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11 ene 2022

Últimos días en Berlín. Paloma Sánchez-Garnica

«—Estos malditos sistemas, me da igual el nacionalsocialismo que el comunismo bolchevique...
—No compares, no tiene nada que ver.
—El fundamento es el mismo, Axel; uno y otro se sustentan en el terror para mantenerse en el poder, cada uno a su manera, pero con el mismo resultado, cientos de miles de víctimas inocentes que hemos tenido la desgracia de vivir en un lugar y una época despiadados.
»

Mi primera lectura de 2022 ha sido "Últimos días en Berlín" de Paloma Sánchez-Garnica, novela finalista del Premio Planeta 2021 que en esta edición se llevó "La bestia" de Carmen Mola. No son los Premios Planeta novelas que me atraigan en exceso aunque hubo algunas, leídas en su momento, que me gustaron mucho. Recuerdo ahora con mucho agrado, pese a la ya enorme distancia temporal, la lectura de algunas como En el día de hoy de Jesús Torbado (1976), Autobiografía de Federico Sánchez de Jorge Semprún (1977), La muchacha de las bragas de oro de Juan Marsé (1978),  Los mares del Sur de  ManuelVázquez Montalbán (1979), No digas que fue un sueño de Terenci Moix (1986), El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina (1991),  Riña de gatos. Madrid 1936 de Eduardo Mendoza (2010), La marca del meridiano de Lorenzo Silva (2012), así como la de otras no ganadoras como sí lo fueron todas las citadas. Desde luego con mucha frecuencia Planeta ha otorgado el Premio guiado por el relumbrón del nombre del autor más que por la calidad de la novela galardonada. Y creo que esta manera de actuar fue haciéndose norma según pasaban los años. 

nazismo, comunismo, primer franquismo
Es por lo comentado arriba que me fui apartando de este Premio. Sin embargo este año, quizás por la polémica suscitada al desvelarse la identidad del trío masculino que se ocultaba tras el exitoso seudónimo de Carmen Mola, me he sentido atraído por estas dos novelas. ¿Cuál leer? Como ya conocía la escritura de Carmen Mola por La novia gitana, novela que me gustó pero no me arrastró a proseguir con las otras de la serie, decidí leer la novela finalista. El nombre de la autora me era conocido, pero no así su obra de creación. ¿Cómo escribiría esta mujer que a tantos gustaba? 

De Paloma Sánchez-Garnica, madrileña de 59 años, dedicada de lleno a la escritura tras unos años de trabajo como abogada, nada había leído aunque sí reseñas de algunas de sus obras narrativas que desde que se dio a conocer en 2006 con El gran arcano publica. Su nombre se me hizo muy familiar a partir de 2016 cuando con Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido ganó el Premio de novela Fernando Lara; tras ella vino La sospecha de Sofía en 2019 y ahora en 2021 Últimos días en Berlín. Si tantos hablaban bien de estos libros sería porque la autora sin duda lo merecía. Con esta novela he comprobado que sí, que Paloma Sánchez-Garnica escribe con oficio, con sabiduría, con soltura, con claridad; que es una escritora que sabe modular el ritmo de la historia que ofrece, conduciendo con delicadeza pero con autoridad literaria al lector, introduciendo cuando procede giros precisos en la trama para que el interés no decaiga en ningún momento.

Sinopsis (ofrecida por la propia editorial Planeta)
Cuando Yuri Santacruz asistió al nombramiento como canciller de Adolf Hitler, no podía imaginar lo mucho que cambiaría su vida en Berlín. Había llegado allí unos meses atrás, después de haber huido, junto con parte de su familia, de San Petersburgo, asfixiados por una revolución que los había dejado sin nada. A Yuri también lo privó de su madre y su hermano pequeño, a quienes las autoridades rusas no permitieron la salida del país.
Ya en Berlín, su sentido de la justicia lo impulsará a defender a un joven comunista agredido por las tropas de asalto de Hitler. Ese día, además, conocerá a su gran amor, Claudia. Su vida dará un giro inesperado, y la que hasta entonces había sido su máxima prioridad, buscar a su madre y a su hermano, será sustituida por otra más urgente en esos tiempos convulsos: seguir con vida.

