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31 ene 2019

Federico Supervielle Bergés: "El Albatros"

El autor tuvo la gentileza de ofrecerme su novela para que la leyese cuando pudiera. Llegado su turno, me ha agradado la fluidez con que las palabras hacen que la anécdota discurra. Según la leía me he visto agradablemente transportado muchos años atrás, a cuando mi yo adolescente abordaba (¡qué bien le cae este término a una novela que transcurre en el mar!) las novelas tenidas por juveniles de Julio Verne, Robert L. Stevenson e incluso Herman Melville. “El Albatros” es, indudablemente, una 'novela de aventuras'.

El Albatros y los piratas de Galguduud, Federico Supervielle
(Fotocomposición tomada de http://librosadictivos.com/el-albatros-los-piratas-galguduud/)

El autor
Antes de ponerme con "El Albatros" eché un vistazo por Internet al escritor. Federico Supervielle Bergés es Alferez de navío y ha publicado más de un informe o documento en la Revista General de Marina y el Instituto Español de Estudios Estratégicos. Fue precisamente leyendo por encima un artículo suyo publicado en la Revista online de ese IEEE que decidí aceptar el ofrecimiento que me había hecho de su novela. Su estilo claro y directo me captó desde el primer momento. 

Federico, "Fede", es un enamorado del Mar y de la Milicia. Profesionalmente ha estado destinado a bordo de la fragata Victoria y del patrullero Tornado. Entre sus actividades militares está la de haber participado en la misión antipiratería de la Unión Europea en el Índico y en un despliegue de seguridad cooperativa en el Golfo de Guinea. Su amor a la mar, a la profesión, su espíritu militar, su sentido del deber, en definitiva, su experiencia vital, están muy presentes en su novela.

La novela
El título y subtítulo que figuran en la portada del libro dan sobrada información sobre el asunto que aborda la novela. En efecto se trata de una embarcación que va a actuar al margen de cualquier superestructura militar pero protegida en parte por los gobernantes de un país aunque éste sea, como no se cansa de repetir el narrador de la novela, un Estado fallido. Sí, en efecto, es fácil que hayáis  adivinado que ese Estado fallido no es otro que Somalia en el cuerno de África. El barco que actúa con patente de corso en este siglo XXI se llama "Albatros",  está equipado con la más moderna tecnología militar y tripulado por una sesentena de marinos capaces como muy pocos. Su misión, luchar contra los piratas que secuestran marinería de barcos mercantes y de pesqueros que transitan por el Mar Rojo exigiendo para su liberación sustanciosos rescates. Del variopinto mundo de bandas piratas de la zona, la historia se va a centrar en una que también se anuncia en portada: 'Los piratas de Galguduud'. 

Sinopsis (ofrecida por el editor)
Los campamentos de piratas que salpican la costa de Somalia amenazan con secuestrar cualquier barco que se les acerque pero los países desarrollados no parecen capaces de hacer frente al problema. La industria energética mundial está al borde del colapso. ¿Podrá un hombre de negocios enfrentarse a los piratas? ¿Será capaz el fallido estado somalí de controlar su propia costa?

Federico Supervielle Bergés, el autor, es un marino y un militar que ama profundamente su profesión. Tal cosa es perceptible en todo momento y desde el primer instante. Así cuando el personaje Jaime Reyes, el experto en seguridad y defensa en asuntos navales que el magnate suizo Friedrich Gotthelf, propietario de la naviera Alps Tankers, ha contratado para tratar de acabar con la extorsión a la que sus petroleros están sometidos, piensa en quién podría patronear el  patrullero que  ha conseguido, en su cabeza no encuentra a nadie con el perfil adecuado. Es evidente que sólo oficiales de la Armada podrían llevar a buen puerto esta singular empresa, pero al estar la misma situada en una nebulosa zona de legalidad no le va a ser fácil dar con la persona adecuada
"Conocía a suficientes militares como para saber que tenían un sentido del deber y del servicio a la Patria demasiado grande como para embarcarse en una empresa de la índole que él proponía. Al menos en cuanto a la oficialidad se refería. Quizás podría convencer a algunos, pero no serían los mejores" (pág. 28)
Finalmente a través de una casual amistad con Nacho Marzán, logrará dar con Pablo, hermano menor de éste y de Javi.  Javi y Nacho son miembros activos de la Armada; por su parte, Pablo es marino mercante,  está en este momento en paro y por lo tanto en situación de disponibilidad. Así pues Pablo Marzán Febles será el encargado de comandar y configurar la dotación de este barco que construía Navantia para la Armada portuguesa y al que la crisis económica dejó varado en los astilleros al no poder asumir su compra el gobierno portugués. 

Pablo conoce la disciplina y los métodos militares por su entorno familiar: hijo y hermano de militares de la Marina española. Es precisamente gracias a Nacho que llegará al "Albatros" -el nombre será el elegido por Pablo para el barco- Gabi, un Alferez de Navío, sancionado por un problema habido en la nave que capitaneaba y que, aunque no hubiera sido él el causante directo del destrozo, sí que es el responsable del mismo al ser el jefe máximo de la embarcación. Gabi sería, pensaba Nacho, un magnífico segundo. De esta manera, por conocimientos y relaciones, se fue conformando la dotación del barco: Paco, un ex de los GEO, que elegirá por sí mismo a sus hombres; Joseba, un piloto de helicópteros con experiencia en Salvamento marítimo; Grease, un americano que había llegado a la base de Rota hacía años y allí se había quedado, será el Jefe de máquinas; y así el resto: Juan, Miguel, Esther, Eva, etc.

Armada española, Marinos novelistas, Federico Supervielle Bergés
El "Albatros", perfectamente equipado como está, es una gozada para todos estos hombres, enamorados de la milicia y amantes de la justicia. Se dirigen al estrecho de Ormuz donde los petroleros de la Cia, Alps Tankers sufren agresiones y extorsiones constantes. Durante el trayecto irán ejercitándose para automatizar reacciones y anticipar en lo posible las situaciones que se encontrarán  cuando lleguen a la zona. A mí esta parte de la novela es la que me ha resultado menos entretenida al faltarle el peligro que precisa cualquier acción aventurera que se precie. Pero la sensación fue pasajera porque pronto el "Albatros" comienza a ayudar a barcos de pescadores en situación de avería y a buques de transporte acosados por esquifes de piratas.

Los momentos de acción me han gustado. Pienso que el novelista sabe de lo que habla -eso sin lugar a dudas- y lo cuenta adecuadamente. He disfrutado con los episodios de aventura, con las incursiones aéreas de Joseba, el arrojo de los hombres de Paco, la profesionalidad de la médico Esther, el sentido de disciplina y amigable relación de Gabi para con Pablo, e incluso hasta con los politiqueos de Jaime Reyes, necesarios para poder lidiar con los miembros del gobierno del susodicho Estado fallido.

Si bien la historia principal es la del "Albatros" y su tripulación (su configuración, la dotación, su entrenamiento, las modificaciones mecánicas del barco...) no se puede obviar una segunda trama que es la que en el fondo está en el origen de la primera. Me refiero al asunto de los piratas. Poco a poco, delicadamente, como para no desviar al lector de lo que al novelista le interesa fundamentalmente que no es otra cosa que contar cómo funciona un buque militar en la zona de vigilancia del mar Índico, hay breves fogonazos de la vida en la zona de los piratas. En esta segunda trama, presentada en contrapunto con la primera, aparece Mohammed siempre interpelado acervamente por su jefe cuya identidad desconoceremos hasta el final del relato; también aparece Mukhtar, jefe de un grupo de piratas mercenarios contratado por este misterioso Jefe.  Conforman estos personajes de nombre musulmán el grupo de los piratas de Galguduud. Ajeno a la actividad de los piratas figura Abderashid, quien representa a los somalíes cuyo único deseo es vivir en paz y tranquilidad.

