"NUNCA ES TARDE PARA MORIR" de Pablo Palazuelo

A mí la novela de Pablo Palazuelo me ha entretenido muchísimo. Tiene un ritmo impresionante mantenido sin altibajos a lo largo de sus 608 páginas. La historia, una vez que se comienza a leer, no se puede abandonar.

Su inicio en el gélido Ártico sirve de vaga orientación a los lectores del asunto que se nos va a presentar. Es evidente que si en 1987 vemos a un hombre al borde de la congelación que corre sobre un mar helado en busca de un punto de geolocalización exacto y a continuación asistimos a la aparición de bajo el hielo de un submarino que viene a recogerlo, algo en nuestro interior nos empuja a situarnos mentalmente en una historia de espionaje militar (CIA, KGB, CESID, MOSSAD, ...) propio de la guerra fría; más concretamente, por la fecha, del final de la guerra fría. Antes del capítulo del Ártico hay una secuencia misteriosamente titulada "Muchos años antes" en la que una pareja corre huyendo de algo terrible que se les viene encima desde el cielo. Del final de esta escapada nada se nos dice, sólo sacamos en claro que el hombre se llama Iván, pero intuimos que la muerte -de él, de ella, de ambos- habrá sucedido. Mucho más adelante sabremos qué era aquello.

Ya sólo con estos dos mimbres el escritor logra atrapar al lector y crearle el deseo de leer y leer para ver si sus intuiciones se confirman o no. En esto  -suspense, misterio, incertidumbre, etc- consiste en gran medida el género al que este relato se adscribe: el thriller detectivesco con los ingredientes propios de la novela negra.

Cuando me acerqué por vez primera a esta novela de Pablo Palazuelo llamó vivamente mi atención el subtítulo con que se publicitaba: 'La mejor novela negra de los últimos tiempos'. Como frase promocional no estaba mal; lo que nunca pensé es que con las debidas salvedades dicho eslogan pudiera aproximarse bastante a la verdad.

Pablo Palazuelo escribe una auténtica novela negra, en línea con la clásica novela de serie B de raíz norteamericana que iniciara en nuestra contemporaneidad el gran Dashiell Hammet con "El halcón maltés", y llevó a su más alta cima Raymond Chandler. A ambos autores admiro [leer reseñas de novelas suyas aquí y aquí]; por eso encontrar entre mis paisanos a alguien que usa sus procedimientos con agilidad y oficio me ha encantado. ¡Bravo, Pablo!

¿Quiero decir con esto que estamos ante una servil copia de este tipo de novela detectivesca? No, en absoluto. Lo que quiero decir es que la mayoría de los ingredientes que a partir de estos dos grandes se consideran constitutivos de este género novelístico aparecen de manera muy natural en el relato que acabo de leer:

• Localización urbana. Estamos en Nueva York, escenario privilegiado por este tipo de relatos. Todas los espacios nos son muy reconocibles: el puente de Brooklyn, Grand Park, Newark, Manhattan, edificios sobresalientes ...

"esa misma noche, Marian se presentó a la hora fijada en el Linton Park, en Brooklyn Norte, al este de la ciudad. Se hallaba en el corazón del triángulo delimitado por Cypress Hills, East New York y Brownsville;"

• Gusto por los automóviles: En especial Nick, uno de los personajes, disfruta con la conducción y posesión de automóviles cuya datación está en línea con los grandes maestros de la novela negra: Un 'Lincoln Cosmopolitan Sedan de color negro, del año 1950' conduce con esmero el tal Nick; un 'A. C. Cobra Roadster del 63 de color burdeos' descapotable sirve a Harry para desplazarse

• Sexo y Erotismo: Cinco hombres ya talluditos son atraídos por una bellísima joven que utiliza con sabiduría su poder de seducción. Hasta los personajes más experimentados en estas lides como Louis caerán en sus redes:

"Louis vio las medias y el delicado encaje en el que terminaban por encima de las rodillas. Más arriba estaba la pálida piel de sus piernas [...] Permanecía recostada, casi tumbada, con las piernas juntas. Entonces las separó hasta dejarlas muy abiertas, y Louis pudo entrever su ropa interior, de un blanco puro como la nieve. «Soy un novato», se dijo." (pos. 3042-3046).

