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27 jun 2021

Lorenzo Silva. "Castellano". Buscando una identidad

«Un relato de hechos que no excluye la conjetura, ni siquiera la elaboración literaria de los personajes, pero trata de ceñirse a lo que la historiografía ha averiguado de sus acciones y su carácter, a lo que de ellos está documentado —a menudo, en sus propias palabras—, sin renunciar a trasladar al lector la complejidad, en algún caso prolija, de lo que se ventiló en Castilla —y sobre Castilla, y contra ella— en los dos años que transcurrieron entre la primavera de 1520 y la de 1522.» (pág. 240)


Lorenzo Silva, Historia novelada, No ficción, Castilla, España de las Autonomías
“Castellano” de Lorenzo Silva es una búsqueda de la propia identidad, de lo castellano, de aquello que a los aquí nacidos nos hace distintivos y enraizados en ese lugar. El autor, partiendo del hoy, busca en el ayer de la revuelta comunera sofocada por las tropas del emperador Carlos I el 23 de abril de 1521 la propia idiosincrasia castellana. ¿Existe tal identidad? ¿Ha sido una operación decididamente calculada cuartear Castilla en un sinnúmero de comunidades menores: Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid, La Rioja, Cantabria… a fin de cercenar ese posible impulso identitario? ¿En qué reside lo propiamente castellano?... Un sinfín de preguntas a las que quiere dar respuesta le sobrevienen al escritor. Lo hace de una manera narrativa a partir de documentos conservados de la época y de autorizadas interpretaciones históricas. No estamos ante una novela histórica, ni ante una mera recopilación de documentos históricos. El mismo Lorenzo Silva no sabe situar el libro dentro de un género determinado («Quizá se la pueda llamar novela. O quizá no. Decídalo quien la lea»); en algún momento arriesga que la obra pueda ser, dice, un ensayo histórico, pero se inclina –y yo con él- por el de la novelización de un momento histórico.

 Me ha gustado el libro, aunque a veces me haya resultado un poquitín -muy poquito, la verdad- tedioso [o prolijo, como gusta decir el escritor], dado el deseo de fidelidad del autor a lo auténticamente acaecido. No quiere el creador de Chamorro y Bevilacqua ser tildado de urdidor de patrañas, de presentar actores de la Historia sin base suficiente, y para ello ha de ser fiel y abandonar en algunos momentos la narratividad en pro de la Verdad que está presentando. Pero Lorenzo Silva sabe solventar esos momentos de pura historicidad documental con referencias a la propia actualidad del viaje que en contrapunto con lo investigado está realizando por tierras de Castilla donde sabe encontrar vestigios del pasado y auténticas muestras de castellanismo. Es un viaje en un doble sentido, externo e interno («esto es el relato de un viaje: de cómo, contra todo pronóstico, alguien que nunca tuvo noción de ser nada, en términos de adscripción colectiva, y que podría no ser quien lo narra, acaba siendo y sintiéndose algo.»). El autor se pasea por Covarrubias, por Villalar, por Alcalá de Henares, por Toledo…, por tantos y tantos espacios que en sus palacios, murallas, e iglesias guardan memoria, restos, recuerdos del pasado vibrante de este pueblo brioso. En el análisis y búsqueda de la identidad castellana Silva tiene en cuenta muchos razonamientos de autores importantes. Muy significativas son las opiniones de los intelectuales del 98 quienes en su pesimismo por la decadencia de España vuelven su mirada hacia Castilla a la que proponen como el rescoldo que hay que atizar dado que, en su opinión, contiene la esencia de lo español. Mucho mal ha hecho esta consideración a Castilla al identificarla con España cuando España está formada por la suma de muchas otras zonas e identidades. Al tiempo, los Machado, Unamuno, Valle y otros reniegan de esa Castilla que desprecia cuanto ignora. Y así Lorenzo Silva pasa revista a otra serie de autores (Ganivet, Azaña, José Mª Maravall, Miguel Delibes, Fernando Martínez Gil…) que le sirven para ir construyendo –más bien buscando- la posible identidad castellana.

