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19 oct 2014

"VIP" de Els Joglars. No hay texto.

"Vip", Els JoglarsEls Joglars surgió durante la década de los 60 como un grupo independiente de teatro que incorporaba un nuevo lenguaje teatral a unos textos en los que en clave de humor irónico se denunciaban situaciones políticas, sociales y/o culturales como hasta entonces no se había visto. Todos recordamos montajes como "La Torna" (1977) que llevó a su creador, Albert Boadella, a la cárcel por la denuncia que en el espectáculo se hacía de la tortura en España; "Teledeum" (1983) en la que se hace una sátira del moderno ritual de la iglesia que la alejaba de sus principios; "Ubú president" (1995) en la que se critica de manera ácida y divertida al nacionalismo catalán personificado en la figura del presidente Ubú, -metáfora del real president de la Generalitat Jordi Pujol-, que bebe directamente de la tradición literaria del teatro europeo: la 'patafísica' que se inspira en el autor francés Alfred Jarry (1873-1907); "El retablo de las maravillas" (2004), parodia política de la impostura del arte de vanguardia con Felipe Gonzalez, su esposa progre y Trinidad Giménez...; y muchos montajes más, casi todos bendecidos por el éxito popular que siempre ha marchado muy unido en el caso de este grupo a la incomodidad de la clase política que ha visto denunciado en clave paródica su comportamiento público.

Para mi sorpresa en este caso la obra me ha decepcionado. ¿Por qué? Esta pregunta tiene una rápida respuesta: no hay texto, o el que hay no logra sostener el espectáculo durante noventa minutos.


Sinopsis
Reflexión sobre el comportamiento que en nuestra sociedad los adultos tienen con los niños a los que se maleduca consisntiéndoles todo hasta llegar a hacer de ellos unos auténticos dictadores.

Montaje
La puesta en escena es ciertamente minimalista al quedar reducido el decorado a un pequeño pódium inclinado que simula ser el útero materno que desde su concepción protege a las criatura y del que apenas logran salir por causa de la excesiva protección del mundo adulto y por la inutilidad personal a la que esta superprotección les condena. Esta especie de útero esta rodeado por un semicírculo formado por largos cortinones de plástico que aíslan a los niños del mundo real.

El vestuario es el propio del mundo infantil: camisolas, babis, pantalones cortos... Quizás lo más interesante sea la faja que recubre la cintura de los actores cuando simulan ser fetos dentro del seno de sus madres a las que les une el cordón umbilical. Otros complementos de vestuario como los ojos saltones que incorpora el personaje de Fontserè parece que forman parte del estilo Joglars, muy expresionista siempre,  aunque ya los hemos visto muchas veces en otros espectáculos de este grupo.

Ramón Fontserè, "Els Joglars"
Los gurús que rodean a las madres durante la gestación
La música es importante en el montaje. Hay temas de Jean Baptiste Lully, músico contemporáneo de Molière, y también de  Richard Strauss, en concreto de su poema sinfónico 'Así habló Zarathustra', en especial de la obertura del mismo en la que la percusión predomina. Este movimiento inicial del poema de Strauss lo asociamos la mayoría de los espectadores a las escenas iniciales de la película de  Stanley Kubrick "2001, una odisea en el espacio" en la que la música acompaña al despertar de la violencia en el mundo simiesco que allí se presenta. Del mismo modo la percusión, presente -incluso físicamente en forma de dos timbales- en el escenario, acompaña los despertares de la criatura a la vida y a los sucesivos caprichos tiránicos en los que va entrando a lo largo de su crecimiento.

Mímica y gestualidad. Esta característica, marca de la casa, subsiste en "Vip", aunque para los muy de Els Joglars suena a ya muy vista, a repetitiva.

El elenco.  Los cinco actores -Ramón Fontserè, Pilar Sáenz, Xavi Sais, Dolors Tuneu y Xevi Vilà cumplen con nota. Las voces y sus imitaciones del lenguaje infantil son acertadas. Habría que poner un pero que no es menor y es que la edad de los actores casa mal con la de los personajes representados y aunque quepa la interpretación de distanciamiento humorístico el choque es muy grande y no pasa el corte.

El texto
Hasta aquí he hablado de lo que rodea en el teatro a la palabra. Si falla ésta y lo denunciado para nada es nuevo, el edificio teatral cae rompiéndose con estrépito. Y eso es lo que aquí ocurre. Sí, el tema de la mala educación que nuestra sociedad da a su niños y adolescentes es materia digna de reflexión y análisis; lo mismo diríamos de ese afán por prolongar la juventud y alejar el acceso a la maternidad; igual que el peligro que para niños y jóvenes tienen los videojuegos, los ordenadores, el mundo de la imagen lleno de autocomplacencia y falta de esfuerzo; o la necesidad de poner límites y lindes en el mundo educativo entre enseñantes y enseñados... Sí, todo esto es interesante, pero en mi opinión no aguanta en pie un espectáculo de 90 minutos. Y la razón no es otra que la siguiente: Ramón Fontserè es un buen actor pero no un buen escritor.

El anterior espectáculo del grupo, "El coloquio de los perros", que ya comenté aquí lleva circulando por España casi dos años con éxito de crítica y público cuando algunos asuntos que Cipión y Berganza ponen en solfa son tocados  también en "Vip". ¿Por qué esta diferencia entre ambos montajes? Pues simple y llanamente porque tras los dos perros habladores está nada más y nada menos que Miguel de Cervantes. Quizás sea por ello que en una entrevista escuchada recientemente el director y primer actor de la compañía éste dijese que su intención es ir alternando ambos montajes durante esta temporada. ¡Natural!

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