•   Bajos fondos: Como es propio en este tipo de relatos 'buenos' y 'malos' se encuentran en ese terreno de marginalidad que existe en nuestra sociedad confortable donde se mueve el mercado del sexo, las drogas, la corrupción... También la marginalidad queda referida a espacios urbanos desatendidos que los delincuentes suelen colonizar:

"Marian alcanzó cojeando la orilla del río junto al Triángulo de Hierro, una zona con matorrales y hierbas, alimentados por la pestilente humedad proveniente del Flushing Creek". (pos. 8652)

• El american way of life que como corresponde en una novela negra cosmopolita encuentra su realización favorita en el viaje, el trip, émulo del hippismo sesentero:

"Saldría desde la costa este y, cuando llegase a Alburquerque, bajaría hacia el sur para luego continuar por la Interestatal 10, seguiría por la 8 hasta San Diego y, por último, subiría por la costa hasta Los Ángeles.", piensa la joven y aparentemente ingenua Kayden Fox.

• Alcoholismo. Este constituyente central de los relatos detectivescos también aparece aquí, si bien centrado en el personaje de Nickolay quizás por su antigua pertenencia a la extinta URSS:

"Sintió lástima por no tener a mano una botella de Imperia y, por el contrario, disponer solo de otra de San Francisco China Beach." (pos. 4912)

•  Música: Si algo me ha gustado especialmente, esto ha sido la perfecta ambientación a través de la música que sobre todo en la primera mitad del relato realiza el novelista. Son temas jazzísticos en su mayoría aunque también los hay rock, swing, soul... y hasta clásicos. Pablo Palazuelo sabe de música popular contemporánea y lo demuestra. Sólo detecto un cierto desequilibrio, no sé si intencionado, al respecto al prescindir de la misma casi totalmente en la segunda mitad del relato donde sólo aparece un tema que cierra la novela: "La casa del sol naciente". Los temas musicales que aparecen citados a lo largo de casi 300 páginas pertenecen en su mayoría al género musical propio de la novela negra clásica, o sea,  jazz, blues, balada..., de los que gustan los cinco sesentones ya jubilados. Al tiempo hay otros más del momento en que se sitúa la acción, 2010, que envuelven más al personaje de apenas 18 años, Kayden Fox. [estos temas musicales pueden escucharse en la página "música que me gusta escuchar" de este mismo blog]

•   Presencia de un investigador. En esta narración aunque podemos hablar de la existencia de un investigador principal (la teniente Marian y su novio, el detective Christian) hay según el momento del relato en que nos hallemos otros investigadores que vienen a coincidir con todos y cada uno de los cinco personajes que tienen por costumbre reunirse una vez al año para recordar su pasada época laboral y echar unas partidas de póquer. Sus nombres: Nickolay, Harry, Travis, Johann y Louis; sus  nacionalidades respectivas: lituano, norteamericano, belga, alemán y francés. Su oficio en activo: agentes  de sus correspondientes servicios secretos nacionales. El cinismo es consustancial a todos ellos.

Al tratarse de una novela en la que el suspense es ingrediente principal no cabe desarrollar mucho el asunto que trata so riesgo de incurrir en spoiler. Tan sólo diré que a estos cinco sesentones una bella muchacha, Kayden Fox, les irá seduciendo con fatales consecuencias para ellos y también para la propia chica que se gana la vida -o al menos eso parece- ejerciendo la prostitución para así poder pagar la deuda que sus captores, proxenetas o lo que sean, parecen exigirle. Lo que sí está claro es que el dinero es ingrediente principal de la historia; una historia, ya digo, de ritmo endiablado que resuelve con soltura y maestría narrativa los episodios de violencia que abundan en el relato logrando mantener el interés del lector. 