Es mértito del autor dotar a los personajes de vida interior. Me refiero a que de varios de ellos conocemos aspectos y circunstancias personales y familiares que trascienden su faceta profesional aunque en gran medida la expliquen. De todos ellos sin duda alguna es Pablo Marzaz quien arrastra una situación personal más complicada. Es esa complicación con nombre de mujer o mujeres la que le lleva a aceptar esta empresa que en otras condiciones seguramente no habría aceptado. El resto de personajes no tienen problemas semejantes, salvo la necesidad de sacar adelante a sus respectivas familias, algo para la que esta insólita aventura, pagada con generosidad por el armador suizo, les viene a las mil maravillas.

Formalmente, además de la técnica del contrapunto usada para presentar las dos tramas, no quisiera dejar sin citar la serie de tecnicismos marineros y militares que, como es lógico en una historia que transcurre en la mar, aparecen: dhows de carga, norays, gaza, estachas, khat, rhib, trimmers, osmotizadores, potala ... También me ha gustado, aunque aparezca en muy escaso número, alguna pincelada culturalista ("Calles como Bahnhofstrasse explicaban porqué [sic] la tercera fuente de ingresos de la ciudad era el turismo. También había pasado por la catedral de Grossmünster, que mandó construir Carlomagno hace más de mil años" -hablando de la ciudad de Zúrich-) que pienso abren el relato a un público lector más amplio que aprecia informaciones de esta naturaleza.

Piratas somalíes, Operación Atalanta, Armada Española
El cosmopolitismo es una baza que en mi gusto lector pesa para la positiva valoración que hago de esta novela. Y en este cosmopolitismo quisiera destacar el que las localidades españolas (Las Rozas, Cádiz, Puerto Real...) aparezcan sin complejo alguno junto a las islas Seychelles, Mogadiscio, Malta, Zúrich... Pero igual que valoro esto, mi opinión difiere absolutamente respecto a algunas calificaciones de menosprecio sobre los africanos que se escapan de la boca de algunos personajes. Entiendo que sirven para conformar la personalidad del personaje, pero existe ahí una tierra de nadie en la que no queda muy claro el pensamiento que se quiere transmitir.

Para acabar
He calificado este relato de novela de aventuras desde el principio, y no creo equivocarme nada en ello. Dentro de esta categoría me atrevería a decir que su lectura -adecuada para cualquier tipo de lector-, si hubiera de elegir algún destinatario determinado, seguramente, pienso, serán  los jóvenes quienes se sientan más atraídos por las peripecias que en ella suceden. Son peripecias que se mueven en el terreno de las lealtades militares, nunca cuestionadas. No hay conflictos graves entre los miembros de esta tripulación atípica. Tan sólo se da un conato de enfado entre Paco y Pablo, pero el autor no se decide a explotar esa veta que indudablemente habría llevado al relato por otros derroteros. La novela, en definitiva, es una demostración -ya lo he dicho reiteradas veces- del aprecio de "Fede", el escritor, por su trabajo y una defensa sin equívocos de la enorme profesionalidad de los miembros de la Armada española.

28 ene 2019

'Roma', 'Cold War' y 'Un asunto de familia' compiten en la 91ª edición de los Premios Oscar:

Desde hace algunas semanas, en las listas de mejores películas,  figuran tres títulos encabezando el hit parade. He visto las tres y he de confesar que todas me han gustado mucho. Ahora bien, el tiempo, que es un demoledor filtro de calidad, a pesar del poco transcurrido tras su visualización ha provocado que en mi memoria estén inalterables "Roma" y "Un asunto de familia", mientras que "Cold War" se desvanece en mi recuerdo más rápidamente que las otras.



“Roma”
"Roma" es el film que casi con toda seguridad va a ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en la edición de este año que está ya  al caer. La dirige Alfonso Cuarón y su productor, Netflix, prácticamente la ha estrenado en su plataforma televisiva pues sólo la distribuyó en salas con siete días de antelación. Esta decisión ha sido muy polémica en España al entender que Netflix privilegiaba la pequeña pantalla en detrimento de las salas cinematográficas. La consecuencia ha sido que en nuestro país apenas se haya podido ver en pantalla grande; concretamente en Madrid sólo la exhiben en los Cines Verdi y los Conde Duque, o sea, en no más de 6 ó 7 salas. El resto de público -la gran mayoría, entre ellos yo mismo- ha de recurrir para verla a la plataforma televisiva Netflix.

Del film  muchas cosas me sorprendieron y contribuyeron todas ellas a que la película me haya gustado muchísimo. La primera, el título. Hasta que la vi pensé que tendría algo que ver con la capital de Italia, pero nada de eso: su título hace referencia a un barrio de la ciudad de México, concretamente al que vio corretear por sus cuadras al pequeño Cuarón que en el film está personificado en el niño Toño (Diego Cortina Autrey), el hijo mayor del matrimonio formado por Sofía (Marina Tavira) y Antonio (Fernando Grediaga).  La segunda cosa que me sorprendió y me encantó, todo hay que decirlo, es la elección del color, el blanco y negro. Toda la película está rodada en monocromo, quizás por querer significar toda ella el recuerdo de un pasado. Diríase que recordamos en blanco y negro, y vivimos en technicolor; y más cuando lo que se recuerda no es precisamente grato y es visto como un período negro de la vida. Y la tercera y última sorpresa vino dada por el subtitulado en español que toda la película tenía. Es evidente que los fragmentos que los personajes mixtecos, como las criadas Cleo (Yalitza Aparicio) y Adela (Nancy García), hacían en su idioma debían de traducirse subtitulados al español, pero el resto ¿por qué? Este subtitulado ha sido objeto de polémica durante este mes de enero habiendo desaparecido ya de Netflix por decisión directa de Alfonso Cuarón.

Alfonso Cuarón, Cine mexicano, película "Roma"
© De Milton Martínez.
 (Secretaría de Cultura de la Ciudad de México)
La película viene a presentar la vida cotidiana de una familia acomodada en el México de los años 70 del pasado siglo. Diríase que como en la vida misma las rutinas (llevar los niños al colegio, salir el padre a trabajar, limpiar la casa, tener pequeños accidentes domésticos como rozar el coche en el estrecho garaje, etc.) forman el grueso de la existencia de esta familia de clase media. Naturalmente en la casa familiar habitan también las empleadas del hogar que pertenecen en este caso a un grupo étnico -los indios mixtecos- y social bien distinto al del matrimonio.

Las diferencias de clase son palpables en el film, pero hay elementos comunes a cualquier clase social, económica o de origen étnico. Esta comunión de intereses y de problemas es perceptible sobre todo entre las mujeres. Ellas son las auténticas protagonistas de la película, ellas son las que sacan adelante al grupo familiar sobreponiéndose a cualquier embate, ellas son las que sufren en sus carnes el machismo de la sociedad. El comportamiento de los hombres para con las mujeres es idéntico sea cual sea su extracción socio-económica y étnica. Este es el asunto central que plantea este film de una belleza plástica increíble, una auténtica obra de arte.