El viaje físico, real, que por tierras castellanas realiza el escritor se fecha entre abril de 2020 y febrero de 2021. En 2020 el escritor pasea por el campo próximo a su domicilio en Illescas donde reside desde hace unos años. Illescas, Toledo, abril y el 23 de ese mes en que se conmemora la derrota en Villalar de los Comuneros de Castilla le lleva a evocar los sucesos y las personas que en esos dos años de hace 500 -de 1520 a 1522- se levantaron contra el poderosísimo emperador, el César de Roma, en defensa de su libertad. En este viaje el novelista recorrerá los lugares principales de la gesta que encabezaron Padilla, Bravo y Maldonado hasta llegar a Villalar donde sus cabezas serían separadas de sus cuerpos y mostradas en picas como advertencia para aquellos que pudieran sentirse tentados a seguir sus pasos
«Antes de venir hasta aquí he estado haciendo la ruta de sus correrías y las de sus enemigos. He ido desde Medina de Rioseco hasta Tordesillas, por Castromonte y Torrelobatón, y desde Torrelobatón hasta Villalar, pasando por Vega de Valdetronco, donde Padilla quiso dar al adversario la batalla que sus soldados, por indisciplina o porque no le oyeron, prefirieron eludir para caer más adelante como moscas bajo las lanzas imperiales
Busca luego los enterramientos de los líderes del movimiento. Los de Bravo en Segovia y Maldonado en Salamanca está documentado que se realizaron en sus respectivas ciudades; el de Padilla sin embargo no se encuentra en Toledo al haber quedado la ciudad imperial, rebelde, en manos de su esposa María Pacheco quien se negó durante unos breves meses a entregarla a los imperiales. Buscando, pues, el posible emplazamiento de los restos del comunero toledano el escritor llega un «mediodía de febrero de 2021  ante los restos del monasterio jerónimo de la Mejorada, cerca de Olmedo, en Valladolid. Aquí, bajo jurisdicción y custodia real y a cargo de los monjes jerónimos, María Pacheco y el prior de San Juan, en nombre de los virreyes, acordaron en octubre de 1521 que descansarían los restos de Juan de Padilla en espera de ir a Toledo.». Hoy, lo que fuera el Monasterio de Santa María de la Mejorada, próximo a Olmedo en la provincia de Valladolid, es una Bodega de excelentes caldos extraídos de los viñedos de la zona. El edificio fue realizado por Rafael Moneo quien lo restauró e integró con la fábrica moderna que exige una bodega en la actualidad los restos arquitectónicos del derruido monasterio. 

Lo anterior viene un poco a resaltar una de las características del carácter castellano: el descuido por lo propio, nuestra secular incuria. Lorenzo Silva vuelve este defecto -grave defecto en mi opinión- del revés y lo convierte en hecho diferencial:
«Este proverbial descuido, esta indiferencia hacia sí mismos y sus símbolos tan característica de los castellanos, que ninguna otra nación se permitiría y que a muchas llegaría a escandalizar, tiene un reverso saludable y liberador. Vive el castellano exonerado de la pesadez y la prosopopeya del homenaje a los emblemas y los figurones patrios. Se puede ser castellano sin necesidad de andarlo proclamando con aire solemne ni de ponerse en pie con la mano en el pecho cuando suena un himno, sin sentir siquiera la necesidad de rendirle pleitesía a una heroína nacional antes que a un ficticio niño hechicero.»

Cantar de Mío Cid, Comunidades de Castilla, Villalar, Derrota de los comuneros, 23 de abril
Antes de concluir con esta afirmación, Silva relaciona el movimiento de libertad de las Comunidades con la creación de la propia Castilla. Esta,  según se desprende del Poema de Fernán González, se desgajó del Reino de León que la tenía asfixiada. También el Poema de Mio Cid, -buen caballero si oviera buen señor-, muestra una acción heroica de alguien que en ejercicio de su propia libertad engrandecerá al rey a pesar de lo mal que éste lo ha tratado. Abundan estas dos obras en la idea de que es la Libertad -así con mayúscula- y la lucha contra la injusticia lo que alberga el alma de los castellanos. Un alma que encuentra su más alta plasmación en el idioma que usaban quienes conquistaron un Nuevo Mundo y que hoy hablan más de 500 millones de personas. Es este idioma en el que escribió Cervantes El Quijote, obra donde el ilustre alcalaíno señaló en negro sobre blanco el inmenso valor que tiene la libertad, «ese don con el que "no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre" y por el que "se puede y debe aventurar la vida", mientras que el cautiverio es "el mayor mal que puede venir a los hombres"».

