Pages - Menu

7 may 2014

"EL LARGO ADIÓS". Excelente despedida al Marlowe de Chandler mientras espero al de Benjamin Black

Como dije hace casi un mes en la entrada que dediqué a la novela negra ("A la búsqueda de Philip Marlowe mientras espero a la rubia de los ojos negros") me he puesto a leer y releer títulos de Raymond Chandler a fin de poder comparar debidamente el Marlowe original del resucitado por el heterónimo de John Balville, Benjamin Black. De los tres títulos que allí citaba -"El sueño eterno", "La dama del lago" y "El largo adiós"- sólo me quedaba por leer el nombrado en último lugar. A él, pues, va dedicado fundamentalmente este post.

La sociedad norteamericana de 1953.
Si la serie del detective Philip Marlowe se inauguraba en 1939 con "El sueño eterno", la novela que acabo de finalizar llegó a las librerías en 1953, justo diez años después de "La dama del lago". El hombre de 42 años que la protagoniza es un individuo más nihilista que el de las anteriores, que profundiza más en la sociedad norteamericana del momento que ha entronizado a la televisión como tótem de los hogares y que está sumida ya por completo en el consumismo:
"Durante la noche oigo gemidos y voy a ver qué pasa. [...] Si uno tiene un poco de sentido común, lo que debe hacer es cerrar la ventana y subir el volumen del televisor, o apretar el acelerador y alejarse. Permanecer fuera de las dificultades y líos de otra gente. Porque todo lo que uno puede sacar es ensuciarse" (pág 312), resume Marlowe para Bernie Ohls, el único policía con el que mantiene una cierta amistad.
"En nuestra época hemos presenciado una declinación tremenda en la moral pública y privada. No se puede esperar calidad de la gente cuya vida está sujeta a una falta de calidad. No se puede tener calidad con una producción en masa. No se quiere la calidad porque dura demasiado. De modo que se la sustituye por la moda, que no es más que una estafa comercial destinada a hacer que las cosas caigan en desuso." (pág. 260), le dice Harlan Potter, el padre de la primera víctima del relato, a Marlowe; palabras que hace suyas el detective.
Esta sociedad norteamericana de 1953 camina derecha hacia un mundo cada vez más tecnificado en el que los objetos tienen un potencial esclavizador que hoy día todos podemos certificar y que se ha ido construyendo a lo largo de estos últimos 60 años. En ese año son el coche y el teléfono los dos artilugios que más atraen a Marlowe aunque al tiempo también los odia un poco:
"Hay algo de compulsivo en un teléfono. El hombre desprejuiciado de nuestra época lo quiere, lo detesta y le tiene miedo. Pero siempre lo trata con respeto, aun cuando esté borracho. El teléfono es un fetiche." (pág. 223), reflexiona el detective.
En cuanto a los coches "El largo adiós" se abre con un Rolls Royce Silver Wraith que sobrepasa en el imaginario marloweiano a toda belleza conocida, incluida la femenina, naturalmente:
"El tono rojo profundo de su cabello era encantador; asomaba a sus labios una lejana sonrisa y sobre los hombros llevaba un visón azul que casi lograba que el Rolls Royce pareciera un auto cualquiera. Pero no lo conseguía enteramente; nada hay que pueda lograrlo." (pág. 1)
Chandler, Marlowe
Jowett Jupiter, Cadillac, Oldsmobile y Rolls Royce
Evidentemente el "huelebraguetas" (así le califican los policías en "El sueño eterno", algo que molesta mucho al detective) deberá contentarse con un "utilitario" de la época, un Oldsmobile, vehículo lanzado en los 50 para cubrir las necesidades de un sector social sin suficiente dinero.
Junto a estos dos, muchos otros modelos circulan por el relato, como por ejemplo el  Cadillac del potentado Harlan Potter conducido por Amos, el culto chófer de color; o el deportivo Jowett Jupiter de Sylvia Lennox del que Marlowe no puede por menos que decir:
"Me llevó en un Jowett Jupiter de capota bastante precaria, bajo la cual sólo había el lugar justo para nosotros dos. El tapizado era de cuero de color claro, y los accesorios parecían de plata. No soy muy exigente con respecto a los autos, pero al ver aquel maldito coche se me hizo un poquito agua la boca." (p. 18)