La novela me ha parecido adictiva, sencilla de leer, ordenada, algo extensa, con ritmo adecuado, algo predecible en ocasiones y con pocas informaciones desconocidas. Es claramente una novela cuyo destinatario es el gran público. Su finalidad es entretener, lo que consigue plenamente. A mí me ha tenido totalmente abducido la muy atractiva historia de amor entre Yuri-Claudia-Krista que la novelista sabe graduar debidamente introduciendo altibajos en la atracción y rechazo que existe entre los tres miembros de este triángulo amoroso. La ideología política (el nazismo de una, la aversión al mismo de otra y el odio al comunismo que sin variación alguna tiene el elemento masculino) influye mucho en estos acercamientos y alejamientos si bien queda claro en este relato que el amor es una fuerza imparable que se lleva por delante planteamientos ideológicos por muy asentados que éstos parezcan estar en uno.

Por lo anterior es evidente que la novela transita por la tendencia romántica haciendo uso de elementos propios de esta novelística: el melodramatismo, la entrega amorosa, el erotismo, las dificultades para llevar a buen término la relación entre los enamorados, la separación, el posible olvido, el reencuentro inesperado, etc., etc. 

Siendo quizás el elemento amoroso el motivo principal que moviliza a los tres protagonistas es evidente que el contexto en el que éste se produce, los convulsos años 30 y 40 del siglo XX en que Europa se descuartizó a sí misma, ocupa un lugar preeminente en la novela. Vista desde este flanco Últimos días en Berlín es una narración que sin serlo plenamente entra de lleno en la tendencia de la novela histórica. Efectivamente vemos desfilar por el relato no sólo a seres anónimos y de ficción sometidos a las decisiones disparatadas de dirigentes como Hitler o Stalin sino que también alguno de estos seres históricos como Beria, dirigente comunista y de Estado de la Unión Soviética, mariscal y jefe de la policía y del servicio secreto desde 1938 hasta 1953, aparece no sólo citado sino como personaje en la novela interactuando con Yuri, el protagonista masculino cuyas peripecias sostienen toda la narración. También del lado alemán cabría decir algo parecido del ministro de propaganda Goebbels quien interactúa con algunos de los personajes de ficción alemanes (Claudia, enamorada de Yuri; el marido de ésta, Ulrich von Schönberg; el pretendiente de Krista, Franz Kahler; etc.). También aparecen citados sólo por su nombre sin interactuar directamente con los personajes de ficción del relato seres reales españoles como los embajadores en Berlín que durante la IIª República y luego en el Franquismo España tuvo en dicha legación (Francisco Agramonte que fue el último de la República o Antonio Magaz, primero de la dictadura franquista). La marcha de la guerra en España, la evolución del nazismo en el interior de Alemania, la caída de la Rusia zarista y las purgas del estalinismo en el interior de la URSS, el desarrollo de la Guerra europea y su final enmarcan el relato amoroso.

La novela se estructura en unos diez u once extensos capítulos que tienen un desarrollo lineal. Tras un inicio en que nos encontramos en el Berlín de 1933, que conoció la entrada en el Reichstag del partido nazi con Hitler como canciller hasta el final de la Guerra Mundial desatada por este mismo dirigente alemán,  hay una vuelta atrás al poco de iniciada la narración para ponernos en antecedentes de la procedencia familiar de Yuri Mijáilovich Santacruz Filatov, protagonista principal del relato. Este flashback nos lleva durante unas cincuenta páginas al Petrogrado de 1921 cuando la familia de Miguel Santacruz, casado con Veronika Olégovna Filatova, se ve obligada a salir precipitadamente de Rusia y marchar a Madrid desde donde doce años más tarde el padre logrará colocar a su hijo Yuri en la embajada española en Berlín. El conocimiento del idioma ruso será el motivo por el que Erich Villanueva, amigo de Miguel Santacruz y funcionario en la legación de la República española en Berlín, abogará ante el embajador por que Yuri entre a trabajar en ella. 