“Un asunto de familia
Esta película ha sido todo un feliz descubrimiento. Mis conocimientos de cine japonés son más bien escasos. Dejando a un lado los magníficos filmes de Akira Kurosawa y algunos títulos populares para los adeptos al anime, lo que no es mi caso, poco es lo que sé de cinematografía japonesa.

"Un asunto de familia", Hirokazu Koreeda
Frente a las películas de héroes legendarios, las de guerra y también las juveniles típicas del anime, este título presenta una historia intimista situada en el Japón actual. Concretamente asistimos a la vida de un grupo familiar consituido al margen de las normas sociales habituales. Tan al margen de estas normas que muchos de sus miembros están incursos en la delincuencia de poca monta como los robos en supermercados; y los que aparentemente tienen un trabajo remunerado lo ejercen en sectores marginales de la sociedad, concretamente en los espectáculos de peep-show en los que, sorprendentemente y contra lo que pudiera esperarse también pueden surgir sólidas historias afectivas.

El director del film, Hirokazu Koreeda, autor también de la historia y de su adaptación a la pantalla, comentaba en las entrevistas hechas para la promoción de la película el interés que desde siempre le ha suscitado el complejo mundo de los afectos en el ámbito familiar. En definitiva ese es el asunto que se plantea en esta cinta en la que el bienestar emocional de unos niños choca con las normativas sociales que priman por encima de todo los lazos de sangre incluso en los casos en que los padres biológicos tengan a sus criaturas desatendidas afectivamente. ¿Hasta qué punto -viene a decirnos Koreeda- lo legal equivale a lo ideal? Y a la inversa, ¿es admisible organizar fuertes lazos de afecto entre seres humanos si la relación se ha originado al margen de la Ley?

Ciertamente el asunto planteado en "Un asunto de familia" tiene indudable interés por sí solo. Pero si a esto unimos la magnífica narrativa cinematográfica empleada y la muy creíble actuación del elenco formado por actores, desconocidos completamente por mí, como Kirin Kiki, Sôsuke Ikematsu, Lily Franky, Moemi Katayama, Sakura Ando, Mayu Matsuoka, etc., entonces la película se eleva a gran altura.

Tras ver esta película me he interesado por otros títulos de este director japonés y he tenido oportunidad de ver uno de ellos titulado "De tal padre, tal hijo" (2013) en el que dos familias son avisadas a los siete u ocho años de haber nacido sus hijos en un centro hospitalario de la confusión habida en la entrega de las criaturas a unos y otros padres. La situación es interesante por sí misma y más cuando las dos familias son de talante y clase social muy diferentes. El asunto en esta ocasión cuestiona la cuestión de la paternidad biológica, es decir, saca a la palestra el tema de si los padres sólo lo son por biolgía o es la relación e interacción con los hijos los que crean los lazos afectivos paterno-filiales.

“Cold War
Esta ha sido la tercera cinta que he tenido oportunidad de ver. Está firmada por el polaco Pawel Pawlikowski, autor también del guion junto a Janusz Glowacki. Como en el caso de los otros dos filmes el reparto resulta totalmente desconocido para mí:  Joanna Kulig, Tomasz Kot, Agata Kulesza, Borys Szyc, Cédric Kahn, Jeanne Balibar, Adam Woronowicz, Adam Ferency, Adam Szyszkowski, etc. Y también como le sucede a "Roma" compite con ella en los próximos premios Oscar para hacerse con el galardón a la mejor película extranjera.

El asunto que plantea es el del amor entre Wiktor (Tomasz Kot), pianista de un grupo coral creado en Polonia para extender el folklore local dentro y fuera del país, y Zula (Joanna Kulig), el alma y el rostro promocional de esta agrupación. El problema surge cuando los dirigentes políticos quieren que el coro cante temas y proclamas a favor de Yosef Stalin. La pareja no está muy conforme con la deriva del grupo y en una visita a Berlín para actuar en la zona oriental deciden escapar al Berlín occidental. La cosa no sale como habían planeado y al quedar distanciados durante más de diez años su amor irá y vendrá de oriente a occidente, de las músicas corales y patrióticas al jazz y al rock'n'roll en clubs de la Europa comunista y no comunista.

Tomasz Kot, Joanna Kulig, Pawel Pawlikowski
La acción tiene lugar entre 1949 y 1964, en plena guerra fría (Cold War). Para contar la historia de este amor complicado, el director polaco ha elegido el blanco y negro por proporcionarle éste el lustre de tristeza y antigüedad exigido por la época en que transcurre la anécdota. El fondo, pues, es el del estalinismo feroz; y sobre éste una hermosa y terrible historia de amor en la que la actriz que hace el papel de Zula destaca muy por encima de su compañero masculino. 

Sin ser un musical cinematográfico es cierto que la película tiene momentos en que hace guiños a este género tan popular, además, en los años 50 en Norteamérica. Las escenas de bailes y cantos folklóricos polacos están rodados con el estilo usado no ya en los 50 sino más bien antes, en los años 30 y 40 en películas tan señeras como las protagonizadas en la década de los 40 por Esther Williams y sus ballets acuáticos. Precisamente, las imágenes corales de la primera parte del film  recuerdan muchísimo las de los grupos natatorios de Esther Williams formando figuras caleidoscópicas con sus evoluciones. 

Por otra parte en la historia de amor en blanco negro que es "Cold War" hay una fuerte reminiscencia de "Casablanca", la película que en 1943 dirigiera Michael Curtiz. Quizás más que de reminiscencia cabría hablar de homenaje y deliberadas semejanzas entre ambas creaciones cinematográficas: la desesperada espera de Wiktor por su amada Zula para escapar juntos a la zona occidental berlinesa, el amor de la pareja, el color elegido para el rodaje, la música al piano en clubes nocturnos [en Casablanca y/o en París], la huída de los nazis/estalinistas... 

Final
Tres grandes películas que reconcilian con el séptimo arte y que demuestran que éste no está moribundo. Las tres compiten por el Oscar a la Mejor película en lengua no inglesa; Pawel Pawlikowski y Alfonso Cuarón están entre los directores que luchan por el Oscar al Mejor director; luego ya es "Roma" quien hasta en 10 categorías está nominada al Oscar: Mejor película, Mejor actriz (Yalitza Aparicio), Mejor actriz secundaria (Marina de Tavira), Mejor guión original (Alfonso Cuarón), Mejor dirección de fotografía (Alfonso Cuarón), Mejor diseño de producción, Mejor mezcla de sonido, y Mejor edición de sonido
Premios Oscar 2019, mejor película, mejor director
Diríase, pues, que con ayuda de las plataformas televisivas, productoras de algunos filmes y desde luego exhibidoras de llos mismos, el Cine vuelve por donde solía. Habrá que estar muy atento a la 91ª edición de los Premios Oscar que se celebrarará el próximo día 24 de febrero en el  Dolby Theatre de Hollywood (Los Ángeles). Hay mucha calidad en la alfombra roja este año. 

26 ene 2019

III Edición del Reto 'Nos gustan los clásicos'


Me encantó participar en 2018 en la II edición del Reto "Nos gustan los clásicos" propuesto por Francisco del blog "Un lector indiscreto". Este año Paco vuelve a convocarlo y yo con el mismo o más entusiasmo que el año pasado vuelvo a participar en él. 