Características esenciales del personaje
En esencia las características del personaje quedaron fijadas ya desde la primera novela de la serie:
  1. Marlowe no miente a la policía, todo lo más aplaza el contacto con ella o calla alguna información. Es un hombre íntegro al que la policía le tiene ganas por el fuerte contraste que representa respecto a ellos.
  2. Marlowe bebe bebidas fuertes de manera habitual. En "El largo adiós" toda la narración gira en torno a unos gimlets que Marlowe y otros personajes toman en el "Victor's bar" como homenaje al desaparecido Terry Lennox.
  3. A Marlowe le gusta mucho las mujeres.
  4. A Marlowe le gustan los modelos de coches  de alta gama.
  5. Marlowe envidia a los ricos en cuyos aledaños se encuentra y a quienes necesita para sobrevivir ....etc., etc.
En esta narración aparecen varias descripciones del personaje. Unas son policiales:
"Cabello castaño oscuro, algunas canas. Ojos castaños. Altura, un metro ochenta y cinco. Peso, alrededor de ochenta y seis kilos. Nombre, Philip Marlowe. Ocupación, detective privado." (pág. 52)
y otras las hace el propio investigador de sí mismo:
"Soy detective privado y tengo mi licencia desde hace bastante tiempo. Soy un tipo solitario, no estoy casado, estoy entrando en la edad madura y no soy rico. He estado en la cárcel más de una vez y no me ocupo de divorcios. Me gusta la bebida, las mujeres, el ajedrez y algunas otras cosas. No soy muy del agrado de los polizontes, pero conozco un par de ellos con los que me llevo bien. Soy hijo natural, mis padres han muerto, no tengo hermanos ni hermanas, y si alguna vez llegan a dejarme tieso en una callejuela oscura, como puede pasarle a cualquiera en mi trabajo, y en estos días que corren a mucha otra gente que se ocupa de cualquier cosa o de ninguna, nadie, ni hombre ni mujer, sentirá que ha desaparecido el motivo y fundamento de su vida." (pág. 102).
 "Revolví el café y lo tapé. Marqué tres minutos en el reloj. Este Marlowe es un muchacho muy metódico. Nada debe interferir en su técnica de preparar café." (p. 28)
Características de la narración chandleriana.
Hollywood
Raymond Chandler fumando en pipa
Si bien el personaje ha evolucionado un tanto desde ese joven de 33 años de "El sueño eterno" a éste ya maduro de 42, las características esenciales del género permanecen inalterables en todas las novelas de la serie:

è La gran ciudad de Los Angeles propiamente dicha o diferentes localizaciones californianas de su entorno: Pasadena, Beverlly Hills, Idle Valley en Nevada y otros 

è Ambientes sofisticados o glamourosos: Hollywood en "El sueño eterno"; zonas residenciales de veraneo en "La dama del lago", residencias millonarias de Idle Valley (Nevada) en "El largo adiós"

è Bajos fondos: los negocios de Geiger y de Eddie Mars en "El sueño eterno"; los "hoteles dudosos" donde ejerce la prostitución la falsa Crystal en "La dama del lago"; o los negocios de Las Vegas en "El largo adiós" que flirtean con las mafias de la droga.