Toda la historia la cuenta un narrador externo en tercera persona que conoce todos los extremos de la historia; es un narrador omnisciente que enlaza con la tradición de la novela realista española. Este narrador presenta a los personajes calificándolos a través de un simple adjetivo. Sabemos del personaje antes incluso de verle actuar («los padres de Claudia, Herbert y Erika Kahler —mediocre cardiólogo él, y ambiciosa clasista ella—»). El narrador emplea con sobreabundancia los calificativos («La asistenta recompuso muy ufana el almidonado y blanquísimo delantal, cruzó los brazos bajo su orondo pecho y habló con burda jactancia.»). También en las descripciones que hace de los personajes se muestra como un narrador claramente de corte tradicional
«Ritter era menudo, casi calvo, tenía la mirada de un cuervo detrás de los cristales de unas gafas de pasta oscuras que engrandecían artificialmente sus ojos pequeños y muy grises; blanco de piel, era tan delgado que el nudo de la corbata parecía holgarse alrededor de su cuello.»
Leyendo descripciones como la anterior la mejor literatura clásica española se nos muestra en todo su esplendor. Es evidente que Paloma Sánchez-Garnica ha leído mucho y bien, y eso se nota. Pienso que una de las razones de su enorme aceptación entre los lectores se debe a este bien saber hacer suyo los procedimientos y recursos de la tradición realista española.

En una extensa historia como es Últimos días en Berlín que los personajes estén bien configurados y delineados es fundamental para que las casi 600 páginas de extensión del relato no se vengan abajo como un castillo de naipes. Sí, están muy bien construidos, tienen personalidad propia, individualidad reconocible. Esto no quita para que de vez en cuando el carácter y/o comportamiento de algunos de ellos -sobre todo los muy secundarios- me haya parecido verlos encauzados por el camino del tópico popular («El padre de Verónika, Oleg Borísovich, simpatizaba con las ideas del partido liberal ruso, [...] La madre, Olga Ivánovna, era una mujer inteligente, amante de la música y de los libros, dedicada en cuerpo y alma al cuidado y educación de la joven Verónika»). O sea, eran dos personas política y culturalmente de las consideradas pertenecientes al grupo de los 'buenos'. Sí, hay cierto maniqueísmo en el relato. 

La novela llega a emocionar en muchos  momentos; la autora busca premeditadamente provocar esta respuesta emocional en el lector. Es algo que hace que para mí la novela pertenezca más al grupo de novelas de tipo sentimental que se recrean un tanto en el melodramatismo derivado de ciertas situaciones como las despedidas de personas que se aman, los encuentros o reencuentros de amantes, que al de las novelas propiamente históricas. Pertenece sin duda alguna a ambos tipos pero la carga sentimental predomina sobre la propiamente histórica. Quizás esta sensación se derive de que desde este punto de vista las informaciones que Paloma Sánchez-Garnica proporciona en su relato sean escasas o ya muy sabidas: la crueldad practicada en los campos de concentración nazis, las matanzas ejecutadas por los soviéticos atribuidas por ellos a los nazis, la persecución inmisericorde por los nazis de la población judía, el sufrimiento de las mujeres siempre perdedoras en las guerras sufriendo en sus propias carnes en forma de violaciones los excesos y 'alegrías' de los vencedores, las torturas practicadas por los servicios policiales de unos y de otros, la delación por envidia, etc., etc.

Novelas best sellers españolas, Novela sentimental, nazismo
Por último referido al aspecto propiamente historicista decir que la autora se ha esforzado por incluir en su novela los nombres de los personajes fundamentales de la historia europea del siglo pasado. Así junto a los nombres de Hilter, Lenin o Stalin aparecen los de lugartenientes como Goebbels, Himmler o Beria. Incluso del lado español y ya hacia el final de la novela hay un momento en que se cita al embajador español en Budapest, Angel Sanz Briz, que tanto hizo para salvar a cientos de judíos sefarditas de las cámaras de gas nazis.  