Las bases son las mismas desde su Iª edición, pero Francisco ha introducido dos novedades en la edición de este año:

1) Tiene que ser el propio interesado en participar quien elija entre siete u ocho libros a leer y reseñar a lo largo de este año de 2019. En mi caso, al haber  superado 2018 con 11 clásicos en mi cuenta, me comprometo este 2019 a superar con holgura el número de 8, y si puedo batir mi propia marca de 11.

2) Para que un libro sea tomado como clásico, su fecha tope de publicación inicial debe ser 1980.

Quienes estéis interesados en participar en este Reto os diré que Francisco tiene previsto realizar Sorteos durante el año de duración del mismo, y entre quienes logréis completarlo uno especial al finalizar 2019. O sea que animaos y pasaos por "Un lector indiscreto" para, por vosotros mismos, enteraros de todos los extremos del mismo.

Importante: El plazo de inscripción finaliza el próximo 28 de febrero.

En este mismo post iré colocando los títulos de las novelas según las vaya leyendo siempre que se adapten a las bases de esta III Edición Reto Literario "Nos gustan los clásicos".

Mis clásicos


¡¡¡Reto completado!!!

22 ene 2019

Agota Kristóf: "Ayer". Novela corta

La ensoñación, lo real, lo irreal, la escritura, la ficción, lo ficcionalizado, lo cierto, lo imaginado, lo falso, lo auténtico, lo verosímil, lo incierto, lo imposible... El tiempo, el tiempo, el tiempo..., siempre el tiempo: ayer, hoy, mañana. No hay tiempo, no existe el tiempo, sólo hay hoy, sólo hay presente..., pero siempre escribimos sobre el Ayer. 

Agota Kristóf se pone traje de hombre, se mete en la piel de Sandor Lester, un exiliado húngaro que vive en Suiza y trabaja en una fábrica de relojes efectuando tareas rutinarias y repetitivas durante ocho horas diarias todos los días para tener derecho a un salario que apenas le permite otra cosa que comer y dormir para al día siguiente levantarse y poder acudir de nuevo a la tediosa tarea que para nada justifica su vida. Su vida sólo la justifica Lina. Lina es el Amor. Pero como en todo una cosa es la idea y otra muy distinta la plasmación real de la misma. Hay una Lina real que remite a Sandor a su vida auténtica, al pasado en Hungría, hijo huérfano de Esther, mujer de oficio antiquísimo y por lo mismo al tiempo querida y vilipendiada por todo el pueblo. El azar, el tiempo, la vida, harán que Sandor quince años después de abandonar su país vuelva a ver a Lina, su amiga de la escuela. Entiende entonces él que por fin su ideal amoroso se ha corporeizado en esta mujer, ahora ya casada y madre de una niña. Sí, parece que sí; pero la vida es indidiosa, hace sus barrabasadas, no entiende de altas emociones; la vida habla de ellas, sí, pero camina por la senda de la comodidad, de lo práctico, de lo trillado, de lo zafio, de la falta de empatía.

Hay en "Ayer" dos narraciones en cada uno de los siete capítulos que componen la novela. La primera de ellas se mueve en el terreno de lo imaginativo, lo fantasioso, lo onírico... En ésta aparecen animales y elementos simbólicos (el tigre, el pájaro abatido, el viento...) que participan en igualdad de condiciones con los seres humanos. Hay mucho de irracional en estos apartados que acaecen siempre bajo la lluvia, una lluvia pertinaz que todo lo anega y todo lo disuelve... Como sucede en los sueños, todo lo que aparece en ellos tiene a lo más un valor simbólico, cuando no ilógico, puro absurdo, surrealismo total.

Comienza la novela con una caída en el barro, una muerte aparente que lleva al protagonista del relato al hospital. Allí se repone durante unos días y en ese tiempo en su mente hay sueños, imágenes, y recuerdos, sobre todo recuerdos. En el fondo lo que es la novela es un inmenso flash back que viene a mostrarnos por qué Sandor Lester ha llegado a la situación en que se encuentra. El Amor tiene gran parte de culpa de lo que le sucede. Al tener un concepto tan alto del mismo, es imposible encontrarlo en la realidad; pese a ello la esperanzada espera de que llegue le permite sobrellevar la existencia.

En una interesante entrevista publicada en Babelia en 2007 la escritora  llegaba a abominar de "La analfabeta" [leer mi reseña aquí], su considerada obra autobiográfica que hasta ahora mismo yo tenía por la fuente más fidedigna para conocer a la autora. Pero no, parece decirnos Agota, yo me explico mucho mejor en la ficción; y en otras  declaraciones suyas afirma que "Ayer" es su novela más autobiográfica. Sí, yo creo que lo es, pero siempre que entendamos que en todos los personajes hay algo de ella, aunque en ninguno esté Agota completamente. Así entendido es evidente que la vida vivida por la escritora nacida en Csikvánd, Hungría, el 30 de octubre de 1935, pero avecindada en Suiza hasta su muerte en 2011, la podemos visualizar en esta poética novela.

Como en el resto de sus novelas, en especial en la trilogía "Claus y Lucas", la dureza en las relaciones, la falta de sentimientos, el egoísmo, la pobreza, el clasismo..., también aparecen en "Ayer". Quizás hoy las condiciones en que habitan y viven los personajes de este relato puedan parecernos increíbles, exageradas por desconocidas afortunadamente para nosotros; habría que situarse en el contexto de 1956 cuando Hungría fue invadida por los tanques soviéticos y la represión, la cárcel, el exilio, la simulación y la mentira pasaron a ser parte de la vida cotidiana de las personas para comprender que la escritora húngara ni miente, ni exagera, simplemente expone.

Lo que aparece en "Ayer" es la alienación del trabajo fabril que ella misma realizó durante años en una fábrica de relojes en Neuchâtel (Suiza). El trabajo era tan poco creativo, tan adocenador que ella se "evadía" del mismo a través de su mundo interior, de su imaginación. Decía que en silencio componía poemas en su cabeza, poemas que luego pasaba al papel en cuanto llegaba a su casa. De igual manera Sandor le dice a Lina que aspira a ser escritor y ella comenta:
"—¡Ya es difícil escribir en la propia lengua de uno, así que figúrate en otra lengua!
Yo digo:
—Lo intento, eso es todo. Que funcione o no, me da lo mismo.

[...] Ya no escribo en el idioma de aquí mis extravagantes historias, escribo poemas en mi lengua materna" (pág. 53)
Claus y Lucas, El gran cuaderno, Ayer, La analfabeta
Se percibe en estas palabras de Sandor Lester a la auténtica Agota. Pero del mismo modo vemos a la verdadera Agota Kristóf detrás de esta Lina que acompañada de su marido Koloman y de su pequeña hija ha abandonado el país y está viviendo en el extranjero, y trabajando en esta fábrica de relojes que detesta en lo más profundo de su ser. Sólo la imaginación, sus ensoñaciones, alguna pasajera aventura amorosa como la que mantiene con Sandor la mantiene en pie.


