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26 may 2016

"Cuaderno de Vacaciones", Luis Alberto de Cuenca

flm16, 75 feria del libro de Madrid, Parque del Retiro
Estamos en tiempo de Ferías del Libro. Concretamente este viernes 27 de mayo y hasta el 12 de junio estará abierta la 75ª edición de la de Madrid (FLM16) en el Parque del Retiro. Pero Madrid no es el único lugar donde se celebran; afortunadamente las hay por toda nuestra geografía. Durante la segunda semana del mes de mayo se celebró la 36ª Feria del Libro de Salamanca en su sin igual Plaza Mayor. Allí adquirí dos poemarios. 
Hacía tiempo que no leía poesía con tanta satisfacción. El que traigo hoy aquí llegó hasta mis manos como llegan los libros que sorprenden: sin buscarlo, sin haberlo planificado, mirando con tranquilidad y placer los estantes de las casetas 

Paseando por la Plaza Mayor
Deambulaba yo por entre tanto libro infantil que hay ahora en todos estos eventos (¿Por qué muchos adultos sólo se lanzan a comprar libros si son para sus niños? ¿Por qué para "mis niños", sí, y para mí, no? ¿Acaso los papis no saben leer o es que simple y llanamente aborrecen o desdeñan la práctica que -parece- quieren inculcar a sus criaturas? Tema para debatir, ¿no creéis?). Bueno, a lo que iba, estaba yo defendiéndome de tanta novedad infantil cuando, ¡oh sorpresa!, vine a darme de narices con una caseta ocupada por tres editoriales de estas pequeñas, independientes, que están fuera de los circuitos habituales de Madrid y Barcelona, y que se sacan las castañas del fuego expurgando en los fondos editoriales publicando títulos de calidad pero muy olvidados o pertenecientes a géneros minoritarios (la poesía, el ensayo no directamente político...). Casualmente resultó que de las tres editoriales -"La Uña Rota" de Segovia y las salmantinas "Delirio" y "La Guarida"-  que, para aminorar gastos, compartían caseta, a la primera, "La Uña Rota", la conocí el año pasado en esta misma Feria quedando más que satisfecho de la atencion recibida y del libro que les compré: "Ebrio de enfermedad" de Anatole Broyard, obra que hace ahora exactamente un año reseñé en este mismo blog (leer reseña aquí).

Salamanca y sus poetas, Aníbal Núñez poeta malhadado
El descubrimiento de ese ensayo, de una inusitada calidad, me hizo adicto a estas editoriales que se salen del circuito comercial habitual. Por eso me demoré en el expositor de la caseta y, al igual que el año anterior, quienes la atendían entablaron literaria conversación conmigo cantándome, con gran conocimiento de lo que se traían entre manos, las alabanzas de aquellos libros que al azar yo iba hojeando. De repente encontré algo que llevaba tiempo buscando. Se trataba del Premio Nacional de Poesía 2015, último poemario publicado por este gran trabajador de la cultura que es Luis Alberto de Cuenca. Junto a él, y medio escondido, estaba un pequeño librito de formato reducido y título atrayente, "Alzado de la ruina", firmado por Aníbal Núñez, poeta salmantino desaparecido muy prematuramente el año 1987 con tan sólo 43 años. Una lástima, pues de no haberse ido tan pronto el hoy justamente alabado y muy reconocido poeta podría haber dado a la literatura mucho más aún. Dejo para otro día mostrar alguno de sus sentidos poemas en este blog. Hoy, como decía alguien de cuyo nombre no quiero acordarme, "Hoy no toca". Hoy toca