Una lengua que, paradójicamente, es hoy la de aquellos países que en ejercicio del carácter que hasta esas nuevas tierras llevaron los castellanos decidieron continuar la aventura por su cuenta sin abandonar el idioma en el que hicieron sus proclamas y siguieron creando sus escritos. Habla especialmente con cariño el autor del tagalo José Rizal, amante de la cultura legada por España, en especial su lengua, en la que escribió no pocas cosas y con la que luchó para que la metrópoli fuese receptiva a las peticiones de las Islas Filipinas: «El país no piensa separarse de la madre patria, no pide más que un poco de libertad, de justicia y de amor; aún espera, cree y sólo se levantará cuando haya perdido la paciencia», decía quien a su pesar fue convertido en mártir de la independencia filipina al ser fusilado de espaldas por traidor a la patria por las tropas que comandaba el General español Camilo García de Polavieja.

Como cierre de la reseña quisiera poner en valor lo bien que Lorenzo Silva narra los acontecimientos históricos y presenta a los diversos protagonistas de los mismos. Aparecen éstos muy bien retratados acercándonoslos a nuestra actualidad. Los Laso de la Vega y su choque con los Girón es vívido, la genealogía de los Maldonado salmantinos y de los Bravo segovianos me ha parecido interesante por demás, los distintos nobles de uno y otro lado (el Almirante de Castilla, don Fadrique Enríquez; el condestable de Castilla, don Íñigo Fernández de Velasco; el padre de Maria Pacheco, don Iñigo López de Mendoza; el regente holandés, Cardenal Adriano, que luego se vería elevado al papado como Adriano VI; la reina Juana; etc.) aparecen bien caracterizados y se hacen reconocibles para nuestra sensibilidad actual.


Final
Como tantas veces ocurre en la vida, la chispa que dio origen a esta novelización de la Historia surgió estando escuchando el autor, en uno de sus viajes en coche camino de uno de los centros de secundaria adonde es invitado a hablar a los adolescentes de su obra literaria, el poema épico de Luis López Álvarez Los comuneros, en su correspondiente versión musical de Nuevo Mester de Juglaría


Este canto esperanzador sobre Castilla lanzado con entusiasmo por el poeta Luis López Álvarez, musicado y cantado de manera magistral por los integrantes del grupo artístico provocó que un 23 de abril del año 2017 durante la fiesta anual que se realiza ese día en Villalar de los Comuneros en memoria de esa derrota Lorenzo Silva se preguntase qué constituye o dónde reside la esencia de lo Castellano, precisamente el título que da al libro. Creo que la lectura de "Castellano" da varias claves muy interesantes sobre este asunto.

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27 comentarios:

  1. Cuando tenía menos de veinte años me sabía de memoria ese disco de Nuevo Mester de Juglaría. También tengo el libro de Luis López Álvarez. No soy nada proclive a ensalzar patrias ni a sentir orgullo por algo en lo que yo no he tenido ningún mérito como es el haber nacido en uno u otro lugar. No obstante, creo que las comunidades del interior de España han sufrido una gran injusticia por parte de las periféricas que, ansiosas de su independencia, las han considerado las opresoras, olvidando que por aquí se sufrió la opresión y la dictadura igual que en todas partes.
    Ya tengo el libro apuntado. A ver cuándo le toca.
    Un beso.