Junto a lo ajustadamente autobiográfico en "Ayer" aparecen muhos otros elementos o asuntos que sin duda la autora ha podido vivir o sufrir en carne propia, aunque no necesariamente. Uno sería el de la función de la mujer en el mundo. Muchos son los personajes femeninos que surcan el relato: EstherEva, Kati, Vera, Yolanda, Lina... Cada una de ellas representa un papel o simboliza una función: Esther, la sumisión al varón y amor materno; Eva, la avidez utilitaria del sexo; Vera, la ilusión; Lina, el egoista sentido práctico; Yolanda, la mujer que a falta de otra mejor ("se escoge una, y se usa", pág. 29) sirve a Sandor para satisfacer sus necesidades de sexo y comida; etc. ... Todas ellas junto a sus maridos, amigos o amantes están en tierra hostil, son refugiados y por ende están en inferioridad de condiciones. Pero no por eso dejan de sufrir una doble o triple inferioridad pues al salir del trabajo deben de preparar la comida para el marido y atender a los hijos.


La falsedad y la mentira, Este tema es esencial en la novela. La mentira está en todas partes: en el emigrante que cuando vuelve de vacaciones a su país simula ante los suyos que todo le va divinamente cuando apenas si tiene un trozo de pan que llevarse a la boca (es el caso de Jean), o el refugiado político que en contra de lo que predica no desea para nada retornar a su país (es el caso de Sandor Lester; y por correspondencia fue el caso de Agota Kristóf), o la mentira del amor en que vive Yolanda respecto a Sandor.

Otro asunto esencial en este relato es el del nihilismo, la nada que significa la existencia, el para qué vivimos. El protagonista de la novela me ha recordado en varios momentos a Meursault, el personaje de la novela de Albert Camus "El extranjero", que se muestra indiferente a la realidad por resultarle absurda e inabordable. "Pensaba que la vida no podía ser sino lo que era, es decir, nada" (pág. 22)

Sólo la idealización que tiene de Lina y el recuerdo del ayer vivido le sirve para sobrellevar la existencia. Y lo logra a través de la literatura, plasmando en textos sus imaginaciones, sus deseos irrealizables, sus ensoñaciones. Hay reflexión literaria, metaliteratura, en algunos momentos. A Sandor le da lo mismo llegar a la fama, triunfar en el mundo literario, todo lo contrario que a Lina, que busca ser alguien en la vida, destacar
"—¿Dices eso en serio, Sandor? ¿Que hay que ser un don nadie para ser escritor?
—Yo creo que sí.
—Yo creo que para convertirse en escritor hay que tener una gran cultura. Es preciso haber leído mucho y escrito mucho. Uno no se hace escritor de la noche a la mañana.
Yo digo:
—No tendré una gran cultura, pero he leído mucho y escrito mucho. Para ser escritor, sólo hace falta escribir. Por supuesto, suele ocurrir que no se tenga nada que decir. Y a veces, incluso cuando se tiene algo que decir, uno no sabe cómo decirlo.
" (pág. 59)
Utilizar la literatura para hacer literatura, reflexionar sobre el hecho de la creación y realizarlo precisamente construyendo una creación marca, sin duda alguna el paso de lo meramente conceptual a lo formal. Es quizás en el plano de la forma más que en el propio del contenido en el que Agota Kristóf se eleva hasta regiones literarias estratosféricas. Muchos son los aspectos formales remarcables:

Esencial es sin duda alguna la belleza poética que trasciende de su prosa. Estamos ante una prosa desnuda, esencial, que elimina todo lo superfluo quedándose, como sucede en la poesía, con lo mínimo, lo imprescindible. Este precedimiento de decantación, de depuración, da como resultado momentos de inigualable altura;
  • "Me voy a la calle para olvidar, me paseo como todo el mundo pero no hay nada en las calles, sólo gente, tiendas, es todo" (pág. 23)
  • "En mi imaginación, un camino pedregoso conduce al pájaro muerto.  Entiérrame —me pide y, en los ángulos de sus miembros rotos, los reproches se mueven cual gusanos" (pág. 34)
  • "La beso en las mejillas, en la frente, en los ojos, en el cuello, en la boca. Mis besos se mojan con la lluvia y las lágrimas" (pág. 62)
  • "Todas las noches, se embarcan entre las olas algunos días olvidados" (pág. 64)
Cercano y constitutivo del tono poético que tiene el relato está todo el simbolismo que contiene. La parte de ensoñación, de imaginación, de irracionalidad, que constituye la primera parte de cada uno de los siete capítulos está cargada de símbolos: el tigre, el pájaro muerto, la lluvia, el viento, la luna...En general son símbolos de naturaleza que cobran valor y sentido dentro del onirismo que enmarca a estos primeros apartados de cada uno de los capítulos. De ellos el de la luna me ha recordado muchísimo a Federico García Lorca: "Estaban durmiendo. Él encima de ella. La luna los iluminaba a través de la ventana. Había luna llena. Una luna inmensa." (pág. 20). En cierto sentido hay una contraposición entre este mundo imaginativo, onírico, de pesadilla, representado en estos animales y elementos de la naturaleza, -terrible, si, pero libre y auténtico-, y la ciudad falsa y artificial que todo lo falsea: 
"Vete a la ciudad. Allí todavía hay luz. Una luz que hará palidecer tu rostro, una luz que se parece a la muerte. Vete allá adonde la gente es feliz porque no conoce el amor" (pág. 76)
Hay mucha literatura dentro de esta historia de amor y desarraigo, dentro de esta joyita de Agota Kristóf de tono muy autobiográfico. Como bien le dice Lina a Sandor  para ser un buen "escritor hay que tener una gran cultura. Es preciso haber leído mucho y escrito mucho". Y eso es, precisamente, lo que deja traslucir la escritora en esta novela tan hermosa. A las resonancias  del Meursault de Camus ya comentadas se une en mi cabeza, quizás por pura deformación profesional, la que me recuerda a Lázaro de Tormes niño, concretamente cuando el pequeño Tobías Horvath ante el trasiego de hombres que había de continuo en su casa comenta lo siguiente para sí: "El pueblo estaba lleno de gente muy buena. Campesinos e hijos de campesinos venían siempre a nuestra casa y nos traían algo de comer" (pág. 18). En esta línea de reminiscencias literarias clásicas también quiero ver ese inexplicable -mejor sería decir, patético- sentido del decoro que le expone Lina a Sandor cuando rechaza sus propuestas de compromiso amoroso con estas palabras: "A tu madre la dejaron unos gitanos en la aldea. Unos ladrones, unos mendigos. Yo tengo unos padres honrados, cultivados, de buena familia" (pág. 61), o lo que es lo mismo, nuestro amor es imposible porque pertenecemos a distinta casta, a distinta clase. Patético es que los oprimidos hagan absurdos distingos entre ellos.

El gran cuaderno (película), La tercera mentira, La Prueba, Claus y Lucas

Para cerrar este capítulo de referencias literarias, y también cerrar la reseña, sólo me queda decir que la mismísima Agota Kristóf o mejor dicho, sus otras obras anteriores, resuenan en este "Ayer". No en balde además de refugiados, trabajos en fábricas anuladoras, moral personal y social cuestionables,  varios de los personajes son hermanos; hermanos que como sucede en la trilogía "Claus y Lucas" no se comportan con amor y bondad entre ellos sino que más bien se fustigan, se castigan, son  contrapunto unos de otros. Eso fue lo que vivió esta húngara exiliada cuya literatura es una constante confesión literaturizada de sus propias vivencias. Para ella el tiempo es un continuum, en su visión nihilista y existencial de la vida no hay más que presente, el Ayer es lo vivido, pero por lo mismo, por vivido, nos constituye:
"¿Mañana, ayer, qué quieren decir esas palabras? No existe sino el presente. Unas veces, nieva. Otras, llueve. Luego hay sol, viento. Todo eso es ahora"
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Nota
Esta novela fue comentada en la tertulia "más que palabras..." que mensualmente mantenemos unos cuantos amigos y confieso que dio muchísimo juego. Creo que es una estupenda lectura para grupos de lectura, clubs de lectura, tertulias literarias, o como quiera que queramos llamarlas.
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Datos del libro
Autora: AGOTA KRISTÓF
Título: “Ayer”
Nº de páginas: 112 págs (en papel)., 79 págs. (ebook)
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: El Aleph Editores (1 de marzo de 2009)
Lengua: CASTELLANO
ISBN-13: 978-8476698600
Precio:
En papel:
Ebook:
Ayer (Modernos y Clásicos)

17 ene 2019

'El libro de los Baltimore' de Jöel Dicker. ¿2ª entrega de la serie Marcus Goldman?

