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29 feb 2020

Ezequías Blanco: "Tierra de luz blanda". Presentación

Remedando al Poeta, antes de que a mi memoria le suceda igual que a su olmo soriano, quisiera dejar aquí la gracia del acto presenciado el viernes pasado: la presentación de la última obra -un magnifico poemario- de mi amigo Ezequías Blanco. No, no quiero perder en la ciénaga del olvido, el recuerdo de tan hermosa reunión.

Los libros del Mississipi, Enrique Benicio Huerga, Tierra de luz blandaEl evento, que se dice ahora, tuvo lugar en el Centro Cívico 'Juan de la Cierva' de Getafe. Allá que nos desplazamos quienes vivimos en la capital madrileña, si bien la mayoría de asistentes eran getafenses de siempre o de adopción. Abrió el fuego la directora del Centro, Ángeles González, que, tras manifestar la disposición del mismo a albergar actos culturales de la altura del presente, señaló que éste era ya el tercero del ciclo "Encuentros con autor" (los dos anteriores fueron con Almudena Grandes, uno, y con Luis García Montero, el otro); por último agradeció el buen trabajo de los empleados del Centro, y sin más dio la palabra a Antonio Benicio Huerga, editor de la obra. Antonio Benicio se congratuló de alcanzar la editorial 'Los libros del Mississipi' con "Tierra de luz blanda" nada menos que ya once títulos.

Comenzó luego el acto propiamente dicho. En primer lugar se pasó un audiovisual sobre la vida del autor. El trabajo de imágenes sobre fondo musical lo había preparado Cristóbal López de la Manzanara, poeta y gran amigo de Ezequías. Mucha emotividad y cariño había depositada en esas fotos, algunas antiguas y otras más recientes, que recorrían la trayectoria vital del creador del poemario que nos convocaba.

Tras el audiovisual, los dos amigos salieron a escena y sentados en sendos taburetes ante unas mesas cual si de un bar se tratase improvisaron una entrevista con preguntas que Cristóbal hacía a Ezequías con mucha gracia y desparpajo y que a quienes estábamos en la Sala hicieron sonreír con frecuencia. Por las respuestas dadas supimos del pueblo zamorano, Paladinos del Valle, donde el autor dio sus primeros pasos, una localidad ejemplo de esa España vacía y vaciada de la que tanto se habla. Desde el punto de vista literario fue la mar de interesante escuchar hablar a Ezequías de sus inicios poéticos en Salamanca, la ciudad donde estudió y donde coincidió con personas, algunas prematuramente ya desaparecidas, que a su decir influyeron decisivamente en su vocación de escritor. Dos nombres destacó por encima de los otros: Luis Javier Moreno, compañero de estudios ocho años mayor que él y ya con alguna cosa publicada por entonces, y el inolvidable Aníbal Núñez, un ser libérrimo tanto en su vida personal como en las artes que practicó y al que él siempre tanto admiró.

Tras Salamanca vino el deambular por España del profesor de literatura que comenzando en Canals (Valencia) pasó por una serie de localidades hasta que por puro azar del concurso de traslados acabó en Getafe donde pronto se encontró muy a su gusto y sentó sus reales. Cristóbal le quiso preguntar si en su creación poética esta peripecia vital (geopoesía o geopoética, dijo con humor) le había influido decisivamente. Y Ezequías respondió que sí, que evidentemente sí, y más en un escritor que bebe de la realidad, que absorbe lo vivido por él o por otros para transformarlo y convertirlo en materia literaria.

Al entrar ya en la harina literaria, quien entrevistaba quiso indagar sobre influencias de los grandes. El autor de "Tierra de luz blanda" vino a decir que cuando se está en la fase de la 'imitatio' aristotélica, o sea, en los inicios, el vasallaje a la autoridad poética es más perceptible pero que según pasan los años y los libros, el estilo se va haciendo más propio y personal. El listado de autores que admira y que sin duda están dentro de su propio y personal estilo son infinitos: Quevedo, los barrocos; todos los del 27; sin duda alguna la generación del 50 con Ángel González a la cabeza; el mismo Aníbal Núñez... "Y Eliot -añadió Cristóbal". "Sí, sí, claro, también, también -Quías, dixit-. Y Faulkner, y, naturalmente, José Luis Cuerda...". El humor, la ironía, la complicidad entre entrevistador y entrevistado estuvo siempre presente. 

Hubo una insoslayable referencia a su etapa como director de "Cuadernos del Matemático", revista poética de inmensa altura que dirigió desde su fundación hasta su cierre definitivo en 2018, treinta años más tarde. Precisamente Cristóbal junto a Matías Muñoz y Ezequías fueron el alma y sostén de esta prodigiosa creación cultural. Y luego ya las preguntas se centraron en el Poemario que se presentaba.
Cristóbal López de la Manzanara, Matías Muñoz, Enrique Gracia Trinidad,Juliana Sesmero, Ezequías Blanco
¿Por qué ese título de 'Tierra de luz blanda'? Pues porque -contestó Ezequías, aproximadamente- porque ese adjetivo me parece que responde a la impresión producida en mí por la iluminación presente en un centro hospitalario; también por la actitud de entrega del enfermo ante las vejaciones que disfruta en el hospital; e incluso por ese navegar en una zona inestable por los efectos de la anestesia... Y desde el punto de vista métrico, continuó diciendo, porque es un hexasílabo y los versos de seis sílabas son poco empleados o preferidos por los poetas. Como Quías no es amigo de decir las cosas allá va, echó mano de un poema de Rafael Alberti para apoyar su contestación.