Una historia que no decae nunca en mi opinión porque Pablo Palazuelo acierta de pleno al no conformarse con reproducir los esquemas clásicos de la novela negra norteamericana sino que los actualiza debidamente mediante la incorporación al relato de elementos propios de 2010, momento en que se producen los hechos narrados. Algunos de estos elementos son:

• El recurso en algunas de las escenas de máxima acción, a la estética propia de los actuales videojuegos en los que el jugador armado de pistola se desplaza por el interior de unas naves:

"Comprobó que sus cuentas de los disparos efectuados cuadrasen con los cartuchos restantes en el cargador. Así se evitaría una desagradable sorpresa en un más que probable encuentro fatal. Después, con el corazón desbocado, continuó avanzando por el laberinto de pasillos hasta llegar a una gran sala, a cuya izquierda había un amplio ventanal, que se extendía desde el suelo hasta el techo y a través de cuyos cristales rotos se podía divisar la inmensidad del estadio Citi Field." (pos. 8778) 

•       Rasgos humorísticos en línea con el estilo instaurado por el cineasta norteamericano Tarantino. Y digo tal cosa pues al tiempo que asistimos a escenas un tanto gore, en ellas Palazuelo hace aflorar en el lector una sonrisa:

“ -Te estás muriendo. Valentina trataba de contener la hemorragia taponando el orificio con ambas manos.
 ―¿Acaso piensas que no me doy cuenta?"

El tono gore (hacha de cocina, dedos amputados, zapatos volando con un pie dentro, huellas de los pies desmenuzados y produciendo un increíble dolor...) también sirve para dibujar en nuestro rostro un simulacro de sonrisa:

"Nick supo lo que era cuando cayó junto a él: un zapato de Valentina con el pie en su interior, aunque limpiamente cortado por el tobillo." (pos. 6558 - 6620)

•       Empleo en ocasiones del tono propio de la sub-literatura actual más popular

"casi la venció la tentación de escrutar su interior para comprobar lo podrido que tenía el corazón." (propio de la novela rosa)

"Se encontraba de pie, desnuda, con los brazos a su espalda. Se giró para mostrarle cómo las esposas se los inmovilizaban por las muñecas y le sonrió de forma desafiante" (parece un homenaje a las novelas de E. L. James).

• Aparición del que ya empieza a ser el tópico del hacker: adolescente habilidoso electrónco. El joven Hooper me ha recordado la figura de Lisbeth Salander de la trilogía Millenium de Stieg Larsson.

A sus diecisiete años, Damarcus Hooper se ganaba la vida mucho mejor que la mayoría de los adultos (pos. 1433)

Para finalizar
Es una novela que está teniendo una recepción fantástica entre el público lector. En el momento en que publico esta entrada, "Nunca es tarde para morir" se encuentra ya en el número 2 del TOP RANKING de AMAZON!!! (http://amzn.to/1Rt6tjs) según informa el propio autor en su cuenta de twiter. A mí no me extraña nada como se desprende del comentario que acabo de hacer sobre la misma.

Por si lo anterior fuera poco, en breve este relato va a salir en formato de audio libro gracias a @BookaAudiobooks. Desde luego pocas veces he visto carrera más meteórica para una 'opera prima'. Y no me extrañaría nada ver la historia de estos cinco ex-agentes secretos convertida en película pues tiene los ingredientes necesarios para ello: es entretenida, tiene ritmo, sus personajes son creíbles y están muy bien construidos, el marco geográfico donde se desarrolla la trama -Nueva York- es consistente y verosímil, el celofán musical que envuelve el relato es muy hermoso... En fin tiene todo.

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Nota importante: "Nunca es tarde para morir" es la segunda novela negra que reseño durante este mes de enero, mes dedicado por el blog de Laky "Libros que hay que leer" a este género narrativo. La anterior ha sido "Cuatro muertos más para el desierto" de Christopher Pollinini.