è Policía corrupta: No toda, pero sí gran parte. Ejemplo es la contestación dada por el capitán Gregory a Marlowe en "El sueño eterno": “Hemos hecho todo lo posible, hermano. Si quiere ofrecer una recompensa y gastar algún dinero, podríamos obtener resultados. La ciudad no me da el dinero que ella absorbe”; en "La dama del lago" Chandler marca perfectamente la frontera que separa al buen poli (capitán Webber) del malo (sobre todo Degarmo, pero también sus compinches Cooney y Dobbs); y en la de "El largo adiós" aunque como en las otras hay polis buenos y malos claramente delimitados al final el personaje se despacha con esta frase que mete en el mismo saco a todos: "El trabajo policial es maravilloso, elevado, idealista. La única cosa que tiene de malo es los policías que están en él." 

è El machismo. Es una de las características del género. En la primera de la serie aparece un personaje, Carol Lundgren, del que Marlowe dice “[…]y un afeminado no tiene hierro en los huevos […]”; en "El largo adiós" hay una sibilina alusión a los gays cuando un taxista ayuda a Marlowe a transportar a Terry Lennox borracho porque cuando él estuvo en ese mismo estado -dice- "En Frisco nadie me recogió en ningún taxi. Es una ciudad de corazón de piedra", y al ser corregido por Marlowe diciendo el nombre correcto de la ciudad el taxista prosigue: "Yo la llamo Frisco. Al demonio con todos esos grupos minoritarios".
Pero el machismo esencial lo es respecto a las mujeres dirigiendo éste las actuaciones de los personajes masculinos que ven en ellas simples objetos de deseo. Las mujeres, a su vez, se valen de sus encantos para realizar sus más abyectos propósitos:
"El bar se estaba llenando. Una pareja de semivírgenes aerodinámicas pasó gorjeando y balanceándose." (p. 107)
 "Tenía esa mirada sutil e intensa que a veces evidencia neurosis, a veces ansiedad sexual y otras es simplemente el resultado de una dieta drástica." (p. 178), dice Marlowe de Linda Loring.
è Descripciones muy precisas que, a través de las imágenes utilizadas, muchas veces buscan el efecto humorístico, rasgo éste muy característico de las novelas de Chandler con el detective Marlowe:
“Era más bien alta, pero no un poste de telégrafos” en "El sueño eterno"; 
“Él era guapo, moreno y vigoroso, con excelentes hombros y piernas, bruñidos cabellos negros y dentadura reluciente. Un metro ochenta de típico destructor de hogares. Unos brazos para tenerte bien abrazada y todo el cerebro reducido a una cara bonita” en "La dama del lago"; 
O en la última, "se sentó cerca del portafolio en el extremo de una mesa de roble destartalada que parecía sacada del Arca. Noé la debió haber comprado de segunda mano.". Y allí mismo, "Yo pertenecía al ambiente de Idle Valley como una cabeza de cebolla a un banana split." 
è Descripciones con imágenes poéticas. Así en "El sueño eterno" se puede leer que "un olor a quelpo venía del mar y se quedaba colgado en la niebla"; o en "El largo adiós" "Era un tipo que hablaba poniendo comas, como en una novela pesada."

è La narración en primera persona es característica. En ocasiones se producen cambios hacia la segunda con carácter generalizador propio de cualquier proceso reflexivo:
“Un trabajo hermosamente realizado. Acabas de afeitarte, te despojas de la ropa para darte una ducha, te apoyas en la cortina para regular la temperatura del agua, una puerta se abre tras de ti y alguien entra. Ese alguien parece que debe de haber sido una mujer. Lleva una pistola en la mano. Te vuelves, ves la pistola y en ese preciso momento suena el disparo.”, se lee en "La dama del lago"
 o para distanciarse del yo narrador aparece la 3ª con la que se gana objetividad:
"Idle Valley era un lugar perfecto para vivir. Gente simpática con lindas casas, lindos autos, lindos perros, posiblemente hasta lindos niños. Pero lo que deseaba un hombre llamado Marlowe era irse de allí. Y rápido.", aparece en "El largo adiós"
Mujeres seductoras son habituales en Chandler
è Erotismo. Esencial en el género. Aparece en todo lo relacionado con las hermanas Sternwood en "El sueño..."; en muchos momentos en la última: "Levantó la boca para que la besara. Estaba temblando. Entreabrió los labios y los dientes y sentí su lengua que se introducía en mi boca como una saeta. Entonces dejó caer las manos, dio un tirón a algo y el salto de cama que llevaba se abrió y apareció desnuda como una sirena y sin ninguna muestra de timidez."; o en "La dama..." cuando describe el cuerpo desnudo del personaje Muriel/Crystal asesinada: “Llevaba por toda vestimenta un par de medias oscuras. El pelo revuelto. En su garganta había unas marcas oscuras. Tenía la boca abierta. A través de su vientre desnudo resaltaban sobre la blancura de su carne cuatro horribles rasguños rojos escarlata.”  