Más, mucho más hubo en esta interesante, entretenida y sabrosa entrevista, pero no quiero equivocarme de más (alguna pata habré metido ya, con seguridad. ¡Perdón por ello!) y abandono a estos dos grandes conversadores que dieron paso al recitado de algunos de los poemas a cargo de tres voces magníficas: Matías Muñoz, Juliana Sesmero y Enrique Gracia Trinidad.

Tras escuchar los versos de Ezequías en esas voces rotundas, fuertes y al tiempo amables, no quedaba ya más que adquirir un ejemplar del libro publicado por Libros del Mississipi. La portada del mismo es hermosa en su sencillez y enlaza perfectamente con el contenido: la experiencia hospitalaria del poeta, sus miedos, y la vuelta al mundo previo a los hechos que le llevaron a la intervención quirúrgica. Tras ella, la rehabilitación y ese obligado deambular por los bancos de calles, parques y jardines que sin proponérselo han dado lugar a una inmensa colección fotográfica de bancos variopintos que algún día, quizás, darán lugar a algo impreso.
BANCOS
Buscaré cada día los lugares
donde nadie confunde los caminos
donde muy poco importan las derrotas

Reiré con el que luce a sus espaldas
”Cristo mola” o con el otro que dice;
”somos muy malas pero podemos ser peores”

Iré de banco en banco en mis paseos
porque a cualquiera acogen
con su respiración tan desprendida.

Y así como quien flota sobre un cielo dormido
recorreré los bancos de mi entorno
para fortalecer mis músculos
mis fibras mis huesos mis tendones lastimados
hasta llegar al que reposa
bajo aquella morera verdinegra
desde donde mejor se ve la luna.

Y descansaré en el del viñedo
y refrescaré la mirada
sobre la humedad del de la verdinosa piedra.

Desde un banco me iré rodando a casa
y en un banco plantaré las verduras
de mi huerto… Y sobre un viejo banco
dormiré eternamente soñando con palmeras.
¡¡Enhorabuena, Ezequías, por tu recuperación y por tu magnífico poemario!!

17 comentarios:

  1. Deduzco de tus últimas palabras que Ezequías ha pasado por alguna crisis de salud. Yo también me alegro de su recuperación y de la emotiva presentación de su libro que nos cuentas. Ya sabes que soy de poca poesía y con tanto como tengo acumulado y que esto de estar jubilada roba mucho tiempo 😂, creo que esperaré a su próximo libro de relatos, salvo que se anime con una novela...
    Un beso a cada uno.

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    1. Precisamente este poemario es resultado de su experiencia quirúrgico-hospitalaria. Ya sabes, Rosa, que a veces es preciso pasar por Talleres para recomponer algún problemilla.

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  2. Hola Juan Carlos justo tenía esa pregunta porque me ha hecho pensar esa actitud de entrega del enfermo ante las vejaciones que disfruta en el hospital, me ha parecido una sutil ironía que no sé si sería negra pero que me ha hecho pensar en cuanta razón hay en algunas de esas prácticas hospitalarias.
    No soy mucho de poesía pero sí he disfrutado con el poema del banco que nos has compartido y con tu crónica del acto.
    Gracias amigo.
    Un beso enorme

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    1. Hola, Conxita:
      Sí, desde luego que fue irónica -¡y textual!- la frase dicha por el autor. Nos hizo sonreír por lo mucho de verdad que hay en ella: cuando ingresamos en un hospital nos entregamos sumisos (casi podría decirse que incluso disfrutamos) a cuantas pruebas médicas nos someten. La verdad es que vamos al hospital a que nos 'arreglen' y claro aceptamos todo lo que nos hagan por humillante que ello pudiera interpretarse si se produjese en otro contexto.
      Pues, -creo que ya te lo he comentado alguna potra vez-, pienso que tú disfrutarías con este libro de poemas que está muy cerquita de la realidad que lo ha provocado. El poema BANCOS es muy propio de quien apenas puede caminar mucho y necesita ir acudiendo a ellos. Al autor lo operaron de cadera para solucionarle unos muy fuertes dolores en una pierna y, claro, andar al principio era duro. Pero ya está repuesto del todo.
      Otro para ti

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  3. Me encantan las presentaciones, se acercan posiciones y te predispone a la lectura 😅 ademas, sin poesía, yo me siento enfermar, la necesito.

    Besitos.

