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5 mar 2022

Juan Mayorga y Alfredo Sanzol. "El Golem"

Vicky Luengo, Juan Mayorga, Alfredo Sanzol

Felicia
(Vicky Luengo) toma una cerveza sin alcohol en la cafetería de un hospital en un tiempo indeterminado. Salinas (Elena González) se acerca a su mesa y hace  ver a Felicia que sabe todo sobre ella. Salinas es un ser extraño, tiene aires de funcionaria fría, sin escrúpulos, carente de emociones. Sabe que Felicia es la esposa de Ismael (Elías González) internado en el Hospital al que pertenece la cafetería donde ambas se encuentran. Ismael padece una extraña enfermedad sin nombre pero ha tenido suerte: dentro de la política restrictiva que está siendo llevada a cabo por las autoridades del país su dolencia va a seguir siendo tratada por la Sanidad Pública. Por megafonía se escucha que los pacientes deberán de abandonar el Hospital habida cuenta de que el Gobierno ha restringido los fondos dedicados a la sanidad. Estamos en un tiempo y lugar indeterminados, ucrónicos, pero en mi cabeza se abre paso la política de austeridad que el gobierno anterior al actual impuso en todos los frentes públicos y muy especialmente en el sanitario.

Ismael va a poder quedarse en el Hospital a cambio de que Felicia se preste a un experimento clínico. Consiste el mismo en la memorización diaria y en orden de unas cuantas palabras de un texto que no se sabe quien escribió; deberá hacer suyo ese texto, incorporarlo a sí misma. Es algo muy sencillo y ella quiere mucho a Ismael; por él sería capaz de hacer cualquier cosa y ésta no le va a representar esfuerzo alguno. Además así podrá dejar de pernoctar en el coche y podrá dormir en una cama del hospital donde se aseará y se alimentará. Todos los días acude a la 'sala de las palabras' donde junto a Salinas, que se dice traductora, lingüista y conocedora de un sinfín de lenguas, va trabajando ese texto que debe memorizar. Felicia se va dando cuenta de que algo dentro de ella está cambiando, que se siente como invadida por otro ser, por otra identidad, que está dejando de ser ella. El poder inmenso de las palabras se le va imponiendo. Un relato ajeno se va haciendo no sólo con su mente y personalidad, también su cuerpo se va transformando progresiva e imperceptiblemente hasta llegar a ser en cierto modo irreconocible por los otros. La alienación total se ha completado en ella. La manipulación a través de las palabras, de los relatos ajenos se le ha impuesto.

En resumen de esto va la obra. Una representación de sólo tres personajes y tres actores. Vicky Luengo se mete en el papel de Felicia  y saca adelante un difícil personaje. Las ensoñaciones, los cambios corporales, la pérdida de la identidad..., todo lo transmite magníficamente la actriz mallorquina que se luce y es la principal sostenedora de la representación. Elena González (Salinas) aparece vestida con traje de chaqueta aparentando ser convincentemente una funcionaria distante. Efectivamente, recuerda -lo he leído por ahí y no puedo estar más de acuerdo- a los funcionarios de la institución de la obra de Buero Vallejo "La Fundación" en la que una serie de personas se encuentran encerrados y privados de libertad sin ellos saberlo o ser conscientes de su situación. Y luego está Elías González (Ismael) quien gracias al amor de su esposa va a verse libre de la enfermedad aunque también su propia identidad  se va a transformar. Él también va a ser, ya lo es e incluso lo era ya antes, un hombre totalmente alienado, un hombre que asume un relato que no era el suyo pero que sin él ser muy consciente se le ha impuesto hasta su completa asunción.

Teatro María Guerrero, CDN, Madrid
La verdad es que Juan Mayorga, el autor de la obra, ha filosofado no poco en ella y ha querido hacer ver que las palabras tienen una fuerza tremenda que puede llegar a ser destructiva de uno mismo; que pueden provocar guerras; que crean relatos que se pretenden imponer y que incluso, una vez realizados, quienes los recibimos adoptamos como ciertos e inamovibles. Juan Mayorga lanza un aviso a la sociedad, al individuo, para que no se fíe, para que siempre estemos ojo avizor, para que seamos críticos, muy críticos con cuanto llegue hasta nosotros en forma de inocentes palabras. ¡¡Cuidado!!