Antes de esta novela de Jöel Dicker, ya hace años, leí su exitosa "La verdad sobre el caso Harry Quebert", convertida hace muy poco en triunfal serie televisiva; y el año pasado tuve ocasión de leer la última de sus novelas publicada hasta ahora, "La desaparición de Stephanie Mailer", asimismo muy bien recibida por los lectores.

Jöel Dicker, El libro de los Baltimore, La verdad sobre el caso Harry Quebert
fotocomposición tomada del blog La Copela

Sinopsis (tomada de www.megustaleer.com)
«Si encontráis este libro, por favor, leedlo. Querría que alguien supiera la historia de los Goldman-de-Baltimore.» 

Hasta que tuvo lugar el Drama existían dos ramas de la familia Goldman: los Goldman de Baltimore y los Goldman de Montclair. Los Montclair, de los que forma parte Marcus Goldman, autor de La verdad sobre el caso Harry Quebert, es una familia de clase media que vive en una pequeña casa en el estado de Nueva Jersey. Los Baltimore, prósperos y a los que la suerte siempre ha sonreído, habitan una lujosa mansión en un barrio de la alta sociedad de Baltimore. Ocho años después del Drama, Marcus Goldman pone el pasado bajo la lupa en busca de la verdad sobre el ocaso de la familia. Entre los recuerdos de su juventud revive la fascinación que sintió desde niño por los Baltimore, que encarnaban la América patricia con sus vacaciones en Miami y en los Hamptons y sus colegios elitistas. Con el paso de los años la brillante pátina de los Baltimore se desvanece al tiempo que el Drama se va perfilando. Hasta el día en el que todo cambia para siempre.

Mi comentario
Diré para comenzar que esta novela me ha entretenido y ha venido a ratificarme en lo que afirmaba en mi reseña sobre "La verdad sobre el caso Harry Quebert" [leerla aquí]: Jöel Dicker domina los resortes del best seller y aquí lo demuestra una vez más. En verdad, esta segunda novela sigue muy de cerca la estructura de la anterior; de mano es el mismo personaje, Marcus Goldman, el narrador de la misma. Pareciera, pues, que tras "La verdad..." y ésta, el autor estuviese en la idea de realizar una serie Marcus Goldman. Pero, por ahora y tras leer la siguiente entrega, "La desaparición de Stephanie Mailer" [leer la reseña aquí], se ve que lo que parecía iba en esa dirección se ha interrumpido. Naturalmente, siempre cabe la posibilidad de que en futuros títulos el autor retome el personaje y prosiga la serie.

En cierto sentido podría afirmarse que la estructura es la misma en los tres títulos: un puzle con constantes idas hacia adelante (flash forward) y hacia atrás (flash back) debidamente anunciadas en los epígrafes de los distintos capítulos, si bien he de decir que la complejidad cronológica es en "El libro de los Baltimore" menor que en "La desaparición..." pero mayor que la que realizó en "La verdad...". Concretamente, en la novela que estoy reseñando nos movemos en varias ubicaciones temporales: 2012: el momento actual en que Marcus está en Boca Ratón [Florida] escribiendo, precisamente, la novela que tenemos ahora en nuestras manos; 2004, el año en que sucede el Drama que desde el principio se nombra y que sirve para crear y mantener en el lector un cierto suspense al no saber con exactitud qué es ello; 1989-1997, tiempo en que se forja lo que en el relato los personajes protagonistas llaman 'la banda de los Goldman'; y la época anterior a los años 90, concretamente 1960-1989, en que se relata la historia de los abuelos de la familia Goldman y cómo lograron levantar  casi de la nada una exitosa empresa.

Estamos, como en el caso de "La verdad...", ante una obra que encierra dentro de sí toda una serie de distintos tipos de novela:
  • Por la historia de los personajes principales -Marcus, Hillel y Woody- y la conformación de sus personalidades desde adolescentes bien podríamos calificar la novela de bildungsroman o novela de aprendizaje; 
  • La entrada en escena de la chica, Alexandra Neville, y la conmoción que causa en el grupo adolescente con la evolución y desarrollo de los episodios de amor y celos hace que la novela ingrese o toque los terrenos de la novela romántica o rosa:
    •  "Al cabo de unos minutos, la lluvia redobló. El agua que chorreaba por el parabrisas y las ventanillas los volvía invisibles. Saúl le rozó la mano, Anita se la cogió y se besaron. Desde ese día, se besaron al menos una vez al día todos los días durante treinta y cinco años", pág. 367 
  • El suspense que desde el principio provoca la alusión al Drama, la visualización en su momento del mismo y la investigación o esclarecimiento de lo que allí hubiera sucedido, introduce el relato, si bien en menor proporción que en "La verdad..." en el thriller propiamente dicho:
    • "Corría el año 1993. Once años antes del Drama, cuya cuenta atrás ya había comenzado", pág. 121. 
    • "Después del Drama que aconteció en 2004 la víspera de Acción de Gracias, Tío Saul no volvió más a Oak Park", pág. 323. 
    • "Falta un mes para el Drama, pero aún no lo sabemos", pág. 405. 
    • "Déjate del Drama, Marcus. No existe ningún Drama sino varios dramas", pág. 454.
  •  Y para finalizar, la evolución de las finanzas de los Goldman, sus ascensos, sus caídas, sus decisiones económicas, etc., crean una sensación de novela política o, mejor, de crónica socioeconómica, especialmente cuando se interna en los años de la crisis de las subprime que en USA estalló definitivamente en 2008. 
    • "El año 1972 fue el punto culminante de su activismo. Hicieron suyas todas las causas: el Watergate, la igualdad de las mujeres, el Proyecto Honeywell contra las minas antipersona…", pág.370. 
    • "Como les sucedió a tantos otros, la estabilidad económica de mi tío finalizó repentinamente en octubre de 2008, cuando la economía mundial se tambaleó con la llamada crisis de las hipotecas subprime", pág. 439. 
Alexandra Neville, Woody, Hillel, Scott Neville
Al haber leído anteriormente dos novelas del escritor ginebrino nacido en 1985 he de decir que en ésta pocas cosas me han sorprendido. Es más, incluso hay aspectos que llevan demasiado a su novela anterior pareciéndome incluso repetitivos: la casa donde se refugia el exitoso escritor Marcus Goldman, los espacios geográficos (los Hamptons, Florida, Baltimore, New Jersey...), ciertas reflexiones hechas sobre cómo se construye un thriller me han recordado  excesivamente a "La verdad..." si bien en cada novela el papel de Pepito Grillo del escritor recae en distintos personajes: en el editor en "La verdad..." y en Leo, el vecino de Marcus en Boca Ratón aquí. 
"—Pero ¿cuándo se va a poner en serio con ese dichoso libro?
—Muy pronto, Leo. Se lo prometo.
—Marcus, me da la sensación de que me está tomando el pelo. ¿No será que se siente angustiado o tiene una crisis de la página en blanco?
", pág. 332
En la relación Leo - Marcus Goldman reside mucho del humor que hay en este relato. El humor es uno de los elementos que, en cantidades variables, Dicker suele incluir en sus narraciones. Así, aquí, para mostrar la impertinente insistencia del vecino Leo sobre la novela que debiera de estar escribiendo Marcus se desarrolla el siguiente diálogo:
"-¿Va progresando su novela?:
—No va mal. Me estoy planteando escribir la historia de un viejo que observa cómo un vecino joven ama a una mujer a través de un perro
", pág. 104
La cuestión parecería quedarse sólo en mera demostración de ingenio, pero si nos fijamos veremos que el autor está dando en este breve cruce de palabras una de las claves de la novela. Como ya se deduce de las primeras líneas del texto («Si encontráis este libro, por favor, leedlo. Querría que alguien supiera la historia de los Goldman-de-Baltimore.», pág. 2), estamos ante el relato de la construcción de otro relato, o sea, literatura dentro de la literatura. Asistimos en esta novela a los trabajos de investigación, recopilación de materiales y organización de los mismos para la ejecución de un libro, precisamente el que tenemos en nuestras manos: "El libro de los Baltimore". O sea, prácticamente lo mismo que Joël Dicker había hecho en su obra anterior.

