en diagonal.
    Por cierto, no me cabe duda de que los kurdos son mucho más liberales que los integristas, turcos o de cualquier otro sitio.
    Un beso.

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    1. Te va a gustar mucho, Rosa, estoy seguro. Se lee en una tarde aunque una vez conocida la resolución de la historia conviene volverla a leer para degustar la calidad del lenguaje utilizado. Una delicia. Parece mentira que sea la primera publicación de esta escritora. Pienso que es una mujer que por su dedicación al teatro tiene mucho contacto con la literatura y eso se percibe en el gusto con que maneja el idioma. Aunque, como he dicho ya en otro comentario, mérito innegable para esto hay que atribuírselo a Richard Gross que hace una traslación al castellano magnífica, bellísima.
      De los kurdos no sé mucho, sólo que a los pobres les dan por todos los lados (turcos sobre todo, irakíes y sirios), aunque creo que se han reivindicado ante el mundo espectacularmente con la lucha que han llevado por su propia cuenta contra el ISIS en Siria. Les deseo lo mejor porque llevan muchas décadas sufriendo.
      Un beso

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  5. Qué bien, una lavadora a cambio de quedarte un niño no deseado...😒
    Mi conocimiento del mundo musulmán, y de la mujer en concreto no va más allá de los estereotipos y el boca a boca, pero creo que la autora no está ayudando mucho a derribarlos 🙄

    Besitos 💋💋💋

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    1. Coincido contigo, Yolanda. La autora en mi opinión lo que consigue es reforzar los topicazos, injustos la mayoría de las veces. Pero, bueno, este problema que se detecta en la novela con ser grave no anula la muy alta calidad literaria de esta obra.
      Un beso

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  6. Me dejas con ciertas dudas. Temo que la forma se coma el fondo. Me atrae esa forma tan poética de escribir, suelo difrutarla muchísimo, pero tal vez en este caso juegue un poco a favor del engaño o del despiste. Está bien que se hable de estos temas y que se destapen situaciones tan terribles. Abogo porque la literatura no sea mero entretenimiento sino que sirva también para ponernos en la piel de los demás, reconocernos incluso en ellos y profundizar en los temas en cuestión que trate. Me da la impresión, a tenor de tus palabras, de que en este caso no se cumplen todas estas funciones. En estos casos suelo sentirme un poco estafada y cuando además se tratan asuntos tan delicados como en esta novela, incluso cabreada.
    La sigo dejando en cuarentena. De momento no me animo.
    Besos

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    1. Comerse el fondo, no. No del todo, al menos, pero sí un poquito. En mi opinión, y que conste que la novela me ha encantado, lo esencial de ella es el estilo em`pleado para hacernos llegar la historia. La historia en sí es muy llamativa porque afortunadamente nosotros nos sentimos -¡y estamos!- muy lejanos a lo que se nos cuenta en ella, pero en el fondo no es algo demasiado sorprendente. Pero el lenguaje utilizado es magnífico. Te aseguro, lorena, que disfrutarás leyendo las hermosas palabras que la autora ha vertido sobre tan terrible y dura historia.
      Cuando pase la cuarentena en que la dejas, asnímate a leerla, verás cómo disfrutas.
      Un beso

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  7. Hola Juan Carlos mientras te leía pensaba que esta no, que era demasiado dura, que no me apetece leer y que me duela y esas relaciones en las que hay tanta desigualdad e injusticia me sublevan, pero algunas de las frases que has destacado me han parecido magníficas y las respuestas que has comentado a los compañeros hacen que me la tenga que apuntar para leerla aunque escogiendo el momento.

    Besos

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    1. Hola, Conxita:
      ¿Sabes lo que pasa? Pues que aunque la historia es muy dura, la autora (muy joven ella, apenas 40 años) ha sabido suavizarla a través del delicado y muy bello lenguaje que emplea. Por eso, ya he respondido en otros comentarios, lo que cuenta aunque duro no nos descubre nada nuevo, pues sabemos que estas cosas suceden y más en otras culturas que en la nuestra; y entonces, ¿leerla para qué? Pues simplemente para disfrutar haciéndolos con una prosa que es muy poética, muy hermosa.
      Un beso

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  8. Aparte de que la historia pueda ser dura, creo que los temas que trata y plantea son para debate. Y seguramente dejará huella después de leerlo.
    Un abrazo

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  9. Una novela magnífica para leerla, disfrutarla, debatir sobre los asuntos que toca, y comentar el increíble empleo que hace del lenguaje su autora.
    Abrazos

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