"Cuaderno de Vacaciones" de  Luis Alberto de Cuenca

El autor
 Nació en Madrid, el 29 de diciembre de 1950. Es filólogo, poeta, traductor, ensayista, columnista, crítico, editor literario e investigador. Es también académico de número de la Real Academia de la Historia y académico correspondiente en Madrid de la Academia de Buenas Letras de Granada. Fue director de la Biblioteca Nacional (1996 a 2000) y Secretario de Estado de Cultura (2000 a 2004).
Como poeta ha escrito, sin contar las antologías, unos 30 poemarios desde 1971 hasta este "Cuadernos de vacaciones" de 2015. Como ensayista, de sus 15 publicaciones los estudiosos de su Obra destacan "El héroe y sus máscaras" (1991) y "Los caminos de la literatura" (publicado por Rialp en 2015).
Personalmente yo quisiera destacar de él dos actividades: La primera es la de divulgador de la cultura a través de tertulias radiofónicas y/o televisivas en las que participa; y en segundo lugar no querría pasar por alto su labor como traductor -ganó el Premo Nacional de Traducción en 1989-  de obras clásicas (obras de Eurípides, Homero, Virgilio..., de Chrétien de Troyes o de Ramón Llull). Pero también Luis A. de Cuenca destaca como adaptador y creador de versiones de textos teatrales; yo quisiera señalar por haberlas visto y degustado sus adaptaciones de la obra de J.B. Priestley, "El tiempo y los Conways" o, últimamente, la versión de "El cerco de Numancia" de Cervantes, de la que hice reseña no hace mucho [verla aquí].

Luis Alberto de Cuenca, Cuaderno de vacaciones

Respecto a este poemario, "Cuaderno de vacaciones",  más que hablar de él en esta entrada (85 poemas, repartidos en 8 apartados temáticos, escritos durante los descansos estivales de los años 2009 a 2012) cumple destacar -creo yo- cuatro o cinco de los muchos poemas que del mismo me han agradado y así darlo a conocer, siquiera un poquito. Ya me diréis vosotros qué os han parecido.

Sus poesías
Mis viajes por el tiempo

¡El viajero de Wells se adentra en el futuro.
Qué horrible pesadilla le espera con los elois,
tan delicados ellos, sirviendo de pitanza
a los feroces morlocks! Yo no quiero viajar
rumbo al futuro.Grima me da hasta imaginarlo.
Lo mío es el pasado: Bizancio, por ejemplo:
dar un beso a Teodora al salir del Hipódromo,
cuando ella era una stripper cualquiera entre las muchas
que pululaban por los antros de la Urbe
buscando clientela; ver cómo Justiniano
repara al fin en ella y le pide una cita,
a solas, en Palacio, y ella, conmocionada,
balbucea un «sí, amo» y va en busca de un filtro
amoroso infalible para suministrárselo
al dueño del Imperio y ganarse la púrpura
que codicia y, con ella, la gloria de las crónicas
y un puesto preeminente en San Vital de Rávena;
o los alrededores de Ginebra, una noche
de un 16 de junio del año en que Alejandro,
zar de todas las Rusias, expulsó a los jesuitas:
compartir con Lord Byron, Polidori y los Shelley
lecturas terroríficas que conduzcan a Frankenstein
y a Ruthven el vampiro; comprobar la cojera
de Byron, la abyección sumisa de su amante,
la arrogancia de Percy, la agudeza de Mary;
ver quién se fue primero a la cama, qué hicieron
en la cama –si hicieron algo que fuese digno
de mención-, qué cenaron aquélla noche mágica,
mientras el lago Leman inundaba de sombras
Villa Diodati, Suiza, Europa, el mundo, todo.
Si me pierdo en el tiempo, me encontraréis en sitios
como Constantinopla, siglo VI después
de Cristo, o en Ginebra, a comienzos del siglo
XIX. Lo mío es el pasado.




¡Ah de la vida!

