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11 ene 2023

Juan Tallón. Obra maestra

«La música, la que a mí me interesaba, una fácilmente conceptualizable, que conectaba con la pintura, el teatro, la danza, y no sé si a propósito, o inconscientemente, buscaba que mis composiciones entrasen en los cuadros de los artistas a los que conocía, con los que trabé buena relación y que eran casi todos escultores minimalistas, es decir, no solo Richard, también Donald Judd, Sol LeWitt, Robert Morris o Carl Andre, era a ellos a quienes se refería el concepto minimalismo, y no a los músicos como yo, o Terry Riley o La Monte Young, la idea de "música minimalista" fue algo que vino después» (dice Philip Glass)

Sinopsis (proporcionada por la propia editorial Anagrama)
El Museo Reina Sofía prepara las exposiciones con las que va a inaugurar la pinacoteca en 1987. Para ello encarga a Richard Serra, el escultor vivo más influyente del momento, la creación de una de sus gigantescas obras. La pieza se exhibe durante unos meses y después se almacena en una nave custodiada por una empresa especializada en arte. Años después, el museo quiere recuperarla, pero entonces la pieza ha desaparecido. Nadie sabe cómo lo ha hecho, ni en qué momento, ni a manos de quién. En 2006 la noticia salta a la prensa y se convierte en un auténtico escándalo internacional. ¿Cómo se le ha podido perder la pista a semejante obra? Es lo que se pregunta el escritor Juan Tallón en su nueva novela: 'Obra maestra'. Un libro que recorre todas las hipótesis posibles de la mano de 72 voces que permiten al lector adentrarse en una historia absolutamente fascinante y real.

"Obra maestra"
de Juan Tallón es una novela de no ficción, en mi opinión excesivamente pegada a la realidad. El punto de partida, la desaparición de una escultura del escultor Richard Serra de 38 toneladas de peso, es más que sugerente. Sin embargo, al centrarse en la realidad del mundo del arte -especialidad escultura monumental- me han resultado algo abrumadoras las disquisiciones sobre cómo se despliegan los encargos, las instalaciones, las influencias, los diversos intervinientes, excepción hecha del propio escultor, en el proceso creativo-expositivo (fundición, transporte, instaladores, gruistas, encargados del museo, vigilantes...). Al haberse producido la desaparición de una obra perteneciente a un museo nacional, la intervención de la policía y de los políticos de quienes depende la cultura del país, es importante. El autor se centra no sólo en el momento que va desde que se detecta la falta de dicha escultura (año 2006) hasta nuestro hoy, sino que en la especie de thriller cultural que construye (¿Qué habrá pasado con la obra, dónde habrá estado este tiempo, quién ha sido el culpable de esta sinrazón...?) avanza y retrocede en el tiempo afirmando hechos (cuándo se colocó en el Reina Sofía, qué otras obras del autor hay en España, etc.), preguntando a quienes -72 entrevistados en total- en un sentido u otro pudieron tener contacto con la obra (directores de museos, vigilantes, policía del Patrimonio, secretarios del Mº de Cultura, ministros del ramo que en una época u otra tomaran decisiones respecto a la obra...), intervención del propio Juan Tallón y de todo su entorno familiar y editorial que en algún momento intervinieron en la producción del propio libro que tenemos en nuestras manos, llegando incluso a lanzar hipótesis verosímiles pero nunca confirmadas del todo sobre qué ocurrió en verdad con esta increíble desaparición.

A mí, si soy sincero, aunque considero que es un producto original, me ha parecido algo tediosa en algunos momentos. Seguramente la razón estribe en que las interioridades del mundo del arte no es algo que me interese especialmente. A esto, insisto, quiero añadir la profusión de nombres propios de artistas, críticos de arte, periodistas especializados de aquí y de fuera que por su cantidad me han llegado a abrumar y a desenganchar incluso de la propia trama novelesca. Una trama novelesca, por otra parte, que no me ha sorprendido nada pues el autor no deja lugar a suspense alguno. Sin lugar a dudas Juan Tallón cifra todo el éxito y bondad de la novela al modo constructivo utilizado en ella. Aquí sí que resulta innovador y sorprendente. En pocas palabras lo que hace Tallón es lanzar sobre la mesa de su despacho de escritor toda la documentación que a lo largo de trece años ha ido recopilando con la idea de producir este libro. En lugar de acudir a la linealidad discursiva, el escritor desordena los testimonios, colocando siempre las palabras de quien en negrita conocemos nombre y fecha en primera persona. Es pues la novela un ejercicio literario de perspectivismo, de avance en búsqueda de la verdad a través de la focalización que de un mismo hecho tienen unos y otros. De la suma de todos los testimonios aquí recogidos -incluidos los del propio escultor y redactor de la novela- nacerá la verdad. Se supone.