Lo que menos me ha agradado de esta novela que se lee con gusto y que entretiene muchísimo es la previsibilidad que en algunos momentos tiene la historia. Afortunadamente, el autor sigue fiel a uno de los 31 principios dados en "La verdad..." sobre cómo se construye un buen best seller e introduce giros argumentales muy curiosos e inesperados que nos congracian con la novela y hacen que perdonemos al autor las caídas en lo muy trillado que también tiene. 

De toda la serie de elementos que se suelen utilizar en la construcción de best sellers (en las dos reseñas ["La verdad..." y "La desaparición..."] que he dedicado en este blog a las novelas de Joël Dicker los he señalado repetidamente) me gustaría destacar el de la reiteración de los acontecimientos vistos desde los ángulos respectivos de diversos personajes (perspectivismo). Esta técnica que en otros autores contribuye a mejorar el nivel del relato y a comprender mejor la psicología de cada personajes, sin embargo aquí, en "El libro de los Baltimore", sólo sirve para que la narración detenga su desarrollo de la trama y a base de repetirla vaya asentándola y consolidándola en los lectores que, de este modo, no deben realizar esfuerzos excesivos para entenderla y comprenderla. Es por ello que los best sellers -¡"El libro de los Baltimore" lo es innegablemente!- son las lecturas favoritas de lectores no muy exigentes. 

Serie de Netflix "La verdad sobre el caso Harry Quebert"
Buscando la sinopsis argumental que he colocado al principio de esta reseña me he topado con diversas opiniones críticas que Alfaguara, la editorial que ha publicado el libro en España, adjunta en su publicidad para estimular a los posibles lectores. Entre ellas hay algunas que me han impactado especialmente y que confirman claramente la idea que ya expresé en el título de la reseña que dediqué a "La verdad sobre el caso Harry Quebert" y que subtitulé "¿Cómo se fabrica un best seller?". Véase lo que entre otras cosas se argumenta para promover la venta de esta entretenidísima y adictiva novela:
  • «El Libro de los Baltimore, ha logrado recuperar todos y cada uno de los ingredientes de la obra anterior (comenzando por su narrador, el escritor Marcus Goldman) Milo J. KrmpoticLibrújula («Joël Dicker: prodigioso y melancólico», portada)
  •  «Una estructuración digna de serie televisiva que consigue que cada capítulo presente, por sí solo, un elevado arco de tensión que motiva a seguir devorando páginas... Todo lo que pasa es emocionante, cautivador y, por momentos, hasta conmovedor.» Matías StuberBellver (suplemento cultural del Diario de Mallorca
  • «A través de señas características de su escritura, como los continuos saltos en el tiempo, los bruscos e inesperados giros argumentales y el mantenimiento de una tensión narrativa más que palpable, Dicker monta una historia cuyo punto central (el Drama) desconocemos en importancia y contenido, pero sobre el que gravita todo el peso del relato, que se convierte en una búsqueda de la verdad de impresionante ritmo narrativo.» Andrés Seoane, El Cultural de El Mundo)
En definitiva, si analizamos las opiniones de estos tres críticos literarios, "El libro de los Baltimore" es una obra que continúa lo ya probado con éxito por Jöel Dicker en "La verdad sobre el caso Harry Quebert" (personaje protagonista, señas características de su escritura, y también preparada o, si se es benévolo, predestinada como la que le antecede cronológicamente a convertirse en serie televisiva. Es más, mientras veía la serie realizada por Netflix de "La verdad..." que, televisivamente hablando, me ha gustado bastante, muchos aspectos y elementos de "El libro..." me parecía reconocerlos allí.

14 ene 2019

Ana Bolox nos invita a leer este 2019 12 libros pendientes

Me gusta la propuesta de Ana Bolox de dar un empujoncito a los libros que siempre se van quedando postergados en los anaqueles de nuestra biblioteca. Creo que si decido leer aquellos que no sean demasiado voluminosos, quizás pueda completarlo. No sé, en fin, ya se verá a final de año. Lo que está decidido es que me apunto al Reto.


Si queréis apuntaros pasad por aquí

Reto 12 libros pendientes en 2019

Estos son mis libros (ya no) pendientes:

1.  "La gata" de Colette
2. "Carrie" de Stephen King
3. "Creció espesa la yerba..." de Carmen Conde
4. "El hombre del hongo gris" de Ramón Gómez de la Serna
5. "El brazo marchito y otros relatos" de Thomas Hardy
6.  "María Estuardo" de Stefan Zweig
7.  "Viajes con mi tía" de Graham Greene
8.  "Del amor y otros relatos" de Antón Chéjov
9.  "Aura" de Carlos Fuentes
10."Magallanes" de Stefan Zweig
11. "Mitos griegos" de María Angelidou
12. "El noviembre de Kate" de Mónica 'Serendipia'

¡¡¡Reto completado!!!

12 ene 2019

Reto "Serendipia Recomienda 2019"


Completé el Reto de 2018 convocado por "Serendipia"Mónica Gutiérrez Artero- y este año quiero volver a hacerlo. Desde aquí os invito a participar en él. Os explico en pocas palabras su mecánica. El reto consta de dos fases:

Primera fase: Recomendar tres libros que hayas leído. Preferiblemente que no sean conocidísimos pues de lo que se trata es de descubrir a los demás buenas lecturas que por lo que sea no son muy populares.

Segunda fase: Del listado resultado de las recomendaciones de todos elegir tres, leerlas y reseñarlas a lo largo de 2019.