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    1. Desde luego el libro toca un asunto sensible y muy presente en la actualidad política española. Porque estamos en un momento en que se va a tocar o a rediseñar el Estado. A ese Estado quienes no nos sentimos nacionalistas -los castellanos principalmente- de siempre lo llamamos España, mientras que otros usan el eufemismo de Estado.
      Lo que subyace en todo esto de comunidades oprimidas (?) y otras opresoras (?) es lo económico disimulado y también promocionado bajo la apariencia de sentimiento identitario. Y ya se sabe que los sentimientos no se racionalizan, son creencias, es fe, o crees o no crees, o estás conmigo o estás contra mí. Y en esas andamos. A ver cómo acaba todo. No quiero hacer pronósticos.
      Un besazo

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  2. Esa pequeña pega que le pones al libro, lo de que sea prolijo en algunos momentos, es lo que les pasa a los escritores que quieren ser rigurosos. En el caso de Silva me ha llamado la atención porque en una de sus novelas de Belilacqua ambientada en Canarias tuvo unos cuantos gazapos a cuenta de alguna isla y por falta de documentación.
    Me apunto el libro, aprender sobre nuestras raíces siempre viene bien y me siento castellana porque mi familia burgalesa ya se encargó de "adoctrinarme".
    El Canto de esperanza de Nuevo Mester de Juglaría es una de mis canciones favoritas, me gusta muchísimo. Cuando veo todo negro o cuando algo se tuerce de manera grave, siempre me viene a la mente la estrofa "si los pinares ardieron, aún nos queda el encinar". No hay que tirar la toalla nunca.
    Está bien eso de las identidades, además con la Ayuso yo no descarto un partido nacionalista madrileño; la que está liando.
    Un besote.

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    1. A mí también me gusta mucho el disco de Nuevo Mester de Juglaría sobre Los Comuneros. "Castellano" dice cosas interesantes sobre nuestra manera de ser, desde luego. Creo que lo más interesante es que los nacionalismos periféricos, en especial el vasco y el catalán, han conseguido identificar Castilla con España saliéndose así ellos de esa denominación superior. Y también han logrado hacer creer a todo el mundo que lo suyo es progresismo y lo que no es nacionalismo o está en contra del nacionalismo es carcundia; y lo más triste es que hay muchas personas que lo creen y han entrado por ahí.
      En cuanto a la búsqueda de identidad, creo que dada la deriva que lleva la política, que marcha hacia la Nación de naciones o la España Federal quienes no tengamos idiosincrasias claras vamos a vernos en mala situación. No sé, no sé, tras leer el libro hay que echarse a pensar que para eso se escriben, ¿no te parece?
      Besos

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  3. Es uno de los muuuchos libros que tengo apuntado para el verano; no se yo si le llegará el turno de forma inminente, pero ahí está.
    Es curioso comprobar que en esto de las exclusividades regionalistas no hay nada inventado y que me parece que esta patria nuestra nunca ha estado conforme con formar parte de un todo, queriendo destacar sus idiosincrasias de manera particular, destacándolas con preponderancia por encima del resto. Ese concepto de: La unión hace la fuerza parece funcionar nada más que en las batallitas en las que nos metemos contra los forasteros. Somos todos muy nuestros y los demás muy suyos.
    Ya sabes que este autor me gusta como escribe aunque no siempre, como comenta Paloma, de la manera más acertada.
    Un fuerte abrazo, amigo.

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    1. Es cierto cuanto dices sobre nuestra particular forma de ser, querido Javier. En lugar de mirar hacia adelante y procurar avanzar en el mejor de los sentidos llevamos años, si no siglos, refunfuñando unos de otros y así, ¡es evidente!, se puede caminar pero con dificultad y casi siempre mosqueados y enfadados. En fin, cada país tiene su particular forma de ser y penosamente esta es la nuestra.
      Escribe bien Lorenzo Silva y sé que te gusta mucho. Sobre si mete la gamba alguna vez, creo que en esta ocasión se ha documentado de manera exhaustiva.
      Un abrazo enorme

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  4. Soy una fan absoluta de las letras de Lorenzo Silva, como autor me parece magnífico y como persona más grande todavía. Este lo tengo por leer pero la buena noticia es que lo tengo en casa, que simplemente, iba a decir encontrar un momento, pero más bien es encontrar el momento de que mi ojo tengo un día que vea mejor y lanzarme.
    Estupenda reseña, Juan Carlos.