Cualquier novela histórica o de sesgo historicista como la presente al ser leída desde nuestro aquí y ahora no puede por menos que ser interpretada también desde el presente del lector. Es lo que me ha sucedido a mí en algunos momentos. Quizás esto sea de lo que más me ha satisfecho de este relato que como digo he disfrutado mucho. Me refiero a esos epígrafes o citas al inicio de capítulos y momentos secuenciales importantes de la novela. Son citas tomadas de obras de autores importantes como Stefan Zweig y su El mundo de ayer. Memorias de un europeo, Máximo Gorki, Alexandr Solzhenitsyn y su Archipiélago Gulag,  Edmund Burke..., y fundamentalmente de los Principios de propaganda de Goebbels. Especialmente, al leer varios de estos principios formulados por este politico genocida, se me ponían los pelos de punta al observar cuán poco en su literalidad que no -espero- en su ejecución práctica han cambiado de esos aciagos años 30 y 40 del siglo XX a nuestros últimos 20 ó 25 años. Pondré algunos ejemplos de los tomados para su novela por Paloma Sánchez-Garnica:
  • «Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan (Principio de la transposición
  • «Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines (Principio de la silenciación
  • «Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. (Principio de renovación
  • «Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar (Principio de la vulgarización)»

Desconocía la formulación por parte de Joseph Goebbels de estos principios de propaganda. Lo que me desazona y me hace perder la confianza en los dirigentes de todo tipo y laya es la perpetuación sin disimulo alguno de los mismos en nuestros días. 


Para finalizar
Sin que quepa ver en ello menosprecio alguno creo que Últimos días en Berlín es un best-seller. Creo que contiene todos los elementos propios de una novela de ese tipo, los cuales en cierto modo ya he dejado expresos a lo largo de esta reseña. Decir best seller no equivale a mala literatura, para nada. Hay best sellers malos y los hay muy buenos. El de Paloma Sánchez-Garnica pertenece al de los buenos aunque a fuer de ser honesto tampoco diré que es un libro excelente. Pero sí quiero que conste que he disfrutado mucho leyéndolo, a pesar de que no considere que sea una novela novedosa. No, no lo es. Como ya he dejado dicho es una novela destinada a vender, a gustar a un gran número de lectores. Por esto quizás sea una novela proteica pues es difícil ubicarla dentro de una tendencia narrativa concreta dado que toca muchos palos: el amor (triángulo amoroso clásico), la historia (la guerra mundial en Alemania y Rusia vista por un español republicano que trabaja en la embajada de España en Berlín cuando el ascenso de Hitler al poder), el horror (las barbaridades nazis y comunistas en la represión diaria y luego en los campos de exterminio nazis o los gulags soviéticos), la mujer (siempre en desventaja frente a las brutalidades de los hombres) pero siempre entregada a él por amor sincero, el erotismo que en ocasiones impregna el relato, etc.

A mí particularmente me ha satisfecho mucho su lectura. Creo que ha sido un buen inicio de año lector. ¿Lectura recomendable? Pues sí, naturalmente.

30 comentarios:

  1. Hoy paso de puntillas, amigo, estoy en plena lectura de la novela.

    Besos 💋💋💋

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  2. Ufff. Tenía mis dudas. En parte por lo que dices de los premios Planeta y en parte porque intuyo de la autora lo que vienes a confirmar: una historia muy entretenida, bien escrita, pero oportunista y poco original. Aprovechando el furor por esa época histórica, el romance sentimental siempre en boga y sin aportar nada novedoso ni original.
    La tengo apuntada, pero con dudas y tu reseña, muy buena y completa, no las despeja, sino que las reafirma. Ya te contaré.
    Un beso.

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    1. Ja, ja, ja..., Rosa, me encanta no haberte despejado las dudas. Yo creo que te va a gustar, a entretener, pero no es algo sublime, aunque sí muy digno y entretenido.
      Besos

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  3. Alicientes para ir a por esta novela, no le veo, pero si tropiezo con ella, seguro qeu cae, que se ve entretenido y que se lee ligero.
    Besotes!!!

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  4. No sé si me animaré. No la veo para mí.
    Besos.

