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13 may 2022

Vicente Vallés y su primera novela: "Operación Kazán"

«—Pero vosotros, los soviéticos, aguantaréis. Sois más fuertes que nosotros, porque aquí estamos en primera línea frente a Occidente y podemos caer en cualquier momento. Sin embargo, Rusia siempre se ha mantenido erguida. Venció a Napoleón y venció a Hitler. También venceréis ahora.»

«La Unión Soviética tiene un Ejército imbatible y armas nucleares para enfrentarse a Estados Unidos. Y, además, tenéis el KGB. Estáis en todos los sitios. ¡Vuestros agentes, tus compañeros, están incluso en el Congreso de Washington!»

Premio Primavera de Novela 2022
Creo que con esta novela daré por finalizado mi paseo literario por Rusia. Lo comencé el pasado mes de febrero cuando la Federación de Rusia inició maniobras en los aledaños de Ucrania y los analistas más avezados hablaban de posible invasión aunque pocos lo creímos. Pero la hubo, y la sigue habiendo, y no sabemos si parará aquí o se extenderá a otros países. Desde luego las últimas noticias -Finlandia acaba de solicitar su entrada en la OTAN y Suecia la está preparando- no auguran un final como el que se esperaba. Mi periplo literario por Rusia y lo ruso o/y soviético ha consistido en la lectura de Guerra y paz de Lev Tolstói, Piedra, cuchillo y tijera de Maxim Ósipov, La edad de la piel de Dubravka Ugrešić, para finalizar con la que protagoniza esta reseña: Operación Kazán de Vicente Vallés que se ha alzado hace bien poquito con el Premio Primavera de Novela 2022. [pinchando en los títulos se accede a la reseña de cada uno de estos libros]

Mi primera impresión tras la lectura de esta novela es que no está nada mal. Me ha parecido una historia muy entretenida. Quizás su estilo me ha resultado en ocasiones demasiado periodístico, pero el autor logra momentos de máxima tensión narrativa que me han tenido enganchado a la lectura. Hay thriller, hay suspense, hay cierto humor, hay mucha -quizás demasiada- información que a veces se agradece y otras veces abruma un poquito. Pero en general bien.

Me apetecía mucho leerla por la ubicación en la que se desarrolla la trama: España, Estados Unidos y Rusia, especialmente la Federación de Rusia en la actualidad. Es verdad que, seguramente para evitar problemas, ciertos nombres de mandatarios en ejercicio o muy recientes, tanto de Estados Unidos como de la federación rusa, aparecen cambiados. Así el presidente ruso que busca perpetuarse en el cargo se llama Karlov, pero toda su tipología lleva indefectiblemente al vigente presidente de la Rusia actual; y lo mismo sucede con el de USA, llamado Banks en la ficción, aupado a la jefatura de la nación con la ayuda de las maniobras rusas y que sólo pudo resistir en el cargo un mandato al que llegó en 2016. No necesitamos más datos para saber que tras este nombre ficticio se esconde un muy conocido presidente republicano que no aceptó nada bien su derrota en 2020.

La acción gira en torno a las elecciones presidenciales norteamericanas del año 2024, o sea, que se proyecta hacia un futuro predecible pero no realizado aún. Las intromisiones rusas en USA no quedan ya en el plano de la desinformación y de las fake news sino que avanzan un grado y se inmiscuyen ya en la propia llegada de candidatos a la Casa Blanca. No se puede decir más respecto a esto dado que uno de los alicientes del relato es dilucidar en qué parará esta intromisión: ¿lograrán los rusos -sus servicios de inteligencia, herederos directos como su presidente de la KGB- sus fines u Occidente reaccionará y logrará detener lo que se proponen? Hay que leer la novela para enterarse de esto, naturalmente.

Vicente Vallés se da un paseo por la historia de Rusia, desde la IIª Guerra Mundial hasta nuestros días. La URSS de Stalin idea un procedimiento para dominar desde dentro a los Estados Unidos de América. Curiosamente la idea queda dormida y pasado el tiempo una serie de detalles en apariencia menores despertarán el interés de los servicios de inteligencia de varios países (Rusia, Estados Unidos y España) por lo que en apariencia es un divertimento de tres agentes jubilados: uno ruso (Boris Kovalev), otro suizo (Arnold Breuer) y finalmente un estadounidense (Charles McKenzie). 