Pero, bueno, casi mejor que leáis vosotros directamente las Bases (aquí)


Los 3 libros, -novelas los tres-, que yo recomiendo son los siguientes:

1. “Reikiavik” de Pablo Sebastiá Tirado. Novela policíaca y de anticipación científica. Entretenida [leer Reseña]

2. “La uruguaya” de Pedro Mairal. Novela divertida, nada larga y situada en Argentina-Uruguay. A mí me gustó bastante. [leer Reseña]

3. “Un artista del mundo flotante” de Kazúo Ishiguro. Se desarrolla en Japón y entre otras cosas viene a marcar el choque que el país vivió en dos momentos de su historia, el último tras la derrota en la II Guerra Mundial. Sutil y delicada. Una preciosidad. [leer Reseña]

Y los tres libros que voy a leer para cumplimentar debidamente la Segunda Fase del Reto son:



10 ene 2019

Los poetas homenajean a Francisco Caro

poetas españoles actuales, Poesía contemporánea, Ezequías Blanco
El pasado 8 de enero, me acerqué al Café Comercial en la madrileña Glorieta de Bilbao. Ezequías Blanco, amigo poeta, me había comentado que allí iba a homenajearse a Francisco Caro,  profesor de Historia dado a conocer tardiamente como poeta, el cual, a partir de haber colgado los trastos de enseñar, ha irrumpido en el panorama poético español con una exitosa e inusitada fuerza.


Al llegar al espacio que para eventos tiene habilitado este establecimiento me sorprendió el ambiente amigable y distendido que allí se respiraba, atentos todos a que Francisco Caro, ignorante del homenaje que se le iba a dispensar, llegase al acto que él creía mera presentación de un libro, algo que también fue así.

Por fin a eso de las 19:30 apareció Paco Caro que mostró su sorpresa por la presencia de tantos amigos, venidos muchos de ellos de fuera de Madrid para arropar al maestro en este homenaje que se le rendía justamente la víspera de su 72 cumpleaños.

El muñidor del acto fue fundamentalmente Rafael Soler, poeta y novelista exitoso, quien explicó el desarrollo que el Acto seguiría, y que efectivamente fue el siguiente:

En primer lugar José Luis Morales presentó al protagonista del acto y dio paso a la cantante Ana Bella López-Biedma quien, con su magnífica voz y acompañada sólo por la guitarra, deleitó al respetable con una canción musicada por ella y confeccionada con mezcla de versos de varios poemas de Paco Caro.

Tras Ana subieron a la tarima una serie de poetas amigos del homenajeado que recitaron diversos  poemas entre los que se contaron algunos de los siete centones contenidos en el opúsculo "A ti, poeta, con quien fuiste". Estos siete poemas están construidos con versos extraídos de poemas de una decena de autores incluido el mismo Francisco Caro. La editorial Lastura acompañó este opúsculo de otro bajo el título "Di breve" en el que figuran versos del homenajeado escogidos por lectores y amigos del mismo. Ambos libritos están bellamente editados.
Paco Caro, poetas tardíos, "Casa, cuerpo partido"

Cuando le tocó hablar, Paco Caro dijo cosas muy hermosas sobre el ejercicio de la poesía. De todas ellas la que más me impactó fue la que, afirmó, había encontrado leyendo a Giovanni Boccaccio quien ya en el siglo XIV hablaba de la necesidad de no expresarlo todo en el poema a fin de que fuese el propio lector quien completase el escrito. Reveló Paco que la lectura de Boccaccio estaba en la base de su poemario "Cuaderno de Boccaccio". Precisamente los versos que el propio poeta escogió de su obra cuando los amigos se lo pidieron, sin saberlo él, para este acto muestran su poética, lo que él entiende que debe ser y conseguir la poesía. Los versos dicen así:
dí breve, deja / que busque quien te lea / que adultos seguidores / de tus escritos hallen / placer en el hallazgo / que añadan a la tuya / también su vanidad. 
Pero sin lugar a dudas el momento culmen de todo el acto fue cuando los amigos allí congregados le hicieron entrega de un libro titulado "Este nueve de enero", antología poética realizada por Davina Pazos, Francisco García Marquina, José Luis Morales, Manuel Cortijo Rodríguez, Pedro Antonio González Moreno y Rafael Soler de los doce poemarios publicados por Paco hasta el momento.

Paco agradeció, emocionado, el regalo y a su vez nos regaló a todos con la lectura de "Son blancas aves" perteneciente a su libro "Casa, cuerpo partido" e incluído, lógicamente, en la antología.

Son blancas aves

Sin ninguna
urgencia caen, como losas
ingraves caen, son blancas
aves tristes,
pedazos de la piel que me creciera
en los días de espuma

y caen,
calmada como está
al fin su rebeldía

son el vuelo,
son lo ceremonioso, caen
y en su liturgia fingen
la verticalidad
o la desidia fingen.
Quiero decir que nievo
desordenadamente

que desde una habitada
leprosería, nieva
este nueve de enero.

Hay un pecado inmóvil,
una mujer oculta tras columnas,
y una casa de vientos junto a un río
que lo contemplan todo,
todo

todo lo que creció ya roto,
todo lo que vivió ya roto,
y que sólo al caer, en el suelo posado,
busca recomponerse.
Quiero decir que nieva
solamente de mí, de cuanto fui inocencia

que nievo
desde este cuerpo azul
que todavía escribe.

Desde mi tiempo hoy,
sobre un tiempo que busca o que persigo,
nieva:
verdad que me deshace.

Copos, copos, copos, copos,…

Francisco Caro, Este nueve de eneroEscuchar este bellísimo poema en la voz de Francisco Caro fue para mí una experiencia literaria como pocas. A punto de publicar este post leo en su blog "Mientras la luz", en la crónica que del acto del día 8 de enero publica "Ícaro", que el homenajeado "en cierta ocasión oyó decir a sus mayores que cuando nació el cielo estaba nevando"

Al acabar el acto, Paco Caro tuvo la gentileza, a petición mía, de dedicarme la Antología al tiempo que intercambiamos unas breves palabras. Descubrí ayer a un poeta excelente, un maestro de poetas. Descubrí a Francisco Caro,  para mí ya poeta imprescindible.


José Luis Morales, Homenaje al poeta Francisco Caro
Foto: José L. Torrego
editorial Lastura, "Este nueve de enero", "Di breve"
Portadas de los opúsculos










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Breve nota biobibliográfica sobre Francisco Caro
Profesor de Geografía e Historia en institutos de Madrid, natural de Piedrabuena (Ciudad Real, 1947). Poeta de edición tardía es autor de los poemarios: Salvo de ti (Ediciones Vitruvio, 2006), premio de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha 2004; Mientras la luz (Ciudad Real, 2007) colección Ojo de Pez BAM; Las sílabas de noche (Valdepeñas, 2008) Premio “Juan Alcaide” 2007; Lecciones de cosas (Zaragoza 2008) Premio “Ciudad de Zaragoza” 2008; Calygrafías (Gijón 2009) Premio “Ateneo Jovellanos” 2008; Desnudo de pronombre (Las Palmas 2009) Accésit premio “Tomás Morales” 2008; Cuaderno de Boccaccio (Alcalá 2010) Premio Ciudad de Alcalá 2009; Paisaje (en tercera persona) (San Sebastián de los Reyes 2010) Premio José Hierro 2010; Cuerpo, casa partida (Diputación de Soria, 2015) Premio Leonor de Poesía 2015; Plural de sed (Lastura, 2015); Locus poetarum (Polibea SL, col. El Levitador, 2017); y El oficio del hombre que respira (Eolas Ediciones, 2017).