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  5. Tengo pendiente estrenarme con la autora, veré con cuál empiezo, porque sus novelas en general me llaman la atención... aparte, la de esta es una temática que me encanta =)

    Besotes

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    1. Yo es la primera que leo de ella y sí me ha gustado aunque no me haya parecido de mareo. Se lee con mucho agrado.
      Un beso

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. ¡Hola Juan Carlos!
    Yo tampoco soy de leer los Premios Planeta, aunque alguno sí cae (de los que nombras del pasado, leí No digas que fue un sueño de Terenci Moix, obra que me descubrió al autor especializado en Egipto, al que luego leí muchas más veces y que me fascinaba). Movida por la curiosidad también leí hace poco La bestia y también porque a diferencia de ti, yo sí disfruté mucho con la trilogía al completo, me pareció brutal. Pero La bestia ya no me convenció igual, aunque la obra no está mal, quizás mis expectativas altas...
    Yo tampoco he leído a Paloma Sánchez-Garnica, tenía en la cabeza lo que después comentas, que sus novelas son de esas dedicadas al gran público, romanticonas, tipo best-seller (sin menospreciar tampoco), adictivas, eso sí, pero a mi, que, últimamente me cuesta engancharme, creo que me aburriría o abandonaría.
    Perooooo, es una autora que yo recomiendo mucho en la biblioteca a aquellos usuarios que me piden histórica-novelada que enganchen y la verdad es que gustan mucho, no fallan.
    A pesar de que dices haberla disfrutado mucho, si te soy sincera, no creo que de momento me anime con la autora, aunque me ha encantado conocer tu opinión tan detallada sobre esta novela
    ¡Besos mil!

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    1. Hola, Marian:
      Pienso que quizás a mí "La bestia" me vaya a gustar más que a ti porque yo al no haber leído la trilogía de La novia gitana al completo aún puedo comer más Carmen Mola sin sentirme empachado (ja, ja...).
      Lo de los Premios Planeta desde hace ya bastantes años es de denuncia. Se dice -no sé si será verdad, pero me lo creo- que primero llaman al autor masculino o femenino y le "encargan" una novela porque tienen decidido darle el Premio por puras razones mercantiles. Por eso suelo mirar con más benevolencia los títulos finalistas pues pienso que quizás en ellos no haya habido tanto cambalache, pero también lo dudo.
      Lo que dices a los usuarios en tu biblioteca sobre Paloma Sánchez-Garnica creo que es de diez porque si tiene una cosa -y eso en literatura nunca está de más- es que engancha, que anima a seguir leyendo su novela y que aficiona a la lectura. Luego que sea una novela de excelencia...; la verdad es que de excelencia en esta vida hay muy pocas cosas, claro.
      Un fuerte beso, amiga

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  8. A pesar de opinar como tú sobre los premios Planeta, básicamente que ya no son lo que eran, casi siempre acabo "picando" y leo alguna de las novelas premiadas. Este año, por ejemplo, no he podido evitar leer La bestia y es que la trilogía que se había publicado bajo el seudónimo de Carmen Mola me gustó. En cambio La bestia me ha decepcionado, no parece una obra propia de tres autores que, al parecer, son famosos. De ahí que no me plateé leer Últimos días en Berlín, por aquello de que si el primer premio no me ha seducido, el segundo me seducirá menos. Pero tras leer tu reseña, he cambiado de opinión. Aunque el romanticismo en literatura me abogia un poco, el trasfondo histórico me gusta mucho.
    Un abrazo.

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    1. Te diría sobre "La bestia" lo mismo que acabo de decirle a Marian y es que como no he leído completa la trilogía de La novia gitana quiero leer "La bestia" pues aún siento algo de hambre de esta Carmen Mola transexualizada en una hidra masculina de tres cabezas.
      Y sobre los finalistas, muchas veces son más de fiar los no recomendados (no sé si la autora lo habrá estado o no) que los que saben que van a ganar el Premio.
      Creo que te gustará pues el trasfondo histórico está bien y es una novela muy entretenida.
      Un abrazo, Josep

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  9. El best seller hábil tiene una dinámica atractiva, bien trabada y ejemplarmente construida para que resulte adictivo. He leído muchos. Ahora mi sobrino estaba leyendo El código Da Vinci y le atrapaba. Sin embargo, mi experiencia como lector es que cuando acabo un libro de fórmula para cautivar al lector por su dinamismo me siento profundamente insatisfecho, como si hubiera comido una comida de bajas calorías, muy eficiente pero de una pobreza que me deja tan pobre como había entrado. La buena literatura, además de una fórmula eficaz, tiene una cosmovisión implícita, una reflexión acerca de la vida que nos apunta a nuestro más profundo centro, algo que la hace ir más allá de lo hábil para adentrarse en lo infinito. Sin duda, es menos comercial y más difícil de leer porque implica tener una visión propia en la que el libro corta como un bisturí para hacernos ir más allá. Entiendo que el bestseller es bueno como entretenimiento pero cuando leo uno, me deja con más sed de la que tenía.