Los citados tres viejos genios de los servicios secretos de sus respectivos países contactarán entre ellos en plena elección del candidato demócrata para las próximas elecciones. El nombre de la candidata elegida, Nathalie Brooks, los ha puesto en alerta. ¿Será posible que la viejísima idea contemplada en su día por el viejo zorro de Stalin fallecido en 1953, ahora en 2024 vaya a llevarse a efecto? Una serie de jóvenes espías en Rusia (Maxim Guzlim y Sonja Ivanova), en España (Pablo Perkins y Teresa Fuentes) y en Estados Unidos los ya no tan jóvenes (Beth Kramer -segunda en el organigrama de la CIA- y Matthew Perkins -el padre de Pablo-) se pondrán en acción para intentar abortar el tremendo plan ideado por Stalin conocido por el título que lleva la novela: Operación Kazán.

Vicente Vallés por su profesión de periodista y analista político, además de por propia curiosidad personal, sabe muchísimo sobre los sistemas políticos de los Estados Unidos y el funcionamiento de los Servicios de Inteligencia de la Federación Rusa. Antes de ésta, su primera novela, publicó dos libros dedicados respectivamente a la política en USA y en Rusia: en  el primero, "Trump y la caída del imperio Clinton" (año 2017) expone una serie de motivos por las que en su opinión un histriónico y poco tenido en cuenta por el establishment norteamericano Donald Trump llegó a la presidencia en USA; en el segundo, "El rastro de los rusos muertos" (2019), se centra en la manera de proceder del SVR, versión actual del anterior KGB, en el intento perseguido por Vladimir Putin desde su acceso a la presidencia de Rusia de dominar el mundo.

Personalmente no suelo leer libros de análisis político; me aburren soberanamente entre otros motivos porque suelen tener visiones muy sesgadas sobre aquello que analizan. Prefiero la ficción pues en ella los autores son más libres de decir e incluso de opinar al no estar sujetos al principio de veracidad exigido en la no ficción por las referencias a personas reales. Es por ello que sí que he leído la novela del prestigioso y varias veces galardonado periodista Vicente Vallés. Como ya he dicho, en "Operación Kazán" Vallés esquiva las referencias a individuos reales aunque por poco avisado que se sea bajo los nombres utilizados el lector vea los rostros de Putin (Karlov), de Trump (Banks), de Bill Clinton (Steve Harrison) o de Boris Yeltsin (Yarshin) entre otros varios más. Según que el autor se aleja del tiempo actual se atreve con la realidad y los nombres de Mijail Gorbachov, de Stalin, de Yuri Andropov, e incluso del asesinado no hace tanto Alexander Litvinenko, entre los rusos, aparecen; igualmente ocurre con los nombres de los occidentales Churchill, Clement Attlee y algún otro más, aunque sin duda muchos menos que los rusos dado el contenido de la obra.

¿Qué me ha gustado y qué no en esta novela?
Además del ritmo que logra en algunos momentos de la narración y el suspense consiguiente que ya he señalado, me ha gustado mucho enterarme de cosas que desconocía por completo. Por ejemplo no sabía que Oleg Penkovski fue un espía soviético que «se entregó a la causa occidental. En 1962 advirtió a Estados Unidos de la instalación de misiles soviéticos en Cuba, a solo ciento cincuenta kilómetros de Florida. Aquella información provocó la Crisis de los Misiles. Penkovski fue descubierto, torturado y ejecutado.». Tampoco sabía que en España el antecedente del CESID, predecesor del CNI del que estos días tanto se habla, se llamaba SECED en tiempos del dictador Franco. ¿Tienen interés estos y otros descubrimientos? Bueno, no sé, a mí me han resultado curiosos.