è El humor está muy presente tanto en descripciones como en diálogos:
“-Soy mona, ¿verdad?-Monísima, como un filipino en noche de sábado” (en "El sueño...")
-¿Has visto muchos de estos casos por aquí?- preguntó irónicamente el médico. -Hasta ahora, aquí sólo hemos tenido asesinatos honestos, como Dios manda- dijo Patton (…)” (en "La dama...")
Como ejemplos de descripción con toque de humor valen éstas de "El largo adiós":
"Por sus ojos se podía ver que le habían hecho cirugía estética hasta la raiz de los cabellos" 
 "Tenía zapatos negros, de tipo mocasín con dos cordones, que son casi tan confortables como las sandalias pero que no arruinan los calcetines cada vez que uno camina una calle con ellos." (p. 82)
è Las recapitulaciones intermedias que van dando sentido al desarrollo de la investigación (anagnórisis parciales) y la final y definitiva, la anagnórisis final.

Otros elementos de interés en "El largo adiós"
The long Goodbye
Elliott Gould interpretó a Marlowe en 1973 
De la serie Marlowe, la novela de 1953 es considerada la mejor. Sin lugar a dudas lo es pues, aparte de lo ya señalado hasta aquí, hay que resaltar muchos otros elementos de interés:

A.-) Importante repaso crítico al american way of life:
  • consumismo desaforado
  • cultura alcohólica y tabáquica
  • sociedad motorizada
  • corrupción policial en connivencia con importantes grupos de delincuentes
  • el sistema democrático: 
·Vivimos en lo que se llama una democracia, gobernada por la mayoría del pueblo. Un ideal magnífico si es que pudiera funcionar." (p. 259)
  • fractura social en dos grupos muy diferenciados: los ricos riquísimos y una extensa clase media que tira hacia la baja aunque le hagan creer a través de la publicidad que puede optar a la exclusividad de la alta.
  • el poder de la prensa en manos de grupos de presión que todo lo reducen a hacer dinero aunque ello les lleve al amarillismo: 
- Para mí, personalmente, el asunto no tiene el menor interés, pero para Springer ofrecería un campo enorme. Tiene de todo: Sexo, escándalo, dinero, esposa hermosa e infiel, esposo herido y héroe de guerra -supongo que de ahí sacó las cicatrices-. ¡Demonios! Ocuparía la primera plana durante semanas. (p. 72)
  • La medicina en almoneda, con especial atención crítica hacia los médicos dentistas:
"Ni demasiado hábiles, ni demasiado limpios, tres dólares y pague a la enfermera, por favor; hombres cansados, desalentados, que saben exactamente dónde están parados, qué clase de pacientes pueden conseguir y cuánto dinero se les puede exprimir en la consulta. Por favor, no pida crédito. El doctor está adentro. El doctor salió. Usted tiene un molar bastante flojo, señora Kazinsky. Si usted quiere esta nueva emplomadura acrílica, tan buena como la incrustación de oro, se la puedo hacer por catorce dólares. Si usamos novocaína, son dos dólares extra. El doctor está adentro. El doctor salió. Son tres dólares. Por favor, pague a la enfermera." (p. 142)
  • Una sociedad supererotizada:
"De vez en cuando, un hombre y una mujer pueden encontrarse y conversar sin ir a parar al dormitorio, en este país de conciencia sexual demasiado desarrollada." (p. 180)