Pobre experiencia tengo de la vida
(como todos). Practico la existencia
(como todos). Y sufro. Y no sé nada.
Lo primero: soy hombre, no mujer,
y eso ya es un fracaso si uno quiere
saber de qué va el mundo, penetrar
en el misterio de las cosas. Luego
está el tema de las sendas perdidas
y el de esas partes de nosotros mismos
a las que traicionamos por servir
a una sola faceta (la peor,
la más absurda y menos favorable).
Pobre experiencia tengo de la vida.
¡Qué pena estar tan cerca de la muerte!
ABRIL

Qué tendrá abril -con su caballo blanco,
su arco y sus flechas y sus sonrosadas
mejillas, con sus campos guarnecidos
de flores y de pólenes, y sus aves
canoras, su deshielo, sus promesas
de amor y vida eterna, sus colores
y su parafernalia de costumbre-
para que Juan Ramón hable de él tanto,
Eliot escriba que es el mes más cruel
y a mí -y hablo en sentido literal- 
me guillotine la respiración. 


Apología de los clásicos

Nos identificamos con los clásicos.
Siempre tendemos a reconocemos
en lo mejor de aquello que se encuentra
más allá de nosotros, en el reino
de los modelos y de los arquetipos,
aunque lo mejor sea lo terrible
y albergue nombres como Yago, Rávana, 
Bósola, Hagen, Alí Kan o Svimtus 
(pero sin renunciar a Otelo, Rama, 
la Duquesa de Malfi, Sigurd-Siegfried, 
el Guerrero con máscara o Roberto). 
¡Nos divertimos tanto con los clásicos! 
Su tiempo no es el de la muerte. Viven 
en el Tiempo sin tiempo de los mitos 
nuestros queridos clásicos, un Tiempo 
que ilumina la cárcel de la vida 
y regala modelos exclusivos 
para enseñar, felices, a la gente 
que nos rodea -padres, hijos, nietos-, 
burlando así la angustia cotidiana 
y saciando la sed de maravillas 
que nos caracteriza como humanos. 
Los clásicos ayudan a vivir, 
y a morir, y a olvidar nuestras miserias, 
y a no perdemos por el laberinto 
sin Teseo ni Ariadna que es el mundo. 


CLARIDAD

Los poetas más oscuros -Licofrón, 
Góngora, Mallarmé- son transparentes
en el fondo, aunque cueste mucho más entenderlos
del todo que a Catulo, a Petrarca, a Verlaine.
Si amas la poesía, amas la claridad.
El objeto de la literatura
no es inventar enigmas para iniciados cursis. Su meta es reflejar los anhelos, angustias
y emociones reales de la especie
en un espejo imaginario.
Y hacerlo de la forma más nítida posible.




Fería del Libro de Salamanca, Día del Libro 23 de abril, Angel de Arriba Sánchez

14 comentarios:

  1. No suelo leer poesía desde hace muchos años. Cuando era más joven (casi adolescente) leí mucha, pero luego me fui decantando cada vez por la novela. El caso es que cuando se me presentan así, como hoy en tu blog, leo las poesías y pienso que tengo que leer más a menudo porque la verdad es que son grandiosas. Algún día lo conseguiré.
    Un beso y gracias por recordarme que existe la poesía.

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    1. Es que, Rosa, la novela es el género rey, sin lugar a dudas. Pero a mí últimamente me llama mucho leerla; dicen algunos perversos -y seguro que con razón- que la edad te va echando en sus brazos; y si a esto le añadimos lo que tú cuentas de la afición adolescente -que suele ser general- hacia ella está claro que el Círculo seva cerrando. Y este pensamiento, no me dirás, es la mar de literario... y ¡real!
      Un beso.

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  2. Menudo 'carrerón' tiene Luis A. de Cuenca.
    La verdad es que he pasado un rato muy agradable leyendo sus poesías, de las que me quedo con la de "¡Ah de la vida!". Me ha gustado que crea (o diga) el autor que para penetrar en el misterio de las cosas hay que ser mujer.
    Precioso lo de "practicar la existencia".
    Gracias, Juan Carlos, ¡un beso!