Antena 3, Informativo presentado por Vicente Vallés,
Me han gustado algo menos otras cosas como los frecuentes leísmos en que incurre el escritor; como para muestra vale un botón, aquí van dos ejemplos:  «Terminada la carrera, le enviaron a España» o «tiene a su hijo en Londres y le visita a menudo». Sé que el leísmo referido a persona masculina no se tiene actualmente por incorrección injustificable pero sí que es recomendable evitarlo, especialmente en la lengua escrita. Me doy cuenta de que mostrarme pejiguero con estas cosas  es consecuencia de la pervivencia en mí del profesor de Lengua que fui. En todo caso, un asunto nimio, muy menor y -sí, lo reconozco- muy discutible. También, semejante en nimiedad a mi enojo con el leísmo que acabo de señalar, me ha disgustado un tanto el exceso de información que el novelista da del proceso seguido por los partidos políticos en la selección de candidatos para las elecciones presidenciales americanas. No dudo de que para la comunicación periodística del día a día estas explicaciones pueden tener interés, pero en un relato extenso con un asunto cuyo avance hacia su resolución exige vivacidad o dinamismo estas demoras informativas ralentizan mucho la narración y no, no me agradan. Afortunadamente abundan más en la primera parte que en las dos siguientes, así que según se va leyendo se olvidan y como lector se atiende más a ver cómo discurre la trama y sobre todo cómo acabará el embrollo.

Pero es evidente y así quiero señalarlo aquí que esta primera novela del periodista madrileño contiene elementos muy positivos. Así, sin ser descubrimiento en sentido estricto, me encanta la estructura que Vicente Vallés ha elegido para organizar su historia. Ha dividido la novela en tres grandes partes y dentro de cada una ha ido presentando de manera muy cinematográfica la sucesión lineal de escenas que anteceden por semanas, luego por días, a la fecha de las elecciones en noviembre de 2024, con flash backs necesarios puestos en boca de diversos partícipes en la ficción que sirven para explicar a uno o varios personajes, que estaban en la ignorancia, el motivo antiguo de lo que está sucediendo. Al tiempo estas narraciones dentro de la propia narración se presentan en contrapunto y desde distinta perspectiva según que quien relate sea un norteamericano, un ruso, un espía suizo o los propios agentes españoles del CNI. Este juego de puntos de vista, de ubicaciones geográficas diversas y de saltos temporales a la vez que prosigue inexorable la linealidad 'tic-tac, tic-tac' («Moscú, 6 de octubre, (a 30 días de las elecciones)» o «Phoenix, Arizona, 7 de noviembre (dos días después de las elecciones)») dota a la novela del necesario suspense exigible a un thriller y de la información histórica precisa que acompaña a cualquier narración que mezcla personajes históricos reales con otros inventados. Ante todo esto no cabe más que quitarse el sombrero, ¡chapeau!



Citas textuales que me parecen interesantes.
Además de las dos que encabezan la reseña y que inciden en el mito de la Rusia invencible que se está demostrando falso por el resultado que su operación "especial" sobre Ucrania está teniendo, creo que las siguientes citas textuales son muy aclaratorias y no exclusivamente sobre lo que se dilucida en esta entretenida novela:

  • «la Guerra Fría estaba de vuelta en forma de injerencia en procesos electorales ajenos, de noticias falsas y desinformación, de una nueva carrera armamentística, económica y tecnológica, y de un incremento de las actividades de espionaje.»
  • «Váyase de Rusia cuanto antes. Y si consigue salir de aquí, vaya a Estados Unidos y trate de encontrar allí algo parecido a vida inteligente. Alguien debe parar esta locura. Y ya no queda mucho tiempo para eso.»
  • «En Rusia nada funciona bien: ni la economía ni la sanidad ni el ejército... Pero son unos maestros en el arte del espionaje. Y Karlov es un espía. Aunque ahora sea el presidente, nunca ha dejado de ser un espía.»
  • «a veces, lo patriótico es incumplir una norma para salvar las demás; saltarse una ley para defender el imperio de la ley, para salvar a tus soldados, para salvar la democracia y para salvar a tu país.»

16 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Pues en fin es un final un tanto rocambolesco pero creo que sí puede ser verosímil. No lo vamos a contar aquí para no quitar el suspense de la novela.
      Un saludo

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  2. Ya tenía apuntada la novela por otra reseña que leí hace poco.
    Ese leísmo que dices es, en efecto, muy poca cosa. Yo he visto novelas llenas del otro, el que se refiere a objetos directos femeninos, y también de laísmos. Eso sí que me parece imperdonable.
    Acabo de leer una novela que está protagonizada (y escrita por uno) por agentes del CNI. Está bien que se empiece a hacer literatura de espías ambientada en España.
    Un beso.

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    1. ¿Cuál es el nombre de esa novela que ha leído? Gracias

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    3. jorgebyp, perdona el retraso en responder, pero no miro las respuestas a mis comentarios hasta que no sale la siguiente entrada y comento otra vez. Es una costumbre que igual no es muy acertada.
      La novela es El alma de los espías de Pablo Zarrabeitia, y me ha encantado.