Finalizada la lectura de Obra maestra leo algunas reseñas sobre el libro y dejo por allí y acullá comentarios acerca de las opiniones vertidas por los reseñistas. Evidentemente lo que expreso en ellos no difiere mucho de lo dicho hasta aquí en esta reseña: que me ha resultado algo tediosa en varios momentos; que en otros me ha entretenido; que el sobreabundante e incesante número de nombres propios me ha parecido innecesario; que el exceso de todo me hacía desconectar de la trama... 

Insisto en que sobre todo me ha parecido un trabajo más propio de un periodista -Juan Tallón lo es profesionalmente- que está preparando un concienzudo reportaje de investigación. Es en este orden de cosas en el que, en sentido intencionadamente desviado, utilizo la expresión thriller: el autor provoca en el espectador una cierta expectación al inicio cuando leemos que una escultura de 38 toneladas de peso ha desaparecido y nadie sabe qué habrá ocurrido con ella. Sí, esto podría anunciar una especie de thriller; pero hay que admitir que de serlo, sería un thriller de escaso -por no decir nulo- suspense dado que casi casi desde el principio, al estar tan apegado a la realidad, sabemos cómo el Mº Reina Sofía logró salir del entuerto. En cuanto a qué ocurrió con la escultura robada se lanzan suposiciones muy verosímiles que no es cosa de desvelar aquí para no matar el interés del posible lector.

Creo que la maestría literaria la deposita Juan Tallón en la estructura constructiva que elige para Obra maestra. No sé si era necesario tanto vaivén adelante-atrás, pero bueno, vale, está bien. Las interioridades del mundo creativo -literario y escultórico-, el proceso constructivo de una obra, las conexiones de la obra de arte con el mundo real… son ciertamente reflexiones interesantes. Pero...

La obra está bien escrita. En ella observamos cómo el autor se las ingenia la mar de bien para pescar cuanta ayuda ministerial pueda salir [es una pequeña maldad mía, jé, jé…]; también hace repaso de las corruptelas que existen en el mundo del arte, reflexiona sobre qué es eso que se denomina obra de arte, etc.  Me ha gustado, sobre todo en las últimas 40 ó 50 páginas, el humor que destilan algunas intervenciones («Había podido acabar Cinco moscas azules y había empezado a leer un libro de Jiménez Losantos, con eso lo digo todo.»). Pero, insisto, me parece que es tan real, tan real, que no ha conseguido excitarme especialmente. Creo que el que una novela sea de no-ficción no excluye un mayor ejercicio imaginativo.

A propósito de lo dicho en el cierre del párrafo anterior el mismísimo escritor en entrevista realizada por Juan Cruz en El Periódico el pasado 4 de febrero de 2022 [enlace a la entrevista] reflexiona sobre la relación estrecha que existe entre la realidad y la ficción, cómo ficcionaliza el mundo real y al tiempo convierte en reales a personajes de ficción como el de la terrorista de ETA que preparó el atentado a una obra de Richard Serra en la inauguración del Guggenheim de Bilbao. Quisiera destacar de tan interesante conversación entre el crítico literario y el escritor algunas frases:
  • «Se me ocurrió en 2009. […] Fue el intento de comprender cómo había pasado algo tan asombroso: la desaparición de una escultura enorme y muy pesada. ¡Qué asombro! Fue un suspiro hacia adentro. ¡Pero no encontraba el modo de contarla, Juan! Y, a lo largo de los años, me limitaba a compilar información y luego a recabar testimonios. Un día encontré el modo de narrar y entonces ya todo fue más o menos rápido.»
  • «Yo creo ficciones pero quiero que se puedan leer como historias reales. Simplemente hay que buscar la fórmula que conecte lo que has inventado con la vida real. Siempre mezclo realidad y ficción con el propósito de que la gente crea que ocurrió así, que simplemente cuento lo que pasó en realidad o rescato las cosas de la memoria.»

                 «¿Aquí hay personajes de ficción que son reales?» (pregunta de Juan Cruz)

  • «Exacto. Hay personajes reales de los que yo invento su testimonio, pero intentando mantenerme más o menos fiel a lo que dijeron para mantener la verisimilitud de la historia. Y después hay personajes completamente inventados, que no existieron. Pero que son auténticos(respuesta de Juan Tallón)

En definitiva, Obra maestra es un libro bien escrito en el que Juan Tallón riza el rizo de la composición buscando una manera distinta de relatar siguiendo su constante propósito de nunca repetirse. Creo que lo logra. Pero a mí no ha logrado emocionarme. Está bien escrito. Y ya.