    Besos 💋💋💋

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    1. Bueno, Yolanda, ¿qué le ocurre a ese ojo tuyo? Espero que vaya mejor y puedas dedicarte a lo que tanto te gusta, que es leer y disfrutar con la lectura. A ver qué te parece este "Castellano" de Lorenzo Silva.
      Mejórate, amiga mía.
      Un beso

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  5. ¡Hola Juan Carlos!
    Bueno, ya sabes (me conoces algo, jeje) que no voy a leer este libro, creo que si a ti se te ha hecho un poquitín tedioso, sería carne de mi abandono, seguro. Pero fíjate que cuando empecé a ver esta novela De Silva por ahí, al principio siempre pensaba que no le pega nada escribir cosas de este estilo, pero es una autor tan bueno (he leído varias novelas suyas, aunque ninguna de sus saga famosa), tiene una prosa tan particular que seguro llama la atención también en Castellano. Además este hombre me cae bien, siempre me ha caído bien y eso parece una tontería pero también cuenta.
    Has hecho una reseña de categoría, como todas
    Besos

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    1. Siempre medito mucho los calificativos que daré al libro que estoy reseñando porque mi experiencia me enseña que luego muchas reseñas se agarran a él. Es tedioso, mejor debiera haber dicho "prolijo", porque la Historia tiene sus exigencias y no se puede lanzar alegremente conjeturas cuando de lo que se trata es de la realidad acaecida. La ficción pura y dura no tiene esas ataduras.
      Se lee bien y se entiende su búsqueda identitaria dado que vivió en Cataluña, en Madrid, sus orígenes familiares son andaluces por un lado y castellanos (salmantinos) por otro. ¿Qué soy o qué debo sentirme?, parece que se pregunta.
      Muchas gracias, Marian, por el calificativo (je, je...) que das a mi reseña
      Muchos besos

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  6. No sé muy bien qué hacer: por un lado, aún no he leído al autor; pero por otro, si dices que es tedioso... Quizá lo deje para más adelante.
    Un beso.

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    1. Es No-ficción, eso debes tenerlo en cuenta. Lo digo porque quizás pienses que es una entrega más de las aventuras de los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro. No, nada de eso. Sabiendo tal cosa, sí que lo puedes leer siempre que la Historia te llame un poco la atención. Y tedioso, aunque lo haya expresado así, no lo es mucho, más bien en algún momentín es "prolijo".
      Besos

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  7. Me ha sorprendido esta incursión de Lorenzo Silva a lo que más bien parece un ensayo histórico muy interesante. Es lógico que sea prolijo, si se pretende ser riguroso. El quinto centenario de la batalla de Villalar lo merecía. Castilla sigue muy denostada, pero ahí está la Historia y hay una corriente de recuperación aunque en la línea "imperial", como "Madre patria" del argentino Marcelo Gullo. Habrá que echarle un vistazo.

    Un abrazo.

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    1. Hola, Gerardo. Nuestro gran problema es que las dos líneas -la centrípeta y la centrífuga- aún no han llegado a un acuerdo que contente a todos; seguimos enzarzados en el yo más que tú porque tengo esto y lo otro que tú no tienes. Y, claro, sucede que todos nos hemos echado a buscar "estos" y "aquellos" que sirvan para hacernos valer. Una pena porque habría que olvidar particularismos excluyentes y centrarnos en coincidencias integradoras. Pero cuando los propios diputados -y hasta concejales de ayuntamientos- solicitan servicios de traducción simultánea a pesar de que todos por Ley, nacimiento y educación conocemos al menos una, está claro que algo o muchas cosas no marchan bien.
      Es interesante `para entender que una identidad, precisamente puede ser el no sentirse parte de nada. Pero esto no vende.
      Un abrazo

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  8. Un placer leerte y tratar de aprender algo de todo lo maravilloso que cuentas y entrelazas con la historia.
    Maravilloso Juan Carlos, abrazo enorme.

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    1. Y un inmenso placer leer tus comentarios, amiga búha.
      Besos

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  9. ¡Hola!
    Me encanta escuchar "Los comuneros" interpretado por "Nuevo Mester de Juglaria", es emocionante.
    Respecto a la obra...me gusta la noficción, pero si se te ha hecho un pelín tedioso, o prolijo, lo dejaría para otros momentos. En verano siempre leo cosas más ligeras.
    Muy feliz martes.