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    1. Como sé, Yolanda, que te gusta mucho la Poesía te recomiendo vivamente la lectura de este libro. A mí me ha encantado. Y sí, yo también de cuando en vez (je, je...) necesito mi ración de poesía para tirar para adelante.
      Beso grande

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  4. ¡Qué rabia me da no haber podido asistir a ese encuentro! Pero a veces las obligaciones familiares y laborales se imponen a las devociones personales, qué se le va a hacer.
    Conocía a Ezequías gracias a ti, primero conocí sus letras con "Solo hay una clase de monos que estornudan" y luego lo conocí personalmente en la Feria del Libro de Madrid cuando estuvo firmando ejemplares. Con el libro descubrí a un muy buen escritor y con aquel encuentro personal (con foto incluida dentro de la caseta) conocí a una persona afable y sumamente cordial.
    Me hubiera encantado volver a veros a los dos, pero no pudo ser. No descarto reencontrarme con vosotros en otra ocasión, ¿quizás en la próxima edición de la Feria del Libro?
    Enhorabuena a Ezequías por esta nueva obra que me apunto como lectura pendiente, aunque la poesía no es mi género preferido, la calidad del autor me anima a hacer una excepción.
    Me alegra saber que ya está recuperado de su afección. La ironía que se destila en todos sus textos, incluso cuando pasa por trances tan amargos como una enfermedad (prueba que nos acercas con el poema que has plasmado) es una de las características que más me gustan de él.
    Un besote para los dos.

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    1. Hola, Paloma:
      No estaría mal provocar un encuentro durante la Feria del Libro. Seguro que Ezequías firmará libros en alguna caseta de las editoriales que le publican.
      Creo que este libro en concreto te gustará a pesar de que la poesía no sea tu género favorito. Y digo esto porque al nacer sus poemas de una experiencia hospitalaria los referentes son conocidos por todos y eso indudablemente ayuda. Luego está el sentido del humor que se percibe en algunos de sus poemas, algo que como bien dices es característico de su manera de escribir.
      Besos también para ti, Paloma.

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    1. Hola, Su:
      Bienvenida. Me encanta que te haya gustado la entrada. Espero verte otras veces por aquí y más siendo de Zaragoza. Lo de Zaragoza viene a cuento de que parte de mi familia vive por allí, aunque es verdad que no la frecuento en exceso.
      Un abrazo

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  6. Siempre pienso en el blanco cuando pienso en hospitales. Pero es un blanco engañoso porque no es luz pura ni inmaculada aunque lo pueda parecer. La luz blanca de los hospitales guarda muchos silencios y cosas que se quedan por decir. Qué bien que Ezequías Blanco haya puesto ese silencio en palabras y además en poesía. Mi blanco para él es luz blanda.
    En cuanto a la presentación de su poemario, se nota que la has disfrutado muchísimo y que ha sido de lo más entretenida.
    Besos

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    1. Me encanta también lo de la colección fotográfica de bancos. Sí que sería interesante una exposición.

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    2. pues sí, la verdad es que fue una velada muy agradable. Ezequías además de ser un muy buen poeta es una persona muy afable y simpática que hace que te encuentres a gusto siempre.
      De la colección de bancos algo dijo en el acto sobre una posible exposición. Ojalá la haga porque algunos son hermosísimos.
      Tu reflexión sobre la luz blanca es muy hermosa, Lorena. Da gusto leer cualquier cosa que escribas.
      Un beso

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  7. Mirad,Yo querido Juan Carlos y amigos o amigas, lo que me escribió la primera lectora de poemario Carmen B. porque lo había pedido en preventa y le llegó al día siguiente de salir: "Yo no he tenido citas importantes con el dolor físico. He pasado por quirógrafo una vez. Acudí al médico porque sentí durante dos días el mordisqueo constante de un gusano dando bocaditos delicadamente soportables, aunque inquietantes. Me operaron de urgencias. Bendita sea la santa anestesia, el mejor descubrimiento de la historia. Sólo recuerdo el frío, el frío me despertó, lo llevaba dentro.

    Me impresiona el gotero, ese vampiro transparente y su vía amoratando manos, lo hace parecer todo mas grave. Si no hay gotero, todo va bien.

    Mi dolor siempre fue psíquico: pánico, rabia e impotencia que deriva en pena honda y si tuviera que señalar donde me dolía, me dolía el corazón.

    Querido Ezequías, tu libro es luminoso, bello , me identifico, lo tengo casi todo subrayado y si escribirlo cura, leerlo también.

    Beso tus heridas visibles e invisibles con las pestañas.

    Carmen B. (Lliria-Valencia)

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    1. Preciosidad de comentario el que te hizo esta lectora, Ezequías. Te diré que creo sinceramente que tus poemas llegan muy hondo y si además quien los lee ha pasado por una experiencia hospitalaria semejante a la vivida por ti o por Carmen B. es evidente que la curación se acelera.

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  8. Parece que fue una magnífica velada. Que bueno que se pueda gozar de cosas bellas después de pasar un mal trance.Feliz de lo compartido .gracias!!Saludosbuhos.

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    1. Así fue, en efecto, querida búho. La vida se compone de momentos feos y/o duros y otros hermosos. Y hay que ponerlos en contacto con naturalidad como hace este libro.
      Un abrazo

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