Mi entorno cercano no gusta de la ciencia ficción. Es por
ello que he ido solo a ver “Gravity”, la película del mexicano Alfonso Cuarón.
Al contrario que a mí parece que al entorno de Alfonso Cuarón sí le gusta este
género pues el guión de “Gravity” lo firma junto a su hijo Jonás a su vez
también director de cine. A mí la película me ha gustado mucho y pienso que quienes me rodean se han equivocado en esta ocasión.
Que conste que en nuestros días el asunto que se plantea en
el film escapa de mano a la consideración de utopía científica, pues en más de
una ocasión los humanos hemos enviado naves al espacio exterior a fin de
reparar satélites, corregir trayectorias, relevar astronautas en la estación
espacial internacional; también es tal la basura que se acumula allí arriba que
no es la primera vez que restos de satélites se han precipitado contra nuestro
planeta o han impactado o podido impactar con otros ingenios espaciales
fabricados por el hombre. Es evidente, pues, que la denominada ciencia ficción pierde
en este film el adjetivo. Y así lo sostiene su director en cuantas entrevistas
sobre la película se le han hecho. De manera que más que de película de ciencia
ficción cabe hablar de película de catástrofe y suspense en un medio poco
corriente, la termosfera.
La trama que desarrolla “Gravity”
es la de un accidente sufrido por unos astronautas durante un paseo espacial
fuera de su nave para reparar el Hubble. Sólo dos logran escapar a la lluvia de
basura que se les ha echado encima mientras trabajaban. Una es la doctora Ryan
Stone (Sandra Bullock), una brillante ingeniera que está en su primera misión
espacial. Su acompañante es el veterano astronauta Matt Kowalsky (George
Clooney). Al quedar aislados deberán intentar regresar a la Tierra que se
encuentra 600 kilómetros más abajo, y ellos flotan ingrávidos en el espacio.
De los dos actores antes señalados destaca y sorprende
gratamente, por escapar de sus registros habituales, Sandra Bullock, la actriz
que en los títulos de crédito de tantas películas haya aparecido: Mientras dormías, Miss Simpatía, Corazones
robados, Mi novio quiere ser millonario, etc. llegando casi a encasillarse
en un tipo de personaje, el de la mujer ingenua, joven y algo tonta que
consigue a su chico porque ella en su inocencia verdaderamente lo merece. Sin
embargo aquí vemos a una científica que lucha por su vida y utiliza sin
tontería alguna sus muchos conocimientos. Más tonto y encasillado (en muchos
otros filmes aparece con estas características) me parece en esta ocasión el personaje de
Clooney, el hombre experimentado que se sabe guapo y que tontea un poquito con
la mujer inexperta en cuestiones espaciales.
Dejando a un lado la más que posible y merecida
nominación al óscar de la Bullock, el filme destaca por su cinematografía, por
sus imágenes, que son de una suprema belleza: Nuestro planeta visto por estos
astronautas, el sol que se oculta y vuelve a aparecer tras él, la envoltura de
nubes que lo rodea, el azul de los océanos, etc. vistos en 3D a través de la mirada de
Alfonso Cuarón nos reconcilia con nuestra condición humana: da gusto vivir, y
estar vivos, para poder disfrutar de todo esto, ¡no lo destrocemos!
El título sintetiza el asunto que se narra: la lucha que
unos cuerpos habituados a la gravedad han de mantener para poder recuperarla. O
sea, la constante contradicción del ser humano: la gravedad que nos ata a la
tierra también nos libra de peligros. Desde el punto de vista científico este
tema está bien presentado: la velocidad constante al no existir fuerza que la
frene es un elemento importante en la historia. El reto superado de la película
es lograr presentar este estado de ingravidez de modo creíble merced a
los efectos especiales utilizados.
Pero como suele ocurrir con las obras que no dejan
indiferente a nadie, en seguida han surgido voces desautorizándola con el
argumento de su alejamiento de la verdad científica (vid. “Cinco
cosas que ‘Gravity’ dejó ‘a la deriva’ de la realidad científica”). Estas
objeciones no desmerecen las virtudes del film que, como dice su director y
co-guionista, “No es un documental. Es una obra de ficción”. Y esto hay
quienes, bien leyendo una novela o viendo una película de ficción, lo olvidan sistemáticamente.
Buen comentario de un film magistral. Coincido en que no es ciencia-ficción en absoluto, si no un drama (de catástrofes, si se quiere añadir algo). Gran razón en que Bullock huye del encasillamiento pero Clooney no: por eso ella será nominada y él será de lo poco que no lo sea. A mí este film me maravilla porque, pese a contar con errores científicos, estos no son tan graves como para perjudicar a la narración y la experiencia sigue siendo única. Saludos.
ResponderEliminarDe acuerdo en todo lo que dices, Juan.
ResponderEliminarEn otro orden de cosas, me encantan todos tus blogs: http://gramaticacomosedice.blogspot.com.es/, http://laestaciondelfotogramaperdido.blogspot.com/
y alguno más que ahora mismo se me olvida.
Un saludo cordial