Pero, ¿por qué ese título: El Golem? En mi opinión aquí radica la principal falla de esta obra. A lo largo de las dos horas de representación sólo hay, hacia la mitad de la misma, una breve explicación por parte de Salinas de qué sea un 'golem'. Salvo esto en ningún otro momento se vuelve sobre ello. Ha sido al salir del teatro -la verdad es que en mi caso ya lo había consultado con antelación- cuando he atado cabos tras lo contemplado y he buscado en mi cabeza un principio de racionalidad, de verosimilitud, de orden plausible. El Golem es un mito hebraico medieval que viene a ser como una versión judía del mito de Adán. La versión del mito más conocida es la que cuenta que el rabino praguense Judah Loew en el siglo XVI ante los ataques antisemitas sufridos por su comunidad creó un gólem (ser animado creado a partir de materia inanimada: barro, arcilla o similar) gigantesco al que insufló vida inoculándole instrucciones que este ejecutaría, al carecer de inteligencia propia, de modo mecánico y sistemático. Antes de la de este rabino, durante la Edad Media, hubo otras leyendas que tratan de este mito, el cual ya aparece en la misma Biblia referido a una sustancia embrionaria o incompleta. Según una de estas leyendas medievales la principal incapacidad del gólem es la de no poder hablar. Para hacerlo funcionar había que introducirle un papel con la orden por la boca u otro orificio.

Todo lo que he intentado explicar en el párrafo anterior no aparece debidamente comunicado en la obra teatral. Para que la misma no quede reducida a una pura palabrería casi sin sentido habría sido preciso, en mi opinión, hacer relevantes estas ideas. Al no hacerlo la obra exige para su debida comprensión un espectador enterado que sepa ver bajo los diálogos que los tres personajes se cruzan las bases del mito en el que se apoyan. Juan Mayorga ha obviado esto y lo ha sustituido por la presencia de fondo de una sociedad autoritaria y opresiva que está suspendiendo los derechos del ciudadano. Para que estos ciudadanos no sean conscientes y acepten esta opresión es preciso alienarlos, inocularles un relato distinto al que ellos sostenían antes y que les hacía estar disconformes con lo que se les venía encima. Pero si esto es así,  -y yo creo firmemente que esta es la intención del escritor-, ¿qué necesidad había de recurrir a este mito hebreo tan distante de nuestra cultura cristiana?

Quizás me haya faltado para disfrutar en toda su dimensión de "El Golem" haber asistido, previamente a ésta, a la representación, -al menos haberlas leído habría sido conveniente-, de  las otras dos obras creadas por el académico de la lengua dedicadas al poder de la palabra: "La lengua en pedazos" y "Silencio". La primera recibió numerosos premios y se centra en la figura de Santa Teresa de Jesús; la segunda ha pasado recientemente por los escenarios -no sé si aún sigue en ellos- puesta en boca de la magnífica actriz Blanca Portillo y que, por lo que sé, parte de la reflexión que el propio autor realizó sobre la importancia de la palabra en su discurso de ingreso a la Real Academia de la Lengua. Estoy seguro de que habiendo visto o leído esas dos obras mi intelección y disfrute de ésta habría sido mayor. En este blog hace ya unos años dejé constancia del inmenso placer que tuve viendo la representación de una obra de Juan Mayorga titulada "El mago" [leer reseña aquí]. En ella como en tantas otras del autor madrileño se escenifica un deseo íntimo del ser humano que nos hace seguir tirando hacia adelante: «Todo es mentira, pero queremos pensar que está lleno de verdad» (Juan Mayorga, noviembre de 2018)

La dirección de la obra corresponde a Alfredo Sanzol, director y dramaturgo que admiro y del que he disfrutado un buen número de representaciones dirigidas por él como En la luna (2011), La dama boba (2017), La ternura (2017) o Macbeth (2020) y alguna otra que ahora mismo se escapa de mi recuerdo. Es un director -en alguna como La ternura, también dramaturgo- que me encanta. Creo que su dirección de actores siempre es magnífica, y en ésta también, naturalmente. Para la escenografía ha ideado una serie de grandes paneles en ángulo recto que sistemáticamente (al menos en 8 ó 10 ocasiones) son desplazados por la escena configurando diversos espacios rectangulares que simulan las dependencias de un hospital, residencia o institución cerrada creando un ambiente ciertamente opresivo. Quizás como 'pero' diría que me pareció ver un cierto abuso en estos desplazamientos y movimientos escénicos que ejecutan cuatro personas (Andrés Bernal, Cecilia Galán, Leonora Lax y Kevin de la Rosa) quienes con pleno derecho al final de la obra saludan junto a los tres actores. 