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  3. Vicente Vallés es un periodista que hace años que me gusta, su forma de hacer el informativo de Antena 3 de las nueve de la noche, me gusta y aunque por el Covid al pobre lo he censurado un poco porque psicológicamente no queria oír todo el día Covid y Covid, solo leía los titulares y ya, hace ya algún tiempo que he vuelto a retomar el informativo de Vicente Valles.
    De la novela he oido a hablar de ella y la verdad muchos hablan bien de ella pero después de tu reseña y perdonando los leismos, me haré con ella porque entre otras cosas el thriller que parece se runos de los ingredientes de esta novela me gusta, de modo que tomo nota de este libro y me haré con él.
    Un beso.

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    1. A mí también me gusta mucho el Vicente Vallés periodista. Suelo ver su indormativo y creo que es un periodista muy bien preparado y que analiza las noticias con independencia y buen criterio.
      La novela se lee muy bien; lo de los leísmos es una cuestión muy menor que no invalida para nada el valor de la novela y más cuando el LE como CD de persona masculina está admitido por la RAEL (Real Academia Española de la Lengua). Engancha la historia y el suspense del thriller te hace leer y leer hasta llegar al final. Yo creo que la novela te va a gustar, Tere.
      Un beso

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  4. Conocía al autor como periodista, pero no como escritor, y la verdad es que aún teniendo la certeza que será una buena lectura, no me veo ahora con ella. Tiempo al tiempo.
    Por cierto, los valencianos somos loistas, vaya 😁😉💋

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    1. Te entiendo perfectamente, Yolanda. Pero "tiempo al tiempo" (ja, ja...)
      Jo, pues el leísmo tiene un pase pero el loísmo para nada. No te creo; me da que has querido decir leístas. ¿O no?
      Un beso

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  5. Pese a tus buenas impresiones, esta vez no me termina de tentar. El tema espías no termino de disfrutarlo. Me pierdo bastante con todos estos trejemanejes y al final no me entero de "na".
    Besotes!!!

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    1. Si, Margari, a veces ocurre. Pero el autor yo creo que es consciente del problema y lo soluciona con resúmenes muy bien insertados dentro del propio discurrir de la trama.
      Besos

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  6. De tu periplo soviético, Juan Carlos, este es el libro que menos me ha llamado la atención. Y estoy segura de que es una lectura interesante y que aprendería mucho con ella, como veo que tú has hecho. Pero, eso, que me llama menos.
    Respecto al leísmo, pues, bueno, está admitido en el caso que citas, cierto es. Pero aun siendo correcto su uso supongo que sería de agradecer que se revisaran estas cosas y se apostara por la forma más correcta, que esto es muy contagioso, de hecho está tan extendido que yo a veces lo uso sin darme cuenta. Pero, en fin, si a veces no se revisa ni se corrige lo que no está admitido (porque a mí los laísmos, por ejemplo, sí que me hacen pupa a la vista), pues qué vamos a esperar.
    Besos

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    1. Lo del leísmo es insignificante; ya te digo que es que soy un poco maniático y ha habido algunos que se me han hecho duros a la vista y al inaudible e imaginado oído (je, je...).
      Lo más atractivo del libro es el entretenimiento que produce el thriller en que los espías de unos y otros países se ven inmersos: ¿lograrán estos lo que se proponen y los de enfrente podrán detener el malvado intento? Pues, eso, a leer para ver en qué para todo. Esta es la esencia de esta novela que está desde hace unas pocas semanas en los primeros puestos de libros de ficción más vendidos en España.
      Un beso, Lorena

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  7. Pues me la apunto, así yo también me enteraré de cosas que no sabía (seguro que mucho más que tú porque mi conocimiento de Rusia es mínimo) y trataré de obviar esos leísmos que a mí tampoco me gustan, no sé cómo se pueden tener esos fallos, aunque no sea un error garrafal es una muestra de poca finura en el escribir.
    Un beso.

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  8. Pues creo que te va a gustar, Paloma. Ya me dirás. De lo que más información da es del procedimiento para elegir candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, aunque dice cosas sobre la Rusia de Putin muy curiosas como son los asesinatos, o intentos de asesinato, sufridos por sus opositores.
    Se lee bien, eso sin duda.
    Besos

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