12 comentarios:

  1. La he leído no hace mucho pero mi sensación, y la de un amigo lector con quien comparto caminatas que la leyó por recomendación mía es que me ha entusiasmado y no me ha cansado en ningún momento. Ciertamente es un thriller que implica el mundo del arte, las concepción de Richard Serra, la instalación, el depósito en un almacén y su desaparición misteriosa. Realmente apasionante. Incluso mi amigo y yo fuimos caminando de un punto a otro de Barcelona a ver una obra de Serra que hay en el barrio de la Verneda. Es un muro que concita la antipatía de los vecinos y que divide un parque. No está hecho con hierro sino de obra porque no había dinero para el material. Sorprendentemente, pintado de blanco, no tiene pintadas ni grafitis porque el ayuntamiento las tapa enseguida. Ahí se van a mear los perros y los drogotas a fumar, según nos dijeron los insatisfechos vecinos que verían con agrado que se tirara el muro -bueno son dos muros-. Un aspirante a alcalde de Barcelona prometió tirarlo si ganaba las elecciones. Vecinos intentaron derribarlo pero la noticia llegó a la policía y lo impidió. Serra siempre es polémico, quiere que su obra provoque debates y lo consigue, a fe mía. No es la primera instalación que por orden judicial es desmontada. Pero a mí, Obra maestra me gustó muchísimo y no se me hizo nada pesada, tal vez porque el mundo del arte no me es tan lejano. Saludos.

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    1. Pues a mí, aparte de la denuncia de la incuria de los administradores públicos, del mundo mercantil que subyace bajo el arte, de las variadas reflexiones sobre la concepción del arte escultórico y tal... me aburrió bastante en ocasiones. Ya te digo: un magnífico trabajo periodístico, pero poco más. ¿Bien escrita? Sin duda alguna. Pero no me ha emocionado, no me ha conmovido y apenas (sólo en una o dos ocasiones) me ha divertido.

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  2. Una amiga mía, que por cierto también fue profesora de Lengua, lo está leyendo y coincide contigo en que le está resultando pesada y tediosa. Esta no pasa a engrosar mi lista de pendientes. No basta con que un libro esté bien escrito. Si no consigue enganchar, interesar, entretener no me sirve. Siempre digo que lo que menos (puede que lo único) que no le perdono a un libro o película es que me aburra.
    Un beso.

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    1. Las novelas son historias que se cuentan. Si la historia es escasa o incluso no hay historia el concepto de novela se diluye en un vacío al que sólo salvará la técnica. Pero a la altura de mis años no me valen sólo los procedimientos constructivos, quiero emocionarme o interesarme por una Historia (pongo la mayúscula intencionadamente). Y aquí no hay historia alguna, sólo una anécdota que el autor investiga cual un avezado periodista; y sí, lo hace muy bien, él como el autor de la escultura desaparecida quiere construir así una obra maestra. Pero a mí no ha llegado a convencerme del todo.
      Un beso

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  3. "Abrumador" y "tedioso" son adjetivos que no me animan con este libro.

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  4. En respuesta a ambos (Rosa y Rubén) os diré que pese a mi opinión las revistas literarias de diciembre la colocaban entre lo más destacado del año. Puede ser que ya no conecte con las nuevas sensibilidades (ja, ja...).
    Un abrazo

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  5. Pues la tenía pendiente del año pasado y me dejas con pocas ganas de leerla. A lo mejor la disfruto más que tu. Un beso

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    1. Pues no me extrañaría, Rocío. Hay lectores que la elogian muchísimo. Pero en esta ocasión a mí me ha dejado algo frio.
      Que la disfrutes, amif¡ga.
      Un beso

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  6. Definitivamente creo que no es para mí... a otra cosa pues.

    Besotes

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  7. Los breves comentarios que había leído sobre este libro eran bastante más halagüeños que el tuyo. Veo que la lectura te ha interesado, pero también que por momentos te ha abrumado tanto dato y trastienda artística que ni siquiera el talento narrativo de Juan Tallón (que sé que lo tiene porque he leído su novela Rewind) te ha salvado de caer en el tedio. No digo que no a repetir en algún momento con este escritor, pero, por ahora, la lectura de este libro no es una de mis prioridades.
    Besos

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    1. Me está sucediendo desde hace ya un tiempo que en la lectura busco mi satisfacción. Esta puede venir por la historia, por las informaciones contenidas en ella, por los procedimientos empleados en su construcción..., pero me han de satisfacer. No quiero sufrir aburrimiento pese a que quien escribe posea talento narrativo.
      Ya lo digo en la reseña: Juan Tallón escribe bien, tiene una idea compositiva interesante, pero el asunto que toca (el mundo del arte engarzado al oficialismo sociopolítico) no me ha emocionado, y tampoco sorprendido. Muchas de sus denuncias son de conocimiento público. Lo más sorprendente, el asunto de que 38 toneladas de escultura se diluyan en el aire, no llega a explicarse de manera muy convincente que digamos. Sólo se saca en claro que aquí todo el mundo miente, todo el mundo ha sacado algo de beneficio, que la corrupción y las corruptelas sobrevuelan y anidan en muchísimas personas, incluidos los propios artistas que sobreviven ideando performances que deben explicar claramente para justificar sus excesos imaginativos. Sí, se cuestiona el mundo y el concepto del arte en la actualidad..., pero a mí no me ha emocionado. Lo siento.
      Un beso, Lorena

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