Nota:
"El Golem" se representa en el Teatro María Guerrero del Centro Dramático Nacional en Madrid hasta el próximo 17 de abril de este año 2022. 

16 comentarios:

  1. Hola Juan carlos, interesante el concepto y muy apropiado en estos días donde la televisión nos bombardea con información y si no somos serios, nos creemos absolutamente todo, sin cuestionar ni reflexionar, para conveniencia de otros.

    Al igual que tú me parece que el nombre le da un aire de otra cosa, de mito o de lejanía. De seguro habrían otros nombres que encaminaran el pensamiento del espectador con lo que estaban viendo: autómata, robotizado ajajaj qué se yo, cualquier cosa que sonara más a ciencia ficción o, para filosofar, tu propia comparación: el siguiente Adán. Aunque en mi opinión muy personal, no me creo que éste fuese un mito. Pero bueno... te lo dice alguien que seguramente habría salido del teatro diciendo que no entendió la obra.

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    1. Ja,ja,ja..., amiga mía, no creas que yo salí entendiéndola en todos sus extremos. La verdad es que me ha hecho pensar y, bueno, eso siempre es bueno, ¿no te parece?
      Lo que sí queda clara es la advertencia sobre la alienación y la manipulación que sobre cualquiera se realiza a través del lenguaje, con las palabras.
      Un saludo

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  2. El poder de la palabra escrita y de la hablada. Solo hace falta percatarse de todas las informaciones que corren raudas por la red, la televisión, las tertulias.
    Nos bombardean continuamente con la palabra; también con la imagen. Cambian nuestra percepción de la realidad, nos transforma en personas de pensamientos contrarios. nos tergiversan la opinión y el pensamientos. Anulan poco a poco la libertad de criterio.
    Como fondo me parece buena temática; lo del Golem, creo que el autor ha comparado a ese ser mítico con un humano carente de voluntad propia, manipulado por esos medios que nos lobotomizan continuamente.
    También me viene a la memoria esa canción titulada "The Wall" de los Pink Floyd.
    Un abrazo. Juan Carlos.

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    1. La manipulación, la alienación, el engaño a través de las palabras es lo que transmite esta obra que vi con gusto mediano (ja, ja...) el pasado miércoles.
      Un abrazo, Javier

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  3. Me gusta mucho Vicky Luengo. Recientemente la he visto en Chavalas y creo que hace un gran papel. Es muy fresca y natural.
    Respecto a esta obra, ha encontrado muchas otras, tanto en cine como en literatura o teatro, en las que uno no se explica a qué viene el título. Imagino que pueden ser también asociaciones que hace el autor sin mayor relevancia. Nunca le suelo dar importancia a eso de los títulos, aunque sé que a veces se usan como reclamo publicitario.
    Soy una enamorada de La Fundación de Buero Vallejo desde que la leí, allá por mis catorce o quince años que fue cuando me leí casi toda la obra del autor. Por lo que leía de esta obra en tu reseña, sí que la recuerda.
    Un beso.

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    1. A mí también Vicky Luengo me encanta. Además de en ésta la he visto hace bien poco en la de "Principiantes", la representación basada en algunos de los relatos contenidos en "¿De qué hablamos cuándo hablamaos de amor?", colección de Raymond Carver que tú hace nada acabas de reseñar en tu blog. Luego la he visto en varias series televisivas y me encantó en "Chavalas". ¡Y sólo tiene 32 años, la niña!
      El título tiene ese sentido de que al sufrir la alienación nos convertimos en algo parecido a un autómata que habla por boca de otro que nos ha colonizado. Creo que esa es la razón del título, algo que en mi opinión no queda en la obra suficientemente explicitado.
      Un beso grande

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  4. ¡Qué bien que nos traigas teatro! Siempre me propongo ir más al teatro. Obras que te hacen pensar. Estupendo. Sales del teatro distinto a como has entrado, quizás como una de las protagonistas de esta obra, aunque por distintos motivos. Siempre me ha fascinado la importancia que tiene el lenguaje en lo que somos. Espero tener ocasión de verla en directo. Un abrazo.