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    1. De todos modos, Marigem, la lectura de "Castellano" es fácil y se hace con rapidez. La prolijidad surge en algún momento puntual por eso de no dejar nada al albur de lo no contrastado. Y eso en un libro basado en sucesos históricos es algo exigible. Vamos, que en verano si te apetece también podrías leerlo.
      Besos

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  10. Me asusta un poquito que sea un tanto tedioso, pero el tema me interesa, así que seguramente caiga. Lo que no sé es cuándo...
    Besotes!!!

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    1. ¡Ay, madre mía! Siempre me pasa lo mismo. Cuando pongo un pequeño "pero" parece que todo el mundo se agarra a él. No, no es 'un tanto tedioso', es 'un poquito tedioso en ALGÚN MOMENTO', sólo eso, un poquitirrinín, pequeñín pequeñín..., casi como el chiquitirrinín del villancico navideño (ja, ja...).
      Sí, mujer, Margar, ya verás como si te gusta. Y más en el momento actual que se vive en España. Yo creo que su salida en este momento tiene un porqué.
      Muchísimos besos

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  11. Pues creo que es un buen momento para investigar, aprender e incluso divagar sobre la historia de Castilla en esta España que parece entrar en una nueva fase de rediseño. Un diseño troceado en comunidades que se hizo para contentar a los nacionalistas y que ha triplicado por tres las administraciones sin llegar a contentar a ninguna de las partes.

    Un libro el que nos traes hoy para leer de manera sosegada y reflexiva.

    Un abrazo, Juan Carlos.

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    1. Plenamente de axcuerdo con tu reflexión primera sobre el diseño de España. No sé cómo acabará la cosa. lo malo es que no sé si lo tienen claro quienes están al frente de la cosa. En fin, ya nos dirán.

      Saludos, Miguel

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  12. Muy interesante este libro, y que se aleja muchísimo de todo lo que había leído de Silva (que es más bien poco, la verdad). Me interesó mucho la forma en la que nace este libro y esa puerta abierta que nos permite entrar en una parte personal del autor. Por supuesto, la parte histórica también es estupenda. En realidad, me había hecho una idea equivocada de este libro y cuando empecé a leerlo, pensé que lo mismo no era para mí, pero Silva lo cuenta genial y sabe jugar con los elementos para atrapar al lector. Muy buena reseña, Juan Carlos. Besos

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    1. Sí que es sorprendente este alejamiento de Silva de su zona de confort. Aparte de mi condición de castellano leer este libro se ha debido a probarme con un Silva distinto al dw Bevilacqua y Chamorro.
      La obra se lee, como habrás comprobado, muy bien. Un artoista de la literatura este Silva.
      Un beso

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  13. Pues me gusta mucho todo lo que he leído hasta ahora de Lorenzo Silva, y además siempre está bien esto de cambiar de tercio y no sólo leer sus historietas de Chamorro y Bevilacqua, así que me lo apunto. Incluso lo mismo me animo a comprar un ejemplar para regalárselo a mi padre, leonés él, y que a veces me cuenta anécdotas de castellanos que quieren que León no pertenezca a Castilla, o incluso leoneses de comarcas como El Bierzo, que también quieren ser independientes. En fin, como el mes que viene mi padre cumple años, igual es una buena opción para él.

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    1. Es que León NO pertenece a Castilla; jamás fuimos castellanos, ni lo somos, ni lo seremos y NO lo queremos ser. Y la Región Histórica Leonesa, formada por Salamanca, Zamora y León, aún continúa vigente, según han reconocido recientemente Gobierno y Senado. STOP a los intentos de asimilación que padecemos desde el maldito día que se formo la Autonosuya de Castilla y los colonizados. ¡Basta ya de etnocidio cultural!.¡¡¡LLIÓN NUN YE CASTIELLA!!!. ¡¡¡PUXA'L PAÍS LLIONÉS LLIBRE!!!

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  14. Me gusta el autor y me gusta el tema y, aunque en alguna ocasión te haya parecido un poco lento, no descarto leerlo. Sobre el tema leí hace unos meses "Pueblo sin rey" de Olalla García que me encantó y te recomiendo
    Besos

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