  B.-) Presencia de un fuerte culturalismo:

  • Citaciones. Los poemas de T S Eliot, las alusiones a algunas tragedias de Shakespeare, la música de Toscanini o de Katchaturian se cuelan en el relato con una naturalidad que choca con las expectativas habituales en el género. Así, por ejemplo, en lo que debiera ser una tensa conversación entre el poderoso Harlan Potter y el pobre investigador privado se alude a Gustave Flaubert en estos términos:
"- ¡Ajá! -dijo Wade, sentándose-. Así que usted leyó a Flaubert; eso lo convierte en intelectual, en crítico, en conocedor de la literatura mundial."  [p. 194]

  • Intertextos. Ecos de Scott Fitzgerald: 
-“No me importa estar enamorado de mí mismo, y para mí ya no existe nadie más de quien pueda enamorarme. Firmado: Roger (F. Scott Fitzgerald) Wade. P.D. Por eso nunca terminé The Last Tycoon”. (p. 119)
 o de John Cheever: A la izquierda había una piscina de natación vacía, (p. 131)

  • Parodia. Sin ser novedad en este relato (ya aparece en los otros dos que he nombrado) Chandler gusta de romper las expectativas del lector sorprendiéndole en su propio campo y dejándole ver que lo que está leyendo no es una novela policíaca al uso sino una renovación del género. Por eso en los momentos habituales de estos relatos como el interrogatorio policial rompe el 'encantamiento del archisabido momento mediante esta reflexión en alta voz:
 - Aquí es donde yo digo: “¿Pero a qué viene todo esto?”, y usted responde: “Las preguntas las hacemos nosotros .” ("El sueño eterno" p. 41).
“Su mano derecha salió del bolsillo empuñando una automática que apuntó hacia
Robert Montgomery
mí.Sonreí. Tal vez no fue la sonrisa más amplia y sincera del mundo, pero de todas maneras era una sonrisa.-Nunca me han gustado estas escenas –dije-. El detective frente al asesino. El asesino saca una pistola y apunta con ella al detective. El asesino cuenta toda la triste historia, con el propósito de matarle al llegar al final. Eso le hace perder un tiempo precioso, y sl final el asesino no mata al detective, nunca consigue hacerlo. Siempre sucede algo que se lo impide. A los dioses tampoco les gustan esas escenas. Siempre se las arreglan para echarlas a perder.” ("La dama del lago", pág. 223)

CONCLUSIÓN. Creo que ya estoy en disposición de ver qué hace Philip Marlowe  con el asunto de "La rubia de los ojos negros". Me pondré con ella en cuanto pase el 20 de mayo, pues hasta entonces leeré otras cosas, en especial la novela de John Williams, "Stoner", que tenemos como lectura de mayo en nuestra tertulia "Más que palabras". Ya os contaré.


2 comentarios:

  1. Me gustó bastante tu recopilación, estoy ansiosa de leer a Benjamin Black, espero acabar pronto todas las obras de Chandler para ello. Amo el sueño eterno y el largo adiós aún más.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu opinión sobre el post. Si te gusta Chandler, cuando leas "La rubia de los ojos negros" de Benjamin Black sentirás que en efecto aunque el detective sea Marlowe, sin embargo parece que se echan cosas en falta respecto al "auténtico". Fundamental que te guste "El largo adiós" pues en el fondo "La rubia..." es una especie de continuación. Bueno, en fin, ya te darás cuenta por ti misma.
    Saludos

    ResponderEliminar

Muchas Gracias por dejar tu Comentario.