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    1. Para mí el teatro es de las manifestaciones artísticas la que más me llega. Es cierto lo que dices de que muchas veces sales transformado de ellas. Te hacen pensar, te divierten, te ilustran, te enseñan... El teatro es fantástico.
      Esta obra me parece una función exigente para el espectador, no es una obra sencilla ni fácil. pero tiene un interés evidente, Ana.
      Un abrazo

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  5. Soy una gran amante del teatro, el día que me bajé de un escenario sabiendo que no volvería a subir (falta de entrega y sacrificio, puede que también de talento) fue también el día que supe que no podría vivir lejos de él. No puedo viajar tanto a Madrid como antes, a ver teatro o musicales, pero no me pierdo casi ninguna representación en mi ciudad. Si se representa aquí, por supuesto que la veré.

    Gran reseña.
    Besos.

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    1. Y harás bien, Yolanda, en ir a verla cuando pase por tu ciudad. Vicky Luengo está muy bien en su personaje.
      Sabía que el teatro te gustaba porque escribes sobre las funciones teatrales que ves en tu localidad. Lo que no sabía es que habías hecho tus pinitos en escena. ¡Qué pena que no siguieras actuando, ¿no?!

      Un beso grande

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  6. Desde luego un mensaje muy importante el que lanza en esta novela en esta época en que tenemos sobreexceso de información por todos lados y nos solemos creer todo lo que leemos o escuchamos, aunque a veces sean informaciones contradictorias. Pero es tanta la información que recibimos que ya no paramos ni a analizar. Me dejas con ganas de verla. Aunque no sé si llegaré a enterarme de todo, que me da la impresión de que es una obra difícil. A ver si vienen por aquí.
    Besotes!!!

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    1. Curiosamente hoy o ayer en el suplemento Babelia de El País hay una crítica sobre ella. Si tienes posibilidad de leerla, te recomiendo que la leas para hacerte una mejor idea de la dificultad de la misma. Yo no he querido ser duro con ella, aunque algún 'pero' he puesto, pero corroborando a Babelia diré que también hubo algún espectador que fue incapaz de aguantar las dos horas que dura la función y abandonó el Teatro antes de que acabase la obra.
      Pero se puede ver, que conste. Así que, Margari, si pasa por tu ciudad no dejes de verla y comentamos.
      Besazos

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  7. Muchas gracias amigo Juan Carlos por reseñar Teatro y hacerlo de manera tan natural y comprensible para tus lectores. El teatro es la base para cualquier interprete y no sabes cuanto me alegro de la gran progresión que está experimentando Vicky Luengo en esos últimos dos años. Si consigue otro papel en el cine -ya en Chavalas estaba magnífica- o una serie de gran popularidad tenemos actriz para los próximos 20 o 30 años.

    Fíjate que llevo años yendo a los Cines Golem y nunca me había preguntado su significado ja, ja, ja. Ya tengo tareas para repasar los nombres de las salas de los cines ;). Y sí, pienso que hay determinados títulos que requieren una explicación en escena pues el público no tiene porque conocer los significantes y adonde quiere llegar el autor.

    Una propuesta muy atractiva en modo ucrónico y que porque no me encantaría ver en directo en un teatro al que le tengo especial cariño.

    Un gran abrazo.

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    1. Sí que tienes razón en lo que dices y deseas para Vicky Luengo, una chica joven que está demostrando ser una magnífica actriz. Curiosamente -lo digo en la reseña- la he visto en otra obra y en una o dos películas más. Siempre me ha gustado. Pero en "El Gólem" es el sostén de la función, si ella fallase el espectáculo -algo árido y profundo- se caería estrepitosamente. Desde luego demuestra ser atrevida al lanzarse a este trapecio sin red. ¡Y sale airosa!
      Creo que si te lanzas a verla tendrás una experiencia interesante.
      Un abrazo, Miguel

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  8. Teatroooooooooooooo. Me encanta. Mira que se habla poco de teatro, así en general. No concibo un año sin ir a un par de obras. Cuando se apagan las luces es como si entrara en otro mucho. Curiosísimo lo que cuentas sobre Golem. He aprendido un montón. Besos

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    1. El teatro es literatura además de espectáculo. Antes de ir a las tablas aparece en forma de texto, escrito, y eso es literatura. Por eso yo lo incluyo en el blog. A mí -y veo que también a ti- me encanta acudir a representaciones. Creo que el teatro es donde se ve el buen hacer de actores y actrices. En esta obra desde luego Vicky Luengo se revela como una magnífica intérprete.

      Un beso

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