    Acaba de publicarse un libro singular. Del silencio de Sergi Bellver. No tendrá mucha difusión pero merece una visita. Ahí encuentro una filosofía que responde más allá de una fórmula y la realidad del autor me lleva a sentirme próximo a su cosmoexistir.

    Supongo que en estas palabras que he escrito, expreso mi sensación ante el hábil libro que nos comentas.

    Un abrazo, Juan Carlos.

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    1. Tu comentario sobre los best sellers es muy atinado. Es cierto que tras leer un buen best seller como Últimos días en Berlín hay un algo de insatisfacción que fuerza a ir hacia otro que también nos entretenga y en cierto modo haga olvidar el recién acabado. Tras las aventuras de Yuri por San Petersburgo (Petrogrado o Leningrado, según se prefiera) he ido directo a Tolstoi y me he metido en el San Petersburgo de Guerra y Paz. ¡Ay, amigo, cómo se nota donde reside la altísima literatura! También me ha captado Tolstoi y eso que sólo estoy en la página 100 de las cerca de 1500 que tiene esta magna obra. Pero aquí veo historia real y más que verosímiles historias de ficción. Por algo hay autores que pese a haber escrito sus grandes creaciones en el XIX siguen vigentes en el XXI. ¿Quedarán muchos Premios Planeta en la memoria de los lectores -si es que por entonces aún los hay- de dentro de 100 ños? No lo sé, ni tampoco estaré allí para comprobarlo, pero lanzo mi pronóstico: NO, No y NO.
      Tomo nota del libro de Sergi Bellver que citas. Muchas gracias por tus recomendaciones, Joselu.
      Un muy fuerte abrazo

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  10. Sigo en dudas con este libro, si lo encuentro no descarto leerlo pero no voy a salir corriendo a la librería. Besos

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    1. Pues estoy convencido de que te entretendría, eso seguro. Pero entiendo tu postura de no ir corriendo a buscarlo; yo tampoco lo haría (ja, ja...)
      Un beso

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  11. Creo que en esta ocasión no me voy a inclinar hacia la lectura de la obra. La forma elegante en que la calificas de "algo extensa" y "algo predecible" me indican que no terminaría de convencerme. Es un pálpito. Pero quién sabe...

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    1. Ja, ja, ja..., te entiendo perfectamente, amigo mío.
      Un saludo

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  12. Me la ha regalado alguien que sabe de mi afición por leer, pero desconoce mis gustos. Dudé si devolverlo porque venía con el ticket, pero al ser un detalle inesperado al final decidí dejarlo en la estantería. Hay cosas que me gustan pero al final estas novelas, como bien dices, te dejan con una sensación de "vacío". A ver si saco tiempo y le echo un vistazo.
    Un abrazo.

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    1. Te va a entretener, Gerardo. Ya verás como sí. La autora tiene oficio y sabe entretener al lector. Durante su lectura ya me parecía estar viéndola en forma de película; yo creo que la cosa irá por ahí. También la lectura me recordó mucho a "Tiempo entre costuras", no por el asunto aunque sí un poquito por la época y por la manera de obrar de los personajes y la historia de amor que existe y centra todo el relato.
      Un fuerte abrazo

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  13. Un best seller simplemente es un libro que se vende mucho. Como bien señalas, ello no tiene por qué traducirse en que su calidad sea baja. Pero también es cierto que hay libros que parecen expresamente concebidos para venderse mucho. No digo que sea el caso (o sí porque los últimos premios o finalistas Planeta huelen un poco a lo que huelen), pero hay cosas que señalas en tu reseña que me disuaden de leer esta novela, como por ejemplo los ocasionales tópicos, cierta previsibilidad y esa búsqueda de apelar a la parte sentimental del lector. También es cierto que con las novelas históricas (o más bien que tienen un acusado componente histórico sin serlo estrictamente, como parece el caso) siempre se aprende algo. Probablemente sea una novela muy digna sin más pretensión que la de entretener y con el mérito además de conseguirlo a lo largo de sus abundantes páginas, pero creo que no es una lectura para mí, o al menos no para mí en este momento.
    Besos