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    1. Hola Chelo:

      En verdad el popema de "¡Ah de la vida!" es muy interesante. Lo de que la mujer lleva ventaja al hombre en el conocimiento del secreto de la vida y el misterio de las cosas yo lo suscribo plenamente; las mujeres nos lleváis mucha ventaja por ese lado aunque a veces esa peculiaridad haya sido utilizada por nosotros para sojuzgaros, pero no me dirás que poder dar la vida no es -por muy científico que uno sea- un gozoso, ¡y muy literario!, misterio.
      De los cinco seleccionados a mí me gusta y me hace mucha gracia el de "Abril". Este Luis A. de Cuenca tiene un punto irónico en muchos de sus poemas que me encanta.
      Un beso

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  3. No conocía al autor, y mira que su periplo vital es generoso en cargos, publicaciones y colaboraciones.Soy un ignorante de mucho y un aprendiz de todo, por ello te agradezco el que nos acerques a estos "seres" desconocidos para mi al menos, y nos muestres sus frutos, entre los que destaco el poema: ¡Ah de la vida! que al igual que a Chelo me ha emocionado y tocado fibra.
    Un abrazo culto amigo.

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    1. Bueno, eso está bien, ir descubriendo a los demás obras y autores. Que conste que lo mismo me ocurre a mí contigo. Quizás yo tenga algún nombre más que vosotros en la cabeza, pero no va a ser por "culto" sino más bien por "edad", ¿no te parece?

      Un abrazo

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  4. Tengo muy abandonada la poesía, algo que intento remediar cada poco por el blog. Al ensayo sí que me acerco más de vez en cuando. Y Luis Alberto de Cuenca no es que me llame mucho la atención, jeje ...

    bsos!

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    1. Los gustos son siempre muy personales. El libro tiene poemas muy interesantes. A mí me han gustado bastante los que hablan de literatura (he puesto dos en el post).
      A ver si cuando haga una reseña sobre Aníbal Núñez te llegan más sus poemas.
      Un beso

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  5. No soy muy aficionada a la poesía y no conocía al autor. Pero realmente disfruté leyendo tu entrada y las muestras que dejaste, muchas gracias!

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    1. Seguramente no eres aficionada a la Poesía porque eres muy joven. Con los años, la sangre se reposa y comienza uno a leer más en profundidad que en extensión, y ahí aparece la Poesía. Pero si te han gustado algunos de los poemas que he seleccionado, eso quiere decir que estás en el buen camino (ja, ja...)

      Un beso

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  6. Juan Carlos,
    Me he leído tu reseña después de recordar el paso por la feria del libro y entender tu admiración por el autor.
    Me ha gustado la selección que nos dejas, me quedo con estos que me han parecido tan profundos.
    Pobre experiencia tengo de la vida
    (como todos). Practico la existencia
    (como todos). Y sufro. Y no sé nada.
    Un beso

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    1. Hola Conxita:
      El poema que más te ha gustado de los cinco que he puesto es también el que más gustó a Javier y a Chelo. La verdad es que es el más profundo -como bien dices-, el más filosófico.

      Le envié el enlace al autor y amablemente me contestó diciéndome que él habría elegido sobre todo poemas amorosos. Se nota que está casado no hace mucho (6 ó 7 años, no más) y que los poemas de este libro los escribió durante las vacaciones de verano de los años 2009 a 2012, y sí, tiene bastantes amorosos.

      Un beso

      PD.- Voy a estar 6 ó 7 días ausente de internet pues mañana voy a visitar Cracovia (Polonia) y no consultaré mucho la red. A la vuelta, a ver si tengo algo para contar. Un asesinato en el avión, por ejemplo (ja, ja...)

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  7. Te acabo de leer, Juan Carlos, y quería decirte ¡¡¡feliz viaje!!! que lo disfrutes mucho y, aunque dudo que te encuentres a nadie hablando en el avión con móvil rosa fosforito, deseo que tengas un vuelo tranquilo.
    ¡Nos cuentas a la vuelta!
    Un besazo

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    1. Así lo haré, Chelo. Gracias por tus buenos deseos.
      Besos

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