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    1. Todo lo que dices, Lorena, es perfecto y plenamente adecuado a lo que es "Últimos días en Berlín". Novela digna sin más pretensión que la de entretener a lo que yo añadiría '...y vender'. Los de Planeta quieren vender cuanto más mejor y este tipo de novelas que enganchan, enseñan alguna cosa nueva pero pocas para un lector debidamente informado y que lanzan una sentimental historia de amor, ellos saben que se venden de maravilla. Quizás yo veo en ella, además del entretenimiento que provoca, un mérito añadido: que puede animar a mucha gente a leer y eso siempre es bueno, ¿no te parece?
      Un beso

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  14. No me puedo creer que no hubieses leído nada de Paloma. A mí me gusta mucho cómo escribe y las historias que cuenta esta mujer y esta novela en concreto me ha encantado. Ahora estoy leyendo La bestia y también me ha gustado aunque, en mi opinión, el de Paloma es mejor
    Besos

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    1. El de 'La bestia' aún no lo he leído y no creo que por ahora lo haga. Y no, nada había leído de Paloma, pero viendo que a ti te gusta mucho y que tú tienes muy buen olfato lector es seguro que alguna otra obra suya caerá.
      Un besazo

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  15. Juan Carlos, te leo de manera sesgada porque mi intención es zambullirme en esta novela. No sé cuándo pero quiero hacerlo. La tengo en casa. Esta y otras de la autora. Creo que voy haciéndome con todas sus novelas porque siempre leo reseñas muy elogiosas pero luego no encuentro el momento de ponerme con ellas. Ya veo que te gustó esta historia. Se la he regalado a mi hermana y mi librero dice que esta autora escribe muy bien. En fin, que me tengo que poner. Besos

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    1. Hola, Marisa:
      Pon orden en tus prioridades. Si este año quieres estudiar, me temo que la lectura de esta y de otras novelas van a tener que esperar; pero no te preocupes porque los personajes de la novela no se van a mover y estarán aguardando tu vuelta (ja, ja...). Creo que cuando la leas te va a gustar. Ya me contarás.
      Un beso

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  16. Tenía mis dudas sobre si leer esta novela por haber sido "señalada" por Planeta, pero quizás me anime a leerla después de conocer tu opinión. Si entretiene y está bien escrita... me la apunto.
    Lo de leer el premio Planeta, el de Carmen Mola, lo tengo aún pendiente, más que nada porque me sentó muy mal el marketing que se ocultaba tras el pseudónimo y el consiguiente premio que desveló la verdadera identidad de los autores. Puede que a ese le dé una oportunidad cuando se me pase el cabreo.
    Un besote.

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    1. Hola, Paloma:
      No hay que ser rencorosa (ja, ja...). Esto de la literatura tiene mucho de divertimento y en ese juego entra de todo además de la mayor o menor calidad, y las técnicas de marketing son uno más. Estos procedimientos no están reñidos con la excelencia o excrecencia del producto; somos los lectores quienes debemos opinar con total libertad sobre ello.
      Pero dejando a un lado la polémica sobre Carmen Mola, creo que el de Paloma Sánchez-Garnica te va a gustar. Ya me contarás.
      Un beso

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  17. Pues acabo de leer la novela. Y sí, me ha gustado y conmovido. Leo con detenimiento tu post y estoy del todo de acuerdo. Me sobra alguna página, cierto afán por "contarlo todo" y las páginas en las que el mariscal libera a aYuri, no me lo acabo de creer. Pero la valoración global de la novela es muy buena. No conocía a la autora, me gusta.

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    1. Veo que hemos coincidido en nuestra apreciación sobre la novela de Sánchez-Garnica. Yo también quiero leer más libros de ella